“Nada en todo el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez a consciencia”.
Martin Luther King
“Imagínense qué hubiera pasado si no hubiéramos ganado, si el pueblo, que es sabio, no hubiese decidido en favor del cambio. ¿Cómo estaría el país?, ¿cómo hubiesen enfrentado el problema de la pandemia?, ¿se hubiese vacunado a todos por igual?, ¿se hubiese actuado pronto?, ¿se hubiesen comprado las vacunas?, por poner un ejemplo. Iba a seguir la misma corrupción, estaríamos en una situación de ingobernabilidad terrible, como en otros países”, dijo el presidente López Obrador en la mañanera del jueves pasado, después de que una reportera lo cuestionara sobre la viabilidad de la revocación de mandato.
El hubiera no existe, dice el dicho popular. Y aunque hay análisis de prospectiva que se encargan de vislumbrar posibles alternativas, lo cierto es que nada nos debe distraer de la realidad. De esa debemos preocuparnos y, sobre todo, ocuparnos. Pero el presidente López Obrador insiste en todo lo contrario. El supremo de la 4T no sólo se ha venido ocupando más del pasado para distraernos del presente, echándole la culpa a las administraciones pasadas con una campaña que llegó a su punto máximo en la pasada consulta popular sobre el juicio contra los expresidentes, sino que ahora se pone a hablar de lo que hubiera sido si Morena no fuera gobierno.
Las mentiras y la distracción se han convertido en el pan de cada día de la 4T, desde la tribuna presidencial hasta la caterva de fanáticos que hacen eco en las redes sociales. Pero ¿cuál es la realidad que estamos viviendo?, es decir, ¿cómo está el país actualmente?, ¿cómo han enfrentado el problema de la pandemia los morenistas?
Muchos son los especialistas que han calificado como pésima, catastrófica, la gestión de la pandemia por parte de la 4T. A decir del matemático Raúl Rojas, en una entrevista con el medio español El País, fechada el 29 de abril del presente año, “Los efectos de la pandemia de la covid-19 en México han sido desastrosos; pero esto no ha sido resultado del azar, sino de una pésima gestión de la pandemia y, con ello, de las dos emergencias que se han generado a partir de la aparición del virus del SARS-CoV-2; es decir, las emergencias sanitarias y económica”.
Como consecuencia, tienen que hacer uso de la mentira y así ocultar la dimensión de su negligencia. “Es claramente una ficción política y que ni siquiera les conviene”, comenta el académico. “Si la epidemia no es culpa del Gobierno, ¿para qué ocultar el número de muertos o, cuando menos, oscurecerlo?” Precisamente ahí está la cuestión, la pandemia no es culpa del gobierno federal, ni nadie que esté en su sano juicio debe acusarlos de eso, pero sí es culpa de ellos por no tomar las medidas sanitarias a tiempo y adaptarlas con base en la realidad concreta de nuestro país.
Que no se nos olvide que López Obrador desestimó desde el principio el uso del cubrebocas dando el mal ejemplo al no ponérselo, cometieron la estupidez de decir que “no sirven para nada” y que salieran a la calle a consumir porque aquí no pasa nada. Por otro lado, ignoraron olímpicamente la realidad de millones de mexicanos, que tenían y tienen que salir a las calles para llevar comida a sus hogares con el riesgo de contraer el virus y contagiarse y/o contagiar a sus familiares, limitándose a decirles: Quédate en casa.
“Cuando poco a poco se dieron cuenta de que no iba a ser así, primero le preguntaron a los matemáticos qué esperaban que iba a pasar”, recuerda Rojas. “El modelo que le gustó más a López Gatell era el más optimista”. El académico refiere a la decisión que tomó López Gatell con respecto al modelo a seguir sobre las proyecciones de la pandemia, eligiendo “el más optimista”, el AMMA, desarrollado por investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, quienes pronosticaban en abril que el pico sería el 8 de mayo de 2020, que el fin de la pandemia llegaría en junio y que el número total de muertos rondaría los 6.000. Todos sabemos que Hugo habló de un “escenario catastrófico” de 60, 000 fallecidos. Hoy estamos a más de 240 mil, según cifras oficiales, que como ya vimos, están muy por debajo de la realidad.
“A un año de distancia los pronósticos del Gobierno resultaron completamente ilusorios”, afirmó hace medio año Rojas en El Universal. “Ningún país en el mundo estaba pronosticando que se iba a acabar la epidemia en 2020”. “En México hay un fetichismo por los modelos. Se cree que los matemáticos tienen una bolita de cristal en la que echan los datos para ver qué va a pasar”, refiriéndose a que es muy difícil “meter en ecuaciones” el comportamiento social de la gente o si las vacunas, además de llegar en los plazos acordados, son aceptadas por la mayoría de la población.
La vacunación contra la covid-19 se ha convertido en la principal herramienta del gobierno federal manifestar que todo está bajo control. Según un artículo del portal ExpansiónPolítica, fechado el 25 de julio, “Con la llegada de la tercera ola el mismo subsecretario de Salud explicó esta semana que el grueso de la población hospitalizada se ha trasladado a los grupos de menor edad y a quienes no han sido vacunados (que son un 97 %)”. Si bien es cierto que la vacuna disminuye el riesgo del contagio y muerte, también es cierto que millones de mexicanos siguen sin poder dejar de trabajar, miles otros no creen en la pandemia y/o en la vacuna debido a la desinformación que el propio gobierno se ha encargado de crear y difundir.
A la pregunta de qué hubiera pasado si… no podemos responder. Pero sí podemos responder cómo nos ha ido con la 4T. Pues bien, la tercera ola dejó muy por detrás a los 5,000 o 7,000 casos de covid-19 que se registraban en el país hace un año, con la primera ola, donde la cifra máxima de casos se alcanzó el 8 de agosto, con 9,556 positivos, superado por los 22,339 positivos que se agregaron el 21 de enero pasado, cuando se vivía “la peor etapa de la pandemia” en la llamada segunda ola. Se registraron 21, 563 nuevos casos confirmados hasta el día de ayer 6 de agosto, con lo que el total llegó a 2 millones 944 mil 226.
La Secretaría de Salud acaba de informar este jueves que a partir del próximo lunes se suman 5 estados más al semáforo rojo -incluyendo la CDMX, cuya Jefa de Gobierno sufre de daltonismo- hasta el 22 de agosto, a tres días de la fecha estipulada del regreso a las aulas en gran parte del país, indicación que se llevará a cabo sí o sí, según ambos López.
Volviendo al tema sobre la mañanera, López Obrador recordó el actuar ejemplar del luchador humanista Luther King quien “en su lucha por la igualdad de los derechos civiles muchas veces fue a la cárcel, y lo metían a la cárcel porque supuestamente se había pasado un alto y nunca aceptó ampararse. Entonces, no todo es jurídico, es asunto que tiene que ver con los principios, con la dignidad”. Pues bueno, con esta realidad, Luther King ya hubiera renunciado sin consultas de revocación de mandato.
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