El recuento de los hechos hasta ahora no es nada alentador. La inflación hasta octubre respecto al mismo mes del año pasado fue del 6.2% y algunas ciudades superan el 7% como Guadalajara, Culiacán y Monterrey según el trabajo de Tláloc Puga, en El Universal del 20 de noviembre. “Conocida como el impuesto de los pobres por dañar más a quienes menos tienen” (dice Puga), la inflación es el aumento desmedido de los precios de alimentos y productos de primera necesidad.
Así se prevé que la tortilla cierre el año con 27 el kilo. Juan Carlos Anaya, titular del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas explica: “Al 15 de noviembre, hemos visto que el precio del kilo de la tortilla a (sic) aumentado más del 20 por ciento, […] y vemos que lo que resta del año, seguirá con esta tendencia y no veamos una reducción en la tortilla”, Milenio, 24 de noviembre. En Ario de Rosales, Michoacán, se mantiene desde hace meses en 22 pesos el kilo mientras que en el municipio vecino Salvador Escalante en 20 y en Morelia en $19 en promedio.
Alejandro Moreno en su artículo de opinión del día 27 en El Universal titulado “La inflación asfixia a México, dice: “… la inflación es como la salud: no sabemos lo importante que es hasta que está fuera de control”.
Como bien lo dice Puga, estos hechos afectan y afectarán más a los que menos tienen, los de más bajos ingresos y aún a los desempleados, por más que el discurso oficial diga que vamos bien, la realidad es otra. El Inegi con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en la mano, el desempleo sobrepasa el promedio nacional que es de 4.2% en 23 de las 39 ciudades principales; dicho de otra manera, hay más desempleados, específicamente, se sumaron al paro laboral 2 millones 500 mil mexicanos en el tercer trimestre (julio-septiembre) de 2021.
En este contexto sombrío, desesperanzador, El Universal presentó el viernes 27 una encuesta de donde se concluye que casi siete de cada 10 mexicanos aprueban el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la encuesta arroja el 68% de aprobación.
En dicha encuesta, ¿participaron los desempleados, las amas de casa que tienen que maximizar los magros ingresos, los campesinos en el abandono sin apoyo para los insumos agrícolas y las víctimas de las políticas lesivas y represivas del régimen de la Cuarta Transformación (4T)? Si así fuera, estaría el pueblo aprobando su propia desgracia; lo que sí existe es la manipulación del pueblo en detrimento del pueblo mismo. Eso sí explicaría a la encuesta favorable para el presidente de la República a pesar de la crisis mencionada líneas arriba sumado a la crisis de inseguridad, la crisis por el Covid-19 que acumula ya el medio millón de víctimas y lo que en puerta esté.
Hay una promesa que sirve de consuelo para esta escena trágica. El gobierno propone subir el salario mínimo para el próximo año que beneficiaría a 5.5 millones de trabajadores, se sobreentiende que tendría que ser superior a la tasa del porcentaje inflacionario con que se cerrará el año corriente. Llamamos a todos a exigir que este buen deseo de fin de año se cumpla, la lucha se tendrá que resolver; en otras palabras, se necesitan acciones.
Cuenta Honorato de Balzac que Eugene Grandet subió al cielo seguida de un cortejo de buenas obras, pudo haber dicho, de buenas intenciones, pero no. Y es que son las obras, las acciones, las que han de transformar el mundo en el que vivimos.
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