Sobre el asunto del Tren Maya hay y nos dan poca información por parte de la 4T.
¿Cuántos pasajeros y a qué costo el boleto se debe movilizar diariamente para sacar únicamente el punto de equilibrio de la operación del Tren Maya? 400 mil millones. A mil 200 el boleto. 300 millones de boletos. Si al tren le caben 500 podría recuperar lo invertido en 600 mil viajes. Si llegan a ser diez trenes, son 60 mil viajes por tren. Si hacen un viaje al día, en 164 años recuperarán la inversión.
Fonatur prometió que los pasajes costarían 60 pesos para nacionales y 80 pesos para extranjeros, pero se están cobrando mil 166 en clase turista y mil 863 en “Premier”. Aun así, se requerirán siglos para amortizar la inversión que iba a ser de 120 mil millones, pero ya ronda el medio billón.
Es un tren inconcluso. La estación Teya, ubicada a las afueras de Mérida, Yucatán, no funciona al cien por ciento; los baños, instalados dentro de unos módulos de tablarroca y señalizados con unas hojas de papel son en realidad módulos portátiles de la empresa “Tronos”. Afuera, hay montones de tierra, conos anaranjados delimitando áreas de trabajo y personal con chaleco laborando sobre unas vías en lo que parece ser un patio de maniobras.
En el tramo de poco más de 470 kilómetros, hay catorce estaciones y paraderos; la mayoría de ellos aún a medio terminar, sobre todo en lo referente a los accesos, y aún de tierra en algunos casos.
Todas las estaciones están afuera de las poblaciones por las que cruzan y no se observan paraderos de transporte colectivo o sitios de taxis.
Palenque es un pueblo partido en dos, sin clínicas de salud, con niños tomando clases en una casa y con decenas de pobladores sin una indemnización por sus terrenos. Es el saldo del paso del Tren Maya por el ejido Guadalupe, una pequeña comunidad cercana a Palenque.
“Hablan de mucho beneficio, y sí los va a tener, pero para nosotros no; a nosotros qué beneficios nos puede traer, nosotros quedamos aislados”, lamenta Gregori Méndez, un carpintero que dice que desde que el Tren Maya llegó, la salud de su padre empeoró.
Reforma: dieciséis de las vías partieron en dos al pueblo; ahora, para unirlo, se construye un enorme puente vehicular, aunque sus habitantes no usen carro y anden a caballo, además de un paso peatonal que en vez de unir separa más a la población.
“Nos dividió en cuatro el tren”, agrega Gregori Méndez.
Tren incompleto. Aire acondicionado, electricidad y wifi intermitentes. En el primer viaje abierto al público del proyecto, el aire acondicionado fue intermitente, habiendo lapsos en los que el calor se encerraba dentro de la unidad.
Otro problema relacionado con la electricidad dentro del vagón fue el de los conectores para recargas celulares, ya que estos no suministraban energía de forma uniforme, sino por lapsos. Lo mismo sucedía con el wifi, que iba y volvía.
A falta de rutas de transporte oficial ni tabuladores, se ha tenido que optar por taxis o autobuses que ofrecen el servicio por un precio que va desde los 50 pesos hasta los mil pesos.
Las estaciones de San Francisco de Campeche y Cancún no cuentan con ningún establecimiento para comprar alimentos o bebidas antes del viaje. Los espacios para los negocios están, pero aún no hay ninguna empresa que ofrezca productos ni servicios.
Las paradas en cada estación no se realizan, pues están incompletas. Sin paradas en puntos clave, la explotación del potencial turístico de la zona es poca.
De los mil 554 kilómetros que contempla la ruta del Tren Maya, una tercera parte fue puesta en operación: el tramo entre Campeche y Cancún. Para poder disfrutar del resto de los tramos que conectarán a estos dos estados con Chiapas, Tabasco y Yucatán será necesario esperar dos meses y medio más.
En calles de Campeche no hay obra carretera reciente ni mejoramiento de infraestructura para servicios como se había prometido.
El Tren Maya absorbe como un torbellino el presupuesto nacional afectando áreas más importantes de desarrollo como lo son la salud y la educación. No lo permitamos.
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