Estoy totalmente de acuerdo con los que opinan que urge que las autoridades escuchen a los miles de damnificados por el huracán “Otis” en Guerrero. Que vean la realidad, que dejen de estar simulando y de hacerse los mártires, de echar culpas al gobierno del pasado.
Los hechos lo dicen: fueron los conservadores, como dice AMLO, los que respondieron mejor en su momento, actuaron más rápido, destinando recursos económicos y un equipo de todas las dependencias y de la sociedad civil.
La 4T, como siempre, está tratando de que sea la gente la que pague los platos rotos; adelantar recursos. Ayudar con su mismo dinero no es ayuda.
Con la pandemia de covid-19 actuaron igual, caldos de gallina y amuletos fue la respuesta a una pandemia que no se enfrentó bien, y el resultado fueron 700 mil muertos.
Ahora en Acapulco, en Coyuca de Benítez y prácticamente todo el estado se encuentran desesperados, porque no les llegan los apoyos y la gente padece de hambre y frío.
Las autoridades de Morena siguen como antes, sin ver y sin escuchar: están ciegos por el poder, preocupados mucho más por la contienda electoral, en guerras al interior de su partido y contra todo aquel que tenga alguna aspiración, están más preocupados por criticar, en ver cómo amenazar al que se atreve a señalar sus errores.
La lucha electoral le está causando un daño al pueblo mexicano mucho mayor que el huracán “Otis”, la pandemia de covid-19 o el sismo de 1985. Es una guerra entre mexicanos que critican pero que nada bueno proponen para mejorar la situación ya desesperante ante un alto incremento de la pobreza, de la inseguridad, la falta de salud y por el nulo crecimiento de nuestra economía.
Tres tragedias azotan Acapulco, Guerrero: el huracán “Otis”, la delincuencia, que antes y después sigue cobrando muchas vidas, y la pobreza.
El huracán “Otis” devastó Acapulco y otros municipios; las pérdidas son incalculables, y su recuperación será lenta porque las autoridades de los tres niveles se quedaron inmóviles brillando por su ausencia.
El presidente simulando, la gobernadora perdida, la gente de la presidencia municipal nunca dio la cara. El huracán desnudó al presidente, lo dejó en cueros, porque puso en evidencia la insensibilidad de la autoridad y la falta de preparación en los miembros de gobierno.
Hace falta gente capacitada, ya que la lealtad no fue suficiente. Alucinados por la propaganda, desatendieron todo y no previnieron a la población. La delincuencia ya controlaba casi todo: zonas enteras son ocupadas por el crimen organizado y la pobreza.
Según Coneval, antes de este huracán existían 2 millones 173 mil personas pobres, ocupando el segundo lugar nacional de los estados más pobres; sólo le ganaba Chiapas, que ocupaba el primer lugar.
De nada sirvieron los programas federales que según la 4T Guerrero es el estado que mas se apoya repartiendo dinero, la pobreza seguirá igual y con “Otis” pasó en pocas horas a ocupar los primeros lugares en pobreza a nivel mundial.
El show armado por el presidente no ayudó: necesitamos empleo para los afectados que son prácticamente todos los habitantes de todo el estado, que de alguna manera han sido alcanzados por estas tres tragedias.
Ahora es urgente el Fonden, el empleo temporal, y no sólo de dos municipios. El presidente tiene que reconocer que se equivocó al quitar los programas que ayudaban a la gente, el Fonden, el Seguro Popular, las estancias infantiles. Urge un plan, recursos económicos y humanos para hacerse claridad de los daños, es urgente ayudar las zonas afectadas, no sólo la zona turística.
El presidente quiere quedar bien con los ricos entregándoles dinero para su reconstrucción, destina dinero a sus dependencias favoritas como Pemex la cual mantiene quebrada y que en septiembre se le aportó 102 millones 700 mil pesos, además se dijo que se darán 53 millones 900 mil más.
El presidente de la república sigue montado en su macho, sostienendo que no nos fue tan mal, que lo que pasó en Acapulco no es tan grave. Lo que propone el presidente para la reconstrucción es totalmente insuficiente: cien millones de pesos para poder arreglar alumbrados públicos, pavimentaciones, drenajes, escuelas, aeropuertos.
Pero se necesitan más de trescientos mil millones de pesos tan solo en vivienda, y el presidente propone 35 mil o 65 mil pesos y solamente para Acapulco.
Los pobres de México en general debemos abrir los ojos, darnos cuenta de que el show que está armando AMLO trata de ocultar la realidad, que la política implementada está equivocada.
Ya lo sufrimos en carne propia en la pandemia de covid-19; ahora con el huracán “Otis”. Los hechos ahí están, muchos fracasos, abusos e insensibilidad política. Agradecemos su apoyo económico y moral, su solidaridad con los compañeros de Guerrero y hacemos un llamado a la unión nacional.
Unión, fraternidad y lucha.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario