Tijuana es el municipio más violento del país y por mucho de todos los demás. Ensenada está en el número quince, Mexicali en el 26, Playas de Rosarito en el 37 y Tecate en el 40 de los municipios más violentos, cinco de siete. Pero esos cinco representan el 99 % de la población de Baja California, ya que los otros dos representan el 1 % de la población.
Así lo demuestran los últimos datos oficiales, pero es que no sólo en estos municipios se centra la violencia, pues el Pueblo Mágico ha repuntado como uno de los más violentos.
Tecate registró cuatro asesinatos en menos de 48 horas, todos perpetrados a plena luz del día y a la vista de quienes transitaban por distintas zonas. Las agresiones se suscitaron horas después de que policías municipales y estatales anunciaran en un acto público el despliegue de agentes a lo largo y ancho del municipio, como parte del operativo Semana Santa Segura.
Ante esta ola de violencia, el Gobierno ha empezado a actuar. Luis Cresencio Sandoval identificó a Tijuana, Mexicali, Ensenada y Playas de Rosarito como los municipios de Baja California más afectados por delitos vinculados a la delincuencia organizada, por lo que el funcionario informó que en Baja California ya operan 4 mil 527 elementos de Sedena, mil 162 de la Secretaría de Marina (Semar) y 3 mil 654 de la Guardia Nacional, totalizando 9 mil 343 efectivos federales. A estos se suman policías estatales y municipales para alcanzar una fuerza operativa de 15 mil 341 elementos.
Aunque pareciera una respuesta rápida y eficaz, poco a poco se han estado involucrando más y más efectivos en la seguridad del estado, sin que estos tengan efecto alguno, pues nada ha cambiado o, por lo menos, nada en los números de inseguridad se ha visto que disminuya.
Hoy la política de “abrazos, no balazos” cero resultados ha tenido, porque vemos más delincuencia, porque vemos que nada ha mejorado la calidad de vida de los bajacalifornianos y que, por lo menos en este rubro, los números han ido en incremento y la percepción de los ciudadanos en materia de seguridad es muy mala.
Los mexicanos necesitamos entender que la única solución a este y muchos otros problemas que nacen de la injusta distribución de la riqueza, es la organización, que la única solución a la delincuencia, a la desigualdad y al hambre que tienen millones de mexicanos es la unión del pueblo, para que juntos, de manera unida y organizada, de manera consciente, tome el poder, las riendas de este país y lo lleve a un futuro de prosperidad.
Antorcha llama a esta unión, a esta organización, llama a que de manera organizada, de manera consciente, el pueblo asuma el compromiso de llevar a nuestro país a un verdadero cambio, a una nueva estructura social, en la que la desigualdad deje de existir.
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