Es el primer sábado de 2023. Es la Ciudad de México, el corazón del país. El día está comenzando. Son las 9:00 de la mañana. La jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum está de viaje: anda muy apurada en su precampaña presidencial. Pisa las calles de Morelia, Michoacán. Desayunará con el gobernador Alfredo Ramírez, a la 1:00 de la tarde ofrecerá una conferencia en el Teatro Morelos sobre “Las políticas exitosas de la CDMX” y por la tarde, para acabar el día, visitará Quiroga. Ese es el plan. Sería un buen día para Claudia. En Morelia, como en todas las capitales de los estados, también abundan las pintas de #EsClaudia. Son ilegales, desde luego. ¿Pero quién puede probar que ella las mandó poner? Entonces no son tan ilegales. Y así se juega en la política mexicana.
Comenzando el año y Claudia ya empezaría ganando votos para 2024. Sigue a su maestro, AMLO. Siempre en campaña. Para eso organiza costosos conciertos en el zócalo. Para eso le da dinero a los viejitos. Y a las señoras. Y a los estudiantes. Y a los ninis. ¡A comprar conciencias! Eso fue lo que le enseñaron. Así se ganan las elecciones. Por eso no hay dinero para nada más; por ejemplo, como para componer o modernizar en serio el Metro de la CDMX. Y la realidad le cobra factura: a las 9:16 de la mañana, de ese sábado 7 de enero, dos trenes de la línea 3 chocan brutalmente. Una joven pierde la vida y 57 más quedan heridos. Claudia ya no dará su conferencia en el Teatro Morelos, porque ¿qué tan exitosas son las políticas de la CDMX? En abril de 2021, el desplome de un tren mató a 27 capitalinos. Claudia tampoco desayunará con el gobernador y mejor le pide prestado un helicóptero para salir rumbo a la ciudad que gobierna. Pero vuela despacito. Pasan dos horas y la consentida de AMLO nomás no aterriza en la capital. A las 11:32 de la mañana debe decir que “ahorita” llega, como sostienen los despreocupados. En el tiempo del viaje va pensando que todo eso “es un compló”, como le aprendió a su maestro. Pero como ella es intelectual, debe cambiar la palabra. No sea que la acusen de plagio, como a Yasmín Esquivel, la ministra de la Suprema Corte… ¡que también es consentida de AMLO, junto con su esposo el empresario Riobóo! Así que Claudia mejor dice: “es un sabotaje”. En medio de la muerte que provoca su pésimo gobierno, ella aprende a ser la víctima. Algo muy morenista o, mejor, muy lopezobradorista.
El 8 de enero, Mario Delgado, presidente nacional de Morena, tuiteó un desplegado firmado por los 21 gobernadores morenistas o lopezobradoristas. En él, todos ellos, gobernadores capaces de mover millones de pesos de sus estados para lo que se les ofrezca, quieran, deseen y gusten, se “solidarizan con las personas que resultaron heridas” y “ofrecen el pésame” a los familiares de la joven que perdió la vida. ¿Y? ¿De verdad creen que esa solidaridad sirve para algo? Son palabras huecas. Es basura discursiva. Molesta. Encabrona. Esa solidaridad mejor debería mostrarse en: 1) A todos los heridos llevarlos a los mejores hospitales del país para que sean curados de la mejor manera. 2) Investigar y castigar a los verdaderos culpables de los accidentes en el Metro, no importando que sean funcionarios de alto nivel o empresarios. 3) Hacer un plan de inversión serio para componer todo lo que esté mal en el Metro e invertirle para convertirlo en un sistema de transporte seguro, rápido y barato para los trabajadores de la capital. Según algunas estimaciones, todos los días al Metro se suben cinco millones de pasajeros, que pagan cinco pesos cada uno. Hagan las cuentas y descifren quién se queda con esos 25 millones de pesos diarios que, obviamente, no se usan para arreglar el sistema de transporte más grande de América Latina. Al año, según esto, son 9 mil 125 millones de pesos. Yo creo que con eso sí alcanza para comprarle frenos nuevos a los trenes, ¿o no?
