Con éxito concluyó la gira que recientemente realizaron por el estado de Quintana Roo el Ballet Folclórico Juvenil “Aolanis” de Tijuana, Baja California, y los grupos culturales del Movimiento Antorchista quintanarroense, denominada: “Uniendo los confines de la patria”.
Este es un esfuerzo muy grande tanto para los jóvenes bailarines como para los organizadores porque implica mucho trabajo y sacrificio para realizar esta loable tarea artística-cultural.
El esfuerzo valió la pena porque, como ha dicho nuestro dirigente nacional, Aquiles Córdova Morán, “este tipo de eventos culturales buscan generar unidad entre los pueblos frente a la actitud individualista de otras culturas que se quieren implantar en México y que tienen el objetivo de dividirnos”.
Siempre que se haga un trabajo con el objetivo de seguir educando y politizando al pueblo, este será revolucionario. Antorcha sigue avanzando en esta tarea.
La cultura tiene una importancia social, es decir, es una herramienta para combatir el individualismo, nutre el espíritu de los que la practican y de los que saben apreciar el buen arte. El arte y la cultura pueden lograr que todas las personas que pertenecen a la misma clase social se unan, se defiendan y juntos combatan los problemas sociales.
Antorcha, desde que nació hace 50 años, tiene como una de sus actividades principales el impulsar la cultura, precisamente porque sabemos que, en una sociedad tan injusta como en la que vivimos, se cultiva la idea de que lo que vale es el éxito y bienestar individual de cada quien, independientemente de lo que pase a costa del bienestar de los demás.
Se cultiva un egoísmo e individualismo extremo que está pensado para disolver a las organizaciones sociales, es decir, los que tienen los mismos males no se identifiquen entre sí como un solo hombre y, por lo tanto, no se unan y no se defiendan de sus opresores.
Ítem más, impulsamos la cultura de nuestra nación porque es muy vasta y rica, viene desde milenios atrás, pero desafortunadamente nuestro país se inunda de propaganda basura (sobre todo la estadounidense), que la hacen pasar por “cultura” pero no es más que una forma de idiotizar, sobre todo a los jóvenes y a la clase trabajadora, precisamente para que se olviden de sus antepasados, de sus problemas, de su clase social y se mantengan sometidos al capitalismo que hoy controla gran parte del mundo.
En los tiempos que corren, el arte y el deporte son muy costosos y elitistas; no cualquiera puede practicarlos o apreciarlos, porque lo convirtieron en una mercancía que se compra y vende para dejar grandes ganancias a sus “promotores” y tiene un efecto manipulador para engañar al pueblo y tenerlo con los ojos cerrados ante los problemas de su patria; además, hacen de los artistas o deportistas individuos vanidosos e insensibles que son indiferentes ante el sufrimiento de los demás.
Contrario a esto, Antorcha busca engrandecer el espíritu humano, formando hombres y mujeres cultos, más sensibles, solidarios, más fraternos y dispuestos a luchar por alcanzar la libertad.
Es por eso que nos preocupamos, en primer lugar, por la educación y por la politización de las masas trabajadoras, y para ello, el arte y la cultura juegan un papel muy importante si se enseña e impulsa fomentando el trabajo colectivo y solidario.
El legado de Antorcha ha dado frutos a lo largo y ancho del país, a través de nuestras actividades culturales como las “Espartaqueadas”, donde miles de artistas de todo el país conocen el trabajo cultural de Antorcha y se suman a este gran proyecto de impulsar la cultura y el arte no de manera elitista, sino como una forma de educar y concientizar al pueblo y, de manera muy importante, rescatar nuestras bellísimas tradiciones que se van perdiendo.
Así es como la compañía de danza folclórica “Aolanis” de Tijuana, Baja California, dirigida por el gran maestro Blas Gilberto Armenta, se sumó en un trabajo intenso de hacer que padres de familia y jóvenes aprendan a trabajar en colectivo, alejados de los vicios, de las malas influencias y convertirlos en personas con un pensamiento más analítico, crítico y agudo, pero, sobre todo, sensibles ante los problemas de la sociedad.
Inspirados por el ideal antorchista y como parte de la formación artística y social, “Aolanis”, desde hace más de seis años, se dio a la tarea de realizar giras artísticas en el sureste mexicano, especialmente a Quintana Roo, donde llegan y comparten experiencia con los grupos culturales antorchistas de este estado y juntos, unidos como un solo hombre, con un solo ideal, se organizan para presentarse en pueblos mayas, colonias populares, plazas públicas de los distintos municipios de la entidad, para mostrar su esfuerzo por llevar la cultura a los lugares más recónditos donde el arte elitista no llega porque la gente no tiene para pagarla.
Esta intensa gira, denominada “Uniendo los confines de la patria”, ha dejado una bocanada de aire fresco en todo el estado de Quintana Roo. Los artistas han recibido miles de aplausos de campesinos, colonos, estudiantes, profesionistas y turistas locales y extranjeros que han quedado maravillados de la disciplina, esfuerzo y entrega de estos jóvenes.
Siempre que se haga un trabajo con el objetivo de seguir educando y politizando al pueblo, este será revolucionario. Antorcha sigue avanzando en esta tarea y a ello se suman amigos como “Aolanis”, que entendieron esta importante labor. Hemos hecho mucho, pero el camino es muy largo y sinuoso, se necesitan muchas manos y cuerpos para avanzar más aprisa.
Mientras tanto, a nombre de todos mis compañeros antorchistas, agradezco muy sinceramente al maestro Blas Gilberto; a los jóvenes artistas de la compañía de danza “Aolanis” de Tijuana, Baja California; a los padres de familia de los jóvenes artistas que los acompañaron y a los que no vinieron a la gira pero confiaron en los organizadores, ¡muchas gracias por este banquete cultural! Antorcha les reconoce su esfuerzo y los considera parte de nuestro proyecto de nación. Vale.
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