Hace unos días, como ya es costumbre, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en una de sus conferencias matutinas, mencionó que en materia de seguridad pública es notorio el avance en la Ciudad de México porque ningún gobierno le ha dedicado tanto tiempo al problema de la inseguridad y de la violencia como el que él representa.
Ahora bien, creo que lo que menciona el presidente de la república mexicana sólo dice las cosas por arriba y no profundiza la situación; por ejemplo, dice que la CDMX es de las ciudades más seguras y que se puede probar que es más segura que varias ciudades de Estados Unidos (EE. UU). Comparó la seguridad de la CDMX con New York y dijo que por eso la seguridad de capital es superior, pero no comparó con estadísticas más certeras, lógicamente si comparamos estas dos ciudades (CDMX y New York) la mexicana tiene menor índice de delitos, pero aun realizando estas comparativas podemos decir que los mexicanos no se sienten seguros en la CDMX.
La mayoría sabe que sobre las calles de la capital no puedes andar con cosas de valor porque en cualquier momento te lo quitan, asimismo el asalto en el transporte público ha aumentado y, al parecer, ya se está normalizando, he visto que hay vendedores ambulantes ofreciendo carcasas de celulares para cuando te asalten entregues el accesorio, y los asesinatos van en aumento, entonces no me explico porque el presidente dice que es notorio que la seguridad va mejorando.
Ahora bien, es cierto que todas las mañanas se reúnen: el presidente, el secretario de la Defensa, de la Marina, la secretaria de Seguridad Pública, pero hasta el momento no han realizado nada para reducir el índice de inseguridad, es más el mismo presidente ha salido a defender a los delincuentes, diciendo que hay que cuidarlos porque son humanos o que hay que dar abrazos y no balazos, o que los acusemos con sus mamás, esa es la forma de combatir el crimen de la cuarta transformación.
En comparación con el presidente de El Salvador, que metió a un gran número de los delincuentes de la Mara Salvatrucha y los que tenía dentro los castigaba si la delincuencia continuaba en su país, ahora bien, esto puede ser tema de debate, pero si nos ponemos a ver cuál de los dos presidentes está realizando algo en contra de la inseguridad, podemos decir que el presidente de El Salvador se está tomando enserio ese tema mientras que el mexicano sólo está jugando.
Es hora de que López Obrador tome cartas en el asunto y vea por la seguridad de todos los mexicanos y no sólo de unos cuantos, el pueblo se va a cansar y se tomará justicia por su propia mano.
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