Echar sus propias culpas en espaldas ajenas es práctica cotidiana de los funcionarios públicos que no saben gobernar y a quienes, para salvar el pellejo, no les importa acusar a gente inocente de consecuencias que afectan a miles de sus gobernados; generalmente de los estratos más humildes de la sociedad.
Injuriar a alguien sin razón, dañar la imagen pública de gente inocente es una práctica que desde hace muchos años utiliza la gente que quiere ascender al poder o quedarse en él.
Es tan vieja esa práctica que Joseph Goebbels, el antisemita y fascista ministro de propaganda de Adolfo Hitler, la sintetizó en su “principio de la transposición”, el cual habla de cargarle al adversario los propios errores o defectos, pues: “si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Cuántas veces no hemos visto a políticos de alto nivel tratar de justificar errores de sus gobiernos con el argumento de las administraciones anteriores? Muchas, en muchísimas ocasiones hemos oído esos argumentos justificatorios. Es más, en los últimos cinco años eso lo hemos oído prácticamente todos los días, dado que el presidente López Obrador es muy afecto a culpar a otros de sus propios errores: que el mal sistema de salud mexicano es culpa del anterior gobierno, el de los fifís; si la gasolina está cara, es culpa de la corrupción de los anteriores administradores; aunque él y su gobierno honesto no hayan podido bajar el precio de la gasolina, siempre es culpa de otros, y así, en cada rubro que aborda el presidente López, siempre es culpa de otros, generalmente de los anteriores gobiernos.
Eso, precisamente eso, fue lo que hizo la presidenta municipal de Chimalhuacán, Xóchitl Flores Jiménez, también militante morenista, quien sigue de cerca los pasos de su mesías: carga los propios errores al adversario para desviar la atención de su propia ineptitud; es decir, que la gente no se dé cuenta de las acciones erróneas de ella misma o de su propio gobierno.
La noche del sábado 25 de noviembre, alrededor de las 19:30 horas sucedió un acontecimiento inusitado en el ejido Santa María Chimalhuacán: un tanque de agua de 500 m3 de capacidad, que abastecía a mil 500 casas de la zona, se derrumbó y dejó como saldo quince heridos y tres casas completamente destruidas.
La implosión del tanque se debió a la irresponsabilidad e impericia del operador del tanque?, quien se encontraba en completo estado de ebriedad y abrió de golpe la válvula que distribuye el agua a las mil 500 familias, lo que causó un fenómeno de succión que hizo que el tanque reventara: la fuerza del agua hirió a quince personas, entre ellas a un bebé y destruyó completamente tres casas, lo que fue responsabilidad absoluta de la administración morenista de la alcaldesa Xóchitl Flores Jiménez.
A sabiendas de la culpa que tuvo el operador del tanque, empleado del Organismo Descentralizado de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Odapas), a quien no se le capacitó lo suficiente para realizar su trabajo y al que le permitieron trabajar en completo estado de ebriedad, la alcaldesa morenista trató de quitarse la responsabilidad del hecho y, para lograrlo, le echó la culpa al artífice del cambio estructural y social de Chimalhuacán, al exalcalde Jesús Tolentino Román Bojórquez. O sea, Flores Jiménez aplicó el principio de transposición fascista: echó las culpas propias en espaldas ajenas y no encontró otra más que la del constructor del Nuevo Chimalhuacán, a quien siempre quiere desprestigiar.
La presidenta municipal de Chimalhuacán, Xóchitl Flores Jiménez, también militante morenista, sigue de cerca los pasos de su mesías: carga los propios errores al adversario.
Pero las mentiras de la morenista fueron echadas por tierra por el expresidente municipal 2013-2015, Telésforo García Carreón: en una conferencia de prensa presentó datos irrefutables, como que el tanque implosionó por la succión que provocó el operador del tanque al abrir de golpe la válvula de distribución de agua; que el tanque fue construido con placas de acero de la mejor calidad; que su costo fue de 6 millones de pesos y no de 18 millones, como falsamente dijo la morenista para desacreditar a quien llevó al municipio por el camino del progreso y desarrollo.
Además, el exalcalde señaló que: “los 6 millones de pesos estuvieron bien invertidos porque llevaron agua potable a mil 500 familias de las más necesitadas del municipio, de las que construyeