No se puede ver la belleza de unos de los lugares paradisíacos de México, como lo es Tulum, sin ver el trabajo informal. Muy poco ha hecho el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador AMLO, para dar una solución real al asunto; y, siendo sincero, en pocos meses que culmine su mandato presidencial, muchos estados seguirán en la misma situación. Tulum por más hermoso que sea, lo opaca el gran número de desempleo y empleo mal pagado. El actual edil tiene mucho que dar por el pueblo tulumnense.
Para dar un panorama general del estado y comprender el desarrollo desigual en Tulum, debemos saber que Quintana Roo creció en 8.2 por ciento en el tercer trimestre del 2023, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social somos 1.8 millones de habitantes, y un poco más detallado también creció el nivel de pobreza, a 892 mil 675 habitantes.
Según la Organización Internacional del Trabajo OIT para el 2024 la tasa de desempleo aumentará de manera significativa, y México no será la excepción. Y no es demagogia afirmar que hoy, los mexicanos que no encuentran empleo en su lugar de origen, ha provocado que migren a lugares como Tulum y Cancún en busca de mejores oportunidades de vida. Pero la realidad es otra, pues si es verdad que ofrece trabajo, pero no son bien remunerados y sin las condiciones mínimas de seguridad. Esto provoca una sobre demanda de empleos.
Al presidente poco le han de importar estos datos, y sobre todo las condiciones de vida de los mexicanos, ya está por concluir su mandato y sus palabras de “primero los pobres”, solo quedó ahí, en palabras. Desde sus inicios la 4T no pudo aplicar las reformas laborales correctas y, entonces, a escasos meses de que concluya esta administración, la Cuarta Transformación no logró lo que le prometió al pueblo.
Hoy Tulum se puede mirar como un destino de miles de turistas nacionales y extranjeros; asimismo un gran número de personas que llegan de diferentes regiones del país al estado, en busca de una mejor condición de vida, en busca de empleo, en busca de un pedazo de tierra donde vivir, en busca de un mejor lugar para sus hijos. La realidad los golpea muy fuerte. Muchos solo se quedan en la ilusión y deambulan por las calles, otros caen en los vicios; y otros están en los semáforos.
Mucha gente que transita por los semáforos de las principales avenidas de las ciudades de Quintana Roo, observa a veces muy despectivamente a los que están haciendo malabares, limpiaparabrisas, pidiendo dinero, vendiendo cositas; como gente floja, adictos y ladrones; pero no es la realidad. Gente de edad avanzada pide dinero, niños vendiendo y jóvenes haciendo malabares; eso indica que no existe una distribución correcta de los recursos y riqueza que produce el estado. Los niños y jóvenes deberían de estar estudiando y aprovechar su infancia, y los adultos mayores deberán de estar gozando de toda la vida que trabajaron para el país. Pero aquí sucede al revés.
Los datos no mienten, somos unos de los estados que mayor aporta en cuestión turística, pero no se ve reflejado en su gente. El Gobierno del Estado tiene la enorme tarea de acortar la brecha de desempleo. Tendrá que aplicar todo lo disponible para que sus calles se vean gente alegre, niños jugando y adultos sonriendo. Esto lo va a lograr con un buen plan de trabajo a favor de todos. Buscar invertir para generar más empleos y bien remunerados para los locales, apuntalar la educación y vivienda. Modernizar los centros de salud. Yo pienso que el problema no es causa de esta administración, pero se puede mejorar.
Alzo la voz en representación de miles de quintanarroenses que no tiene un lugar donde dormir, los que son explotados laboralmente, aquellas familias que no tienen el servicio de salud, por todos los que de alguna manera viven marginación y en el abandono, les estrechamos la mano para caminar juntos para que las condiciones actuales mejoren. El único camino y recurso que nos queda es la lucha organizada. Vale.
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