El Tribunal Electoral del Poder Judicial (TEPJF) ordenó al Instituto Nacional Electoral (INE) promover la modificación de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe) para que el 18 de enero de 2024, cuando culminen las precampañas iniciadas el pasado 20 de noviembre, las fuerzas políticas que buscarán la Presidencia de la república cumplan con su obligación de rendir cuentas del uso de los recursos financieros destinados a movilizar a sus candidatos.
La campaña oficial de 2024 empezará el próximo 1° de marzo y el proceso electoral del año próximo será el más grande de la historia de México porque, además de la designación del titular del Poder Ejecutivo Federal, se elegirán 629 representaciones políticas federales (500 diputaciones y 129 senadurías); nueve gubernaturas estatales (Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán) y 19 mil 634 puestos municipales.
En la disputa por la Presidencia de la república participan Claudia Sheinbaum Pardo, abanderada de Morena, Partido del Trabajo (PT) y Verde Ecologista de México (PVEM); Xóchitl Gálvez lo hará con el apoyo del Frente Amplio por México, integrado por los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD); y Samuel García postulado por el partido Movimiento Ciudadano (MC). Fueron los primeros en iniciar las precampañas políticas; posteriormente se sumarán los candidatos a diputados federales y senadores y, finalmente, los aspirantes a diputados locales, a alcaldes y a otros cargos municipales en las nueve entidades de la república participantes en el proceso, que durará 60 días.
Aunque la legislación electoral sanciona los actos anticipados de campaña, hasta ahora ni el INE ni el TEPJF han sancionado a Morena, que flagrantemente ha violado la ley electoral por la selección anticipada de Sheinbaum Pardo, a quien AMLO ungió durante un acto público ampliamente difundido. En esta misma infracción incurrieron el Frente Amplio y MC, aunque con menos estridencia.
En realidad, la precampaña presidencial de Morena se inició hace cuatro meses y no, por supuesto, el pasado 20 de noviembre, cuando comenzó a burlar las reglas democráticas para tomar ventaja político-mediática sobre el Frente Amplio y MC.
Uno de los engaños de Morena consiste en hablar de “coordinador del movimiento de la cuarta transformación” para no citarlo por su nombre real: candidato presidencial, y el otro en llamar “asambleas informativas” a los actos de campaña de su candidata.
Uno de los engaños de Morena consiste en hablar de “coordinador del movimiento de la cuarta transformación” para no citarlo por su nombre real: candidato presidencial
En 2024, los partidos tendrán un financiamiento global de 10 mil 444 millones de pesos (mdp). Morena será el más beneficiado, al disponer de tres mil mdp, monto 1.5 veces mayor al que este año ejerció la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade). Este aumento proviene del crecimiento en el padrón electoral y de un incremento de la Unidad de Medida y Actualización (UMA); aunque resulte extraño que el enorme abstencionismo electoral registrado en el país no sea considerado como factor para definir este monto.
En la precampaña electoral ya se aprecian los vicios de siempre: el “chapulineo” de un partido a otro de los aspirantes, así como las mismas caras y discursos demagógicos de la clase política para permanecer en el poder político y económico de México, mientras la mayoría de los mexicanos se debate en la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades.
Ninguno de los tres precandidatos es idóneo para resolver los grandes problemas nacionales, aunque se obstinen en plantear programas “propios”, derrochando recursos públicos. No tienen propuestas de trabajo nuevas; no pertenecen a la clase empobrecida y no están preocupados porque en los pueblos y las comunidades pobres haya empleos suficientes y bien pagados, buenos sistemas de salud, servicios urbanos básicos, infraestructura escolar adecuada y seguridad pública eficiente. Son políticos que buscan el poder para mantener a la población en la ignorancia y el atraso.
La verdadera democracia, la que procura la igualdad socioeconómica real, sigue ausente, y ahora, tras cinco años de un gobierno fallido, la amenaza de un proyecto dictatorial se cierne sobre el país.
Un gobierno diferente no se construye con figuras o políticos que no sienten el dolor de la gente o con precandidatos que juegan a la “democracia” para ocultar su objetivo único: montarse en la silla presidencial.
Hoy urgen hombres y mujeres con una visión de futuro diferente y que trabajen para que el pueblo se eduque, se una y de su organización política emerjan ciudadanos con un perfil y una visión que ponga al pueblo mexicano encima de todo. Por el momento, querido lector, es todo.
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