México se queda sin agua. Cada vez son más los mexicanos que carecen del vital líquido en sus colonias, sobre todo en entidades del centro y norte del país, cuyos pronósticos de la propia Conagua sugieren que México podría enfrentar el temido “Día Cero” para el año 2028 si no se implementan medidas correctivas de manera urgente.
Sin embargo, el Gobierno del morenista Andrés Manuel López Obrador desvía la atención de este problema de carácter nacional, pero sobre todo olvida a los mexicanos pobres, quienes temen que el día de mañana les falte el vital líquido.
En Yucatán, el 1.2 % de la población no tiene acceso al líquido en casa, es decir, 28 mil 458 personas ven trastocado su derecho humano, de acuerdo con la Conagua.
De acuerdo al más reciente informe del Comité técnico de Operación de Obras Hidráulicas de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), aproximadamente el 76.21 % del territorio nacional está siendo afectado por sequías de diversos niveles. En regiones como el noroeste, noreste y el centro, se encuentran bajo la presión de sequías extremas y excepcionales. La Ciudad de México, el Estado de México, Hidalgo y Puebla, son algunos de los lugares que actualmente están experimentando un aumento considerable en los niveles de sequía.
Esto se debe a que el nivel de llenado de las 210 principales presas del país, responsables de almacenar el 92 % del agua de los embalses, disminuyeron significativamente, alcanzando apenas la mitad de su capacidad total. Es preocupante la situación del Sistema Cutzamala, en donde las tres presas que abastecen el 25 % del suministro de agua en la zona metropolitana del Valle de México también muestran una disminución en su capacidad de almacenamiento.
Para quienes vivimos en la península podríamos creer que el agua no va a escasear; bueno, al menos así nos lo han hecho pensar. Pero es falso: aquí también hay escasez de agua. Veamos.
De acuerdo con el informe del Consejo de Cuenca Península de Yucatán, de 2003 al 2020, es decir, diecisiete años, la disponibilidad de agua en la península disminuyó un 59 %.
En Yucatán, el 1.2 % de la población no tiene acceso al líquido en casa, es decir, 28 mil 458 personas ven trastocado su derecho humano, de acuerdo con el informe de la “Situación del subsector de agua potable, alcantarillado y saneamiento 2021”, publicado por la Conagua.
A esto le sumamos que el líquido está siendo contaminado por las grandes industrias o granjas porcícolas y avícolas que hay en la entidad, a través de los mantos acuíferos que, de acuerdo con especialistas, se están llenando de excremento y cuya agua llega hasta los hogares de la gente, provocándoles enfermedades.
Sí, en Yucatán el agua también peligra. Lagunas y acuíferos, de acuerdo a investigaciones, contienen no sólo excremento, sino plaguicidas, y hasta cafeína. A esto se suma la falta de drenaje público.
El exceso de residuos que se están arrojando al subsuelo ponen en riesgo los mantos acuíferos del estado, pues, aunque se cuenta con la reserva de Cuxtal, que es donde se cuenta con la mayor parte de reserva de agua que se utiliza: no es suficiente para abastecer del líquido a toda la ciudad de Mérida.
Es un problema que continúa sin atenderse no sólo a largo sino a corto plazo y que está afectando. Pues de acuerdo con la Conagua, que compartió en su “Monitor de Sequía de México” el listado completo de los estados más afectados por la escasez de agua, con corte al 31 de enero del 2024, destaca Yucatán, y de acuerdo con el monitor de agua del Servicio Meteorológico Nacional y Conagua, Yucatán tiene sequía en 14.2 % de municipios.
Es un tema que el Gobierno federal ha abordado de manera superficial o en su caso no toca cuando el presidente López Obrador visita Yucatán, como pasó este miércoles 28 de febrero que acudió a inaugurar un museo, o en sus diversas supervisiones del Tren Maya; sólo ignora la crisis del agua.
Mientras tanto, se privilegia el consumo a la gran industria y las ciudades, pero se deja de lado a los pueblos; se evita construir proyectos de mayor envergadura y prefiere explotar los mismos mantos acuíferos, que hoy se están agotando, dejando de lado a los mexicanos que todos los días sufren en sus hogares por no contar con el vital líquido. Tal y como se ve en las colonias populares.
Si la crisis de agua no se resuelve de fondo, este problema seguirá creciendo, y el afectado será siempre el pueblo pobre y trabajador de México; por eso es urgente y necesario exigir un plan hídrico nacional e integral para evitar la falta de agua.
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