MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Organización popular contra el caos vial en Manzanillo

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Hace poco leí que el director de la Comunidad Portuaria de Manzanillo (Copoma) afirmó a un medio local que el puerto de esta ciudad continúa con un crecimiento constante en el movimiento de carga contenerizada, lo que lo posiciona como uno de los principales puertos del Pacífico mexicano y el tercero en importancia en América Latina. 

Es tan importante, dijo el director, que se encamina a convertirse en un puerto hub, definido por él mismo como un puerto de gran importancia que sirve como centro de trasbordo de mercancías en una región o incluso a nivel global.  

La organización popular es la única vía para que el pueblo mismo logre su propia liberación; sin ella, seguiremos siendo los agraviados de siempre.

Por otro lado, leí también en otro medio local que, según datos del Inegi, en el mes de julio pasado las exportaciones mexicanas alcanzaron su segundo mejor registro en lo que va del año, pues en el séptimo mes, a que se refiere, el país envió mercancías al exterior por un total de 54 mil 788 millones de dólares, lo que representó un incremento a tasa anual de 14.7 %.  

Si, conforme al creciente movimiento que ya sufrimos hoy del puerto en los últimos años, damos por ciertas las declaraciones hechas por el director de Copoma y agregamos a esto la reciente información dada a conocer por el Inegi, entonces no hay duda: los constantes bloqueos ocasionados por vehículos de carga pesada en los accesos principales de la ciudad de Manzanillo no tienen para cuándo acabar.

La mercancía contenerizada y a granel que entra y sale del puerto reclama su paso y, para ello, no bastará nunca, incluso si fuera necesario, arrasar con la ciudad entera.   

Aquí, conforme a las leyes del capitalismo, yo aventuro dos panoramas que nos esperan a todos, pero sobre todo a los ciudadanos y turistas visitantes asiduos de la ciudad porteña: o se invierte lo suficiente para modernizar, mejorar y ampliar las instalaciones y los accesos al puerto, dejando a un lado, para que no estorben, las necesidades de crecimiento y modernización de la ciudad; o, por el contrario, se invierte lo suficiente para modernizar, mejorar y ampliar la infraestructura y los accesos de la ciudad, para evitarle el sufrimiento de las consecuencias del crecimiento inevitable del puerto.

Esta disyuntiva es inevitable porque es una ley de la sociedad. Teoría de la lucha de clases se llama, y fue el hilo conductor descubierto por el filósofo y economista alemán que llevó por nombre Carlos Marx para analizar el comportamiento de casi toda la humanidad de su tiempo: “La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”, así dijo Marx. Vladímir Ilich Uliánov, conocido como Lenin, lo diría después a su manera: 

“Todo el mundo sabe que, en cualquier sociedad, las aspiraciones de los unos chocan abiertamente con las aspiraciones de los otros […]”.   

Esto que se dijo por primera vez desde mediados del siglo XIX aplica hoy. En Manzanillo, las aspiraciones de los unos, es decir, de los empresarios locales, nacionales y extranjeros que se sirven de los movimientos de contenedores del puerto, chocan abiertamente con los intereses de los otros, o sea, los ciudadanos y trabajadores en general.

Y dígase lo que se diga, nunca será lo mismo ver y atender el problema del caos vial que provocan en Manzanillo los “unos” con sus miles y miles de tractocamiones de carga pesada, que el enfoque que conviene realmente ver a los “otros”, es decir, a los ciudadanos manzanillenses.  

Ante todo esto, la realidad nos dice tangiblemente cuáles son los verdaderos intereses que preocupa atender a los gobiernos de ahora. Citaré dos hechos para demostrar lo que digo.  

Por un lado, tenemos una nota aparecida en el medio El Noticiero del día 22 de agosto pasado, que se publicó de la siguiente manera: “Acuerdan medidas para acabar con el caos vial”. Se dijo en el periódico y luego se informó ahí que las autoridades portuarias y empresarios del sector logístico acordaron medidas para acabar con el caos vial.  

Cito aquí a los participantes del “acuerdo” por parecerme de relevancia: Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (Canacar); Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram); Comunidad Portuaria de Manzanillo (Copoma); Unión de Empresas de Transporte Local de Manzanillo (UETLAM); Unión de Transportistas de Carga de Manzanillo (UTCM); Agencia Nacional de Aduanas en Manzanillo (ANAM); y la Décima Región Naval de la Secretaría de Marina. También asistieron al acuerdo las empresas portuarias Grupo CIMA e Impala Logistics; las terminales de Cemex; Terminal Marítima; Contecon Manzanillo; Corporación Multimodal; SSA Marine México, junto con FRIMAN; OCUPA; Terminal Marítima Hazesa; TAP La Junta y TIMSA.  

Todo esto me parece bien, pero lo que llama mi atención en este acuerdo es la ausencia absoluta de los representantes de la ciudadanía manzanillense. Entonces, ¿en las medidas para acabar con el caos vial no importa la opinión de la ciudadanía? Es decir, ¿se trata de acabar sólo con el caos vial que sufren los unos sin importar lo que sufren los otros?  

El otro hecho que llama mi atención es la millonaria inversión que están realizando los Gobiernos federal y estatal, incluso desde gran parte de la autopista, que, dígase lo que se diga, es muy claro que está orientada a salvaguardar los intereses económicos a los que sirve el puerto.

Cito aquí una nota que tomé del mismo medio, pero del día 28 de agosto: “Terminarán nuevo acceso al puerto el próximo mes”, se dijo ahí, y luego se informó que será el próximo 15 de septiembre cuando se termine la obra del nuevo acceso a la zona norte del puerto, donde se invertirán 557 millones de pesos y “permitirá que hasta 6 mil 500 camiones al día estén transitando por esta nueva vialidad de cuatro carriles, 18 metros de ancha y desde la zona de Contecon hasta el libramiento El Naranjo”.  

Muy bien, felicitaciones para los empresarios del puerto. Pero, ¿dónde están las obras para mejorar las vialidades de la ciudadanía en general? Todo lo largo del libramiento El Naranjo está convertido en un rosario de baches y desviaciones. ¿Por qué modernizan sólo el tramo que usarán los tractocamiones?   

Alguien dijo alguna vez que la liberación del pueblo debe ser obra del pueblo mismo, y yo sinceramente así lo creo. Pero la condición infaltable debe ser siempre la organización popular. Ya vimos cómo es que hasta los empresarios buscan organizarse entre ellos para salvaguardar sus intereses económicos. Hagamos lo mismo entonces los agraviados de siempre. Ya no hay de otra.  

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