El Gobierno federal actual ha recurrido a la represión para acallar voces que le incomodan. Lo mismo a grupos sociales, periodistas, líderes de opinión, partidos políticos, académicos, organizaciones de la sociedad civil, entre otros.
La represión, según la Real Academia Española, es la acción de utilizar la violencia frente a una “sublevación”, o una manifestación política o social. Sin embargo, es de agregarse, que, no necesariamente haciendo uso de la violencia, también con el solo hecho de apostar a miles de cuerpos policiacos o con el simple hecho de obstruir el paso con vallas o de impedir hacer algo.
Así, la represión no es sólo con violencia, y hoy se usa a la policía como la forma de reprimir al pueblo de México.
El caso más reciente, la manifestación que miles de mujeres hicieron en el Zócalo de la capital de México, lugar donde se concentraron, pintando de morado la plancha y donde se toparon en su camino con policías y en su destino final, una muralla que acordonaba todo el Palacio Nacional, como si de criminales se tratara, pero lo único que hacían era manifestar su rechazo por la violencia en contra de las mujeres.
Y es que la violencia ha ido en aumento y el actual Gobierno no ha hecho nada para remediar esta situación, contrario a eso, desde la máxima tribuna donde se condena lo hecho por las mujeres.
Esta política de violentar hacia cualquiera que no esté con un Gobierno en específico, se ha desplegado a lo largo y ancho del país, siendo las administraciones estatales las que replican lo hecho desde Palacio Nacional.
Decía yo, que la represión es una acción que hoy se usa como un arma, un escudo que pone en vulnerabilidad a los mexicanos, que lejos de ayudarlo, se les ataca, calumnia y vociferan miles de palabras en su contra.
En los días recientes, jóvenes yucatecos padecieron en carne propia la represión. Para continuar sus estudios, ya que, debido a la situación económica familiar muy precaria, cada semana tienen que salir a los semáforos a pedir el apoyo de la ciudadanía.
Cabe destacar que no existe apoyo por parte del Gobierno de Mauricio Vila Dosal, que poco o nada ha hecho para sacar de la pobreza a los yucatecos, a pesar que en su tercer informe de Gobierno dijo que lo iba a hacer; han pasado dos meses o para ser más exactos, tres años y sigue sin poder acabar con este mal que aqueja a los mexicanos.
Pues mientras no se cubra con lo indispensable para el pueblo de Yucatán, estos seguirán inundando las calles o semáforos, pidiendo el apoyo de la ciudadanía, pero lejos de resolver el asunto de fondo, el Gobierno lo que hace es retirar, ahuyentar o reprimir a vendedores ambulantes, buscan el pan para llevarlo a sus hogares.
El correrlos de los semáforos no soluciona el problema, sino lo agrava. Si el Gobierno quiere acabar con los vendedores ambulantes, lo que debe de hacer es proveerlos de apoyo, pero no, el yucateco que anda en esta situación tiene que cuidarse porque de no hacerlo, estaría condenado a pisar la cárcel.
En esta situación también han estado los moradores del albergue estudiantil “Ermilo Abreu Gómez”, quienes en los recientes días han sufrido la represión de un Gobierno que no ve por ellos como el pueblo yucateco que son, sino lejos de que reciban el apoyo, son reprimidos por parte de policías estatales que los tratan como criminales.
Los jóvenes, que ven en la colecta pública un medio por el que puedan subsidiar sus estudios, así como su albergue estudiantil, al no contar con el apoyo gubernamental o en este caso del Gobierno de Mauricio Vila Dosal, salen a las calles a solicitar el apoyo de la ciudadanía, los cuales son bien recibidos y en ocasiones es el mismo pueblo que con sus palabras, alientan a los jóvenes a seguir estudiando y no desviarse.
Pero lejos que el Gobierno los deje hacer esta actividad, los reprime, intimidados por cuerpos policiacos, y con el argumento de la contingencia por Covid-19, cuando el Gobernador dijo que todas las actividades en verde por el semáforo, con tal de que desistan de su actividad que no hacen un mal a nadie, sino al contrario, son aplaudidos por la ciudadanía y los alientan a seguir adelante.
Señor gobernador Mauricio Vila Dosal, los yucatecos, así como los estudiantes, necesitan de un apoyo, mismo que su administración les está negando, si se busca que las calles de Yucatán no se “afeen” al mostrar la verdadera cara de este Estado de la península, lo que tiene que hacer es acabar con la pobreza y no desplazar a los ya de por sí desplazados por la sociedad, sino proveerlos de ayuda y sólo así nuestro Yucatán puede salir adelante en un mismo camino, “porque no puede haber dos yucatanes, el de prosperidad y el de pobreza”.
Porque la realidad no se oculta con tan sólo negarla. Por lo que, desde aquí, señor Gobernador, si no quiere pasar al basurero de la historia, deje de reprimir a los yucatecos y sobre todo a los estudiantes que piden la ayuda de la ciudadanía, la que su Gobierno ha negado por tres años.
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