Desde que nacemos se nos ha bombardeado con la imperiosa idea del liberalismo y del libre mercado; una sociedad donde supuestamente el individuo está por encima de todo y es libre en todos los sentidos: libertad de creencias, de sufragio, de empresa, de comercio, etcétera.
Supuestamente todos pueden participar y competir por ser quienes mejor producen satisfactores para las necesidades de nuestra sociedad; sin embargo, los defensores de estas benditas leyes económicas que se han usado como la bandera de miles de crímenes por todo el mundo esconden entre sus líneas que estas leyes se aplican a conveniencia de los grandes consorcios y multinacionales y que, si alguien osa meterse en su camino, se encontrará con todo el poder de estos y de los estados que tienen bajo su dominio.
El nuevo objetivo del Gobierno estadounidense para censurar al gigante asiático son ahora las redes sociales, específicamente TikTok, que hoy por hoy es la plataforma con más influencia mediática en el mundo.
Un ejemplo claro de esto viene pasando en los últimos años con las principales potencias que le hacen contrapeso a la nación hegemónica por excelencia, Estados Unidos, que, siguiendo sus mismas leyes de libre mercado, la han alcanzado y en algunos casos superado.
Rusia y China se alzan rápidamente en rubros clave como la ciencia y la tecnología, acaparando rápidamente mercados como la inteligencia artificial, la red 5G o los microcomponentes que serán fundamentales en el corto y mediano plazo.
Gracias a este desarrollo y a su producción en masa, el país se vio en la mira de las empresas estadounidenses que vieron un serio peligro para sus ganancias y, haciendo uso de todo el poder del Estado, comenzaron a sancionar a cualquier empresa que tuviera un minúsculo rastro de influencia china.
Desde 2017 la empresa Huawei se ha visto obstaculizada por estas acusaciones y argumentos creados al vapor, donde se les acusó de presunto espionaje y robo de información y de “posibles” daños a la seguridad nacional estadounidense.
Estas acusaciones —de las que no se presentaron pruebas — le llevaron a perder los servicios de Google en sus móviles Android y acceso al hardware estadounidense, principalmente microcomponentes.
Esto, a pesar de que fue un duro golpe para la empresa, potenció a corto plazo la industria china, que ahora no sólo es capaz de realizar los mismos microcomponentes, sino de mejorarlos para tecnologías 5G y chips de Inteligencia Artificial, los cuales, lo quieran o no, tendrán que ocupar las empresas estadounidenses.
Este tiro por la culata no fue suficiente para detener los intentos del gobierno estadounidense por censurar al gigante asiático, ya que su nuevo objetivo se fijó ahora en las redes sociales, específicamente en TikTok, que hoy por hoy es la plataforma con mejor crecimiento y más influencia mediática en el mundo.
El delito que se le quiere imputar es prácticamente el mismo que a Huawei, “espionaje”, todo porque “los legisladores estadounidenses renovaron sus esfuerzos para tomar medidas enérgicas contra TikTok por preocupaciones de seguridad nacional relacionadas con su empresa matriz china ByteDance. El proyecto de ley prohibiría a TikTok en las tiendas de aplicaciones de Estados Unidos a menos que la plataforma de redes sociales se separe rápidamente de ByteDance. El proyecto de ley, denominado Ley de Protección de los Estadounidenses frente a Aplicaciones Controladas por Adversarios Extranjeros, salió de la Comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes la semana pasada. Y el miércoles fue aprobado en la Cámara con 352 votos afirmativos y solo 65 representantes en desacuerdo” (CNN en español, 18 de marzo de 2024).
Esta ley excluiría a la plataforma de las tiendas de aplicaciones de todos los celulares del país y afectaría cerca de 170 millones de estadounidenses que usan la aplicación.
Los argumentos hablan de una “posible” influencia china, “posible” robo de información y un “posible” mal uso de los datos de los usuarios; sin embargo, nuevamente no se llega a ninguna acusación en concreto; todo se queda en posibilidades.
Sin embargo, ¿esta posibilidad se ha dado de alguna manera en las redes sociales? TikTok, aunque tiene cerca de mil 500 millones de usuarios en todo el mundo (siendo la cuarta red social en cuanto a usuarios), no se compara con los más de 3 mil millones que tiene Facebook.
El gigante estadounidense, sin embargo, cuenta con decenas de fugas increíblemente grandes de información que, completamente comprobadas ante la ley, demuestran su influencia directa en elecciones, su robo de información y su mal uso de la información de sus usuarios (véase Facebook Papers, Cambridge Analytica, etcétera). Un sinfín de delitos de manipulación y venta de nuestros datos que no ha tenido mayor consecuencia que una palmadita en la espalda de su creador, Mark Zuckerberg, la quinta persona más rica del mundo.
Aquí se ve el doble rasero que maneja la tierra del liberalismo —por no decir hipocresía—, frente al libre mercado. Esa supuesta libertad de competencia sólo sirve cuando beneficia a los grandes poderes económicos de Occidente; de lo contrario, se hará uso de cualquier artimaña legal —e ilegal— para lograr que sus ganancias no se vean afectadas ni un céntimo.
Sin embargo, la realidad se muestra de diferente manera a la que desean, ya que en más de una ocasión se ha demostrado que poco o nada sirven estos intentos frente a una economía fuerte, guiada por un pueblo fuerte y comprometido que hará todo lo posible por sacar a flote la verdad en un mundo que poco a poco está cambiando.
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