MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Con Morena se anuncia más violencia en Edomex

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A estas alturas del sexenio hay suficientes ejemplos para afirmar que donde Morena se hace del control político de algún estado para gobernar, las cosas no solamente no mejoran, sino que empeoran, y en muchos lugares los problemas que ya existían, como la violencia, la inseguridad y la mal gobernanza, se salen de control.

Así lo documentan analistas, especialistas o periodistas, pero sobre todo, los testimonios de habitantes de entidades como Veracruz, Puebla, Guerrero, Oaxaca o Chiapas, entre muchas otras.

La violencia e inseguridad son dos calamidades que diariamente tienen “con el Jesús en la boca" a millones de mexicanos, y al inicio de este año, en el mes de febrero, se demostró que en Colima, Zacatecas, Baja California, Morelos y Sonora, todos gobernados por políticos morenistas, hubo más feminicidios, percepción de más inseguridad y un mayor número de actos delictivos.

La Ciudad de México tampoco se salvó: ahí se cometieron 199.8 delitos por cada 100 mil habitantes, por lo que ocupó el séptimo lugar entre las entidades en donde se cometieron más actos ilícitos.

Para agosto de 2023, el Departamento de Estado de los Estados Unidos lanzó una alerta roja para no viajar, por la violencia extrema que se vive en esas entidades, a Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas y Zacatecas.

Asimismo, el país del norte denunció que las autoridades morenistas que gobiernan en esos estados "no han podido controlar la delincuencia, los asesinatos y el secuestro". Incluso aseguró que "la seguridad no es su prioridad” y que "hay la percepción de que donde Morena llega al poder, la violencia, la criminalidad y la impunidad se desatan”.

En este contexto, a mediados de septiembre, la morenista Delfina Gómez tomó protesta como gobernadora. En su mensaje, ni por encimita habló de una estrategia o acciones a fondo contra la violencia e inseguridad que privan en el Estado de México.

Las cifras son alarmantes y trágicas ya que, tras cinco años de que AMLO llegó al poder, hay más de 174 mil homicidios dolosos, 95 en promedio por día.

Tres meses después, el viernes 8 de diciembre, se dio la primera crisis en el municipio de Texcaltitlán, donde tras un supuesto enfrentamiento entre pobladores y delincuentes, catorce personas perdieron la vida. Pero, nuevamente, no se vieron acciones bien pensadas que vayan a garantizar la seguridad de los mexiquenses; simplemente se limitó a pedir la intervención permanente de las fuerzas federales de seguridad.

La violencia en Texcaltitlán alerta y preocupa a todo el territorio, y los habitantes se preguntan si esa será la tendencia con la recién estrenada gobernadora. También se vuelve un llamado de atención urgente para todo el gabinete mexiquense y federal, porque no hubo atención policiaca inmediata, por lo que las exigencias de que se esclarezca lo sucedido y se deslinden responsabilidades para no criminalizar a la ciudadanía siguen vigentes.

Otra preocupación que tienen los mexiquenses es que la gobernadora vaya a seguir (que es lo más seguro que suceda) la política de su mentor de Palacio Nacional,  de "abrazos no balazos" contra los criminales.

Es grande la preocupación porque, de hacerlo, el acoso hacia la población por parte de la delincuencia y el crimen organizado aumentará y seguirá demostrando que esa estrategia no funciona y sólo dan manga ancha a los delincuentes, aunque López Obrador los acuse con sus mamás o abuelitas.

Texcaltitlán apenas cuenta con 2 mil habitantes y es un lugar con poca atención del gobierno estatal o federal, pero el crimen organizado se apoderó de él, como de cientos de pueblos y ciudades por al abandono gubernamental. Por esta razón, los habitantes, que están hartos de extorsiones y robos (como millones de mexicanos) se “enfrentaron” a tiros con quienes históricamente han cometido atropellos contra la población.

Lo ocurrido en Texcaltitlán es un espejo de lo que vive México, donde muchas zonas no son atendidas por las autoridades, y los ciudadanos no tienen y no les quedan otras opciones más que la resignación a ser víctimas eternas, o a exponer su vida al “enfrentarse” a los criminales.

Velar por la paz, la tranquilidad y la seguridad de los habitantes del Estado de México le corresponde al gobierno morenista de Delfina Gómez, pero también al gobierno de López Obrador como parte del territorio mexicano. Lamentable y desgraciadamente, donde Morena gobierna, las cifras de inseguridad y violencia se han incrementado.

A nivel nacional las cifras son alarmantes y trágicas ya que, tras cinco años de que AMLO llegó al poder, hay más de 174 mil homicidios dolosos, 95 en promedio por día, y se estima que el sexenio de la 4T terminará con 206 mil 418 homicidios. 

Tal cifra dará un golpe en el rostro a Morena y al presidente, y le demostrará que su política de “abrazos no balazos” fue un total fracaso. Por el momento, querido lector, es todo.

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