Tras un año de haber sido inaugurado, a medias, el Tren Maya, aquella emblemática y millonaria obra del sexenio de Andrés Manuel López Obrador que anunció e inauguró con bombo y platillo, hoy es una obra más que no ha ayudado al pueblo para salir de la marginación en la que ha estado por años y con diversos gobiernos.
Esta obra que dijo que sería para el pueblo y del pueblo, que traería grandes beneficios para la gente, sobre todo la humilde, como el mejoramiento en la calidad de vida, mejor comunicación, vivienda digna, mejor salud, por mencionar algunas, ha sido todo lo contrario. Seguimos pagando los caprichos del entonces mandatario.
Los mexicanos en el sur del país viven en más pobreza, marginación y olvido a pesar de la obra, pues estos no han visto los frutos de la millonaria obra que no ha tenido impacto en el sureste, pero sobre todo en Yucatán.
De acuerdo con la organización civil “México, ¿cómo vamos?”, que recientemente presentó el Índice de Progreso Social 2024, señaló que el 44 % de la población de México vive con bajos ingresos, sobre todo los del sureste: cuatro de cada diez mexicanos vive en rezago.
La organización señaló que el sureste mexicano, que comprende los estados de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Tabasco, Chiapas y Oaxaca, continúa con importante rezago en fundamentos del bienestar y mejora de vida de las familias, a pesar de las multimillonarias inversiones del gobierno de López Obrador en sus obras como el Tren Maya, la petrolera Dos Bocas, así como obras de infraestructura.
La situación de los mexicanos, sobre todo en el sureste, no ha mejorado; caso contrario: va en decremento, al no recibir un buen sistema de salud, pues este lo tienen que costear con su salario, que la mayoría de las ocasiones es mínimo y apenas si les alcanza para la canasta básica o medio sobrevivir.
La organización señala en su investigación que el gobierno de la república falló en la prestación de servicios básicos que procuran progreso social, como salud, educación y seguridad pública, y deja la carga de estos gastos a las familias mexicanas (26 de noviembre de 2024, Diario de Yucatán).
De acuerdo con Sofía Ramírez Aguilar, integrante de la organización, “el mapa de progreso social no nos sorprende. El sureste está estático y con importante rezago”. Las declaraciones de la investigadora son muy ciertas y los hechos lo reafirman.
Sin irnos tan lejos, al sur de Mérida, las familias viven hacinadas, sin inversión a la educación, a la salud, con mejoramiento de vías públicas o en su calidad de vida.
Sin embargo, a costa de sus necesidades, se invirtieron millonarias sumas de dinero para construir el Tren Maya o una refinería que no refina. En cuanto al primero, justo un año después, los yucatecos no han podido disfrutar de ese “transporte para el pueblo”.
Así como lo dice el informe, “el Estado falla en garantizar los derechos fundamentales como educación, salud, seguridad y lo delega en los bolsillos de las familias”. Cierto es, pues existen familias que, para tener mejores calles, de sus bolsillos compran escombro para medio reparar sus calles de terracería y evitar los baches; un claro ejemplo en Yucatán son colonias populares de Yucatán en el municipio de Kanasín como la “Cecilio Chi” o la Nicté-ha.
Como vemos y como lo dejó ver desde el inicio la pasada administración morenista, el “fabuloso” Tren Maya no serviría de nada para sacar del rezago a las familias o, en su caso, no sería usado por el pueblo pobre, sino por turistas y aquellos que tienen el poder adquisitivo para hacerlo.
La solución no es construir obras megamillonarias para mejorar la calidad de vida de los mexicanos, sino que el pueblo se organice, luche y tome las riendas del país, que gobierne para él, porque es él quien sabe lo que ha padecido y sólo así se irá atacando la pobreza y desigualdad en la que viven millones de mexicanos, pero sobre todo los del sureste del país, a quienes llamo a organizarse y luchar decididamente para cambiar la situación de México.
De no hacerlo, seguiremos viviendo en la carencia y marginación como lo hemos hecho hasta el momento.
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