El pasado 21 de enero se registró en Zacatecas la visita número 13 del presidente de México Andrés Manuel López Obrador, la presencia del mandatario causó gran expectativa debido a que existen serios problemas que aquejan a la población, sin embargo, se trató de otro evento de acarreados, con la coordinación del gobierno estatal y la Secretaría del Bienestar mediante los siervos de la nación, el aparato electoral de Morena.
De forma previa y posterior, se sostuvo que el objetivo fue hacer una evaluación de los alcances de los programas federales, es decir, se habló de las transferencias monetarias, mediante los cuales se busca asegurar los votos para la candidata oficial Claudia Sheimbaum.
Y no debe quedar duda, a 8 meses de que termine su administración, López Obrador está muy entrado en la campaña violando todas las leyes electorales existentes de la forma más descarada y vil, superando todas las expectativas de los mexicanos, que absortos vemos el despilfarro de recursos en los programas electoreros, pero también en la propaganda que de forma ilegal se ha hecha a favor de la candidata.
En su discurso hubo muchos autoelogios y promesas a los zacatecanos que fueron llevados a la reunión, el presidente dijo que no debemos preocuparnos, porque una vez que termine el sexenio se dará continuidad a la cuarta transformación; y se trabajará para que haya justicia social en México, dando por hecho que la ganadora será Sheimbaum.
También habló del sistema de salud que será, ya no como el de Dinamarca, sino el mejor del mundo. Presumió la mega farmacia asentada en el estado de México que tiene la capacidad para albergar 280 millones de piezas, sin embargo, solamente almacena 2 millones 465 mil 975 piezas, apenas el 0.9 por ciento de la capacidad instalada.
Pero más allá de la relativa eficacia de los programas del bienestar, los temas que más afectan y preocupan a los mexicanos, y por ende a los zacatecanos son los de la inseguridad y personas desaparecidas.
De acuerdo a los datos disponibles del lunes 29 de enero, a 8 meses y 1 día de que finalice el sexenio había 178, mil 033 homicidios dolosos, siendo el asesinato la primera causa de muerte en México; también se dio a conocer que son 48 mil 895 mexicanos desaparecidos en lo que va del sexenio de AMLO.
Ese mismo lunes se registraron 91 asesinatos en el país, desde luego que el presidente minimizó la cifra, asegurando que es un ataque de sus adversarios políticos y de la oposición, que están desesperados por ganar adeptos; se ha dedicado a hablar, que la principal causa de muerte es el infarto, para responsabilizar a la gente de este problema y negar la cifra de homicidios en su sexenio.
Pero los familiares de las víctimas no piensan igual, de tal forma que durante la estancia en el Centro de Convenciones de Zacatecas, salieron a reclamar justicia, pero el presidente los ignoró, no hubo palabra de aliento para ellos, lo mismo pasó a los médicos de la Secretaría de Salud que denunciaron anomalías en el proceso de basificación que les ofrecieron para pertenecer al IMSS –Bienestar tras el fracaso del Insabi.
Nada se dijo sobre continuar el proyecto de la presa Milpillas, que urge para asegurar agua para el consumo humano e industrial de la zona conurbada Fresnillo-Zacatecas-Guadalupe, hubo silencio en el compromiso de pavimentar carreteras destruidas, o de continuar las vías a Aguascalientes o Guadalajara.
Queda claro que el propósito del primer morenista era hablar de la sucesión presidencial, para cerrar filas con el proyecto del tabasqueño que ya casi se va, pero él necesita quien le cuide los negocios de sus muchachos, una nueva clase política que se está enriqueciendo con la protección del líder de la 4t.
Con AMLO en el gobierno, eso de no mentir, no robar y no traicionar, es sólo propaganda para hacer creer al pueblo que la transformación le conviene, pero no es así, aunque la gente se mantenga callada por miedo a perder el dinero que le ayuda a resolver necesidades inmediatas.
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