Hoy en día es notable como han aumentado los precios en los alimentos y otros productos de la vida cotidiana, antes de la pandemia las personas podían ir al supermercado, surtir la despensa y cubrir otras necesidades básicas sin preocuparse tanto por si les alcanzase el dinero o no. Actualmente el panorama que se ve no es nada alentador, los precios de todos los productos y servicios han subido enormemente, y esto ocurre debido a la inflación.
Los consumidores deben pagar más por los productos alimenticios y, por lo tanto, el dinero ya no alcanza para pagar; por ello, mientras el salario aumenta y no se tienen otros ingresos, la inflación le sigue a la par y sube los precios de los productos, es ahí cuando cuestan más y eso hace que las personas no puedan adquirir las mismas cosas que antes compraban.
Lo mismo ocurre cuando la inflación se mantiene, los precios se mantienen y su crecimiento es de forma paulatina y controlada lo que permite que se puedan adquirir los productos y no exista un desbalance tan pronunciado entre el salario y los precios.
El artículo del Centro de Investigación en Política Pública dice que los cambios en los precios de los productos que consumimos a diario nos afectan a todos los mexicanos, pero no de la misma manera. Cada hogar gasta su dinero de forma distinta dependiendo de las necesidades que tiene y puede cubrir. Sin embargo, los recientes incrementos en precios han afectado más a quienes menos tienen.
Esto es evidente, y se pude comprobar con las personas que todavía trabajan dentro de la informalidad, es decir, que no tiene un salario seguro, mucho menos podrán adquirir los productos necesarios para su alimentación. En México en los cinco años más recientes de octubre de 2018 a octubre de 2023 se registra una inflación acumulada de 28.75% de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La crisis alimentaria se vuelve más evidente no solo en nuestro país, sino en todo el mundo y todo esto es desafortunadamente como consecuencia de los problemas sociales, la pandemia, así como las guerras que se están dando en otros países, y la acumulación de bienes materiales que beneficia a los grandes empresarios, dejando a un lado a los trabajadores.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Rusia y Ucrania son conocidos como “el granero de Europa y representan el 29% de las exportaciones mundiales de trigo y el 19% de maíz. Pero el intercambio comercial está paralizado por la guerra, lo que pone en riesgo un sistema alimentario del que dependen cerca de 44 países”.
Como podemos ver, vivimos en un país donde la economía está afectando con mayor fuerza la situación de las familias más pobres, donde la inflación afecta enormemente nuestra capacidad de comprar, ahorrar y hacer planes a futuro. Los gobiernos y los empresarios tienen la responsabilidad de buscar las condiciones necesarias para cambiar esta problemática que resulta un verdadero martirio para las madres de familia cada vez que tienen que elegir si se llevan medio cartón de huevo o uno completo. Dura realidad, pero cierto.
Por ello, es necesario la unidad del pueblo, entorno a un ideal que haga cambiar la situación actual de nuestro país, y mejore la condición de los trabajadores, pues solo la unidad de los menos favorecidos podrá hacer un cambio sustancial de la realidad en la que vivimos.
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