Reforma del 13 de enero dice en su portada: <<El representante sindical del Metro, Fernando Espino, acusó que carece de una partida para dar mantenimiento a instalaciones y a trenes. “No tenemos ni herramienta, mis compañeros tienen que cooperarse para comprar sus propias herramientas”, refirió. Aseguró que las fallas, como el estallido de neumáticos, son eventos cotidianos ante la falta de recursos.>>
Desde que el PRD gobierna la Ciudad de México, en 1997, el Metro ha tenido nueve accidentes, en los que han muerto 32 personas y han resultado heridas, algunas de gravedad, 217. Ahora gobierna Morena, que es el PRD “renovado”. Eso no le importó a La Jornada y el viernes 13 de enero salió en defensa de Claudia Sheinbaum. Tituló su portada con esta consigna: “Sabotaje en el Metro”. Y dice: “Una investigación del Gobierno capitalino, a raíz del percance en la línea 3, reveló que en el Metro se han cometido acciones de sabotaje. Por ello, desde ayer, fueron desplegados integrantes de la Guardia Nacional en todas las estaciones”. En la misma portada, ¡no podían faltar!, las declaraciones de AMLO y su querida precandidata a la presidencia.
Antes de 2018, La Jornada estaba en quiebra y muchos anunciaban su muerte. Un medio que le sirvió a la izquierda infantil de México lloraba en público ante su posible desaparición. Pero llegó Morena al poder y eso los salvó. Se trata del tercer medio mejor pagado por los gobiernos de Morena. El 7 de abril de 2021, Reforma publicó una nota con la que denunció cuántos billetes le tocan a La Jornada: “es uno de los principales medios que recibe recursos gubernamentales: 251.6 millones en 2019 y 137.4 millones de pesos el año pasado. De acuerdo con la Plataforma Nacional de Transparencia, por servicios de impresión obtuvo además 38 contratos por 52.3 millones de pesos. El Gobierno de la CDMX, a través de la paraestatal Corporación Mexicana de Impresión, le adjudicó entre el 2019 y 2020, 26 contratos para imprimir distintos materiales por 32.9 millones de pesos. También las alcaldías de Tlalpan, Miguel Hidalgo, Azcapotzalco e Iztapalapa, gobernadas por Morena, otorgaron contratos por 19.1 millones de pesos”. En dos años: unos 493 millones de pesos. Se mueren de hambre en ese periódico. Ahora entendemos por qué la defensa de Claudia.
Así que bajo la consigna morenista de que hay sabotaje contra Sheinbaum, el presidente López Obrador ordenó que 6 mil 60 elementos de la Guardia Nacional se fueran a cuidar el Metro. Esos se suman a los 5 mil 853 agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que ya de por sí “vigilan” las 190 estaciones del Metro. El viernes 13 de enero, Reforma tituló así su portada: “Vigilan más al Metro que ¡a 29 estados!”. Dice en el texto: “Ni siquiera estados con altos niveles de violencia, como Zacatecas o Michoacán, se acercan al número de efectivos que fueron desplegados a las estaciones del metro capitalino”. Es más, ni Sinaloa, que acaba de vivir una semana de terror por la captura de Ovidio Guzmán, tiene tantos elementos de la GN. Así de sencillo: es más importante cuidar la imagen y los caprichos de Sheinbaum que la vida de millones de ciudadanos de un estado gobernado por el crimen.
Lo real es que esa Guardia Nacional solo ha servido para una cosa: reprimir a los jóvenes universitarios y pasajeros que exigen pasaje gratis y alto a la militarización en el Metro. Los capitalinos y todos los ciudadanos que usan el Metro no necesitan más Guardia Nacional, sino que al Metro se le meta dinero para hacerlo un transporte seguro, bonito y rápido, que le sirva a los obreros y trabajadores del centro del país. ¿Eso lo hará Sheinbaum? ¿Eso lo hará Morena? ¡No lo creo! Si usted coincide, entonces tiene una tarea: no vote por un partido que ¡hasta en el Metro! está matando a los mexicanos. Remember los muertos por Covid. Remember los asesinatos en el sexenio de AMLO. No votemos por la muerte. No votemos por Morena.
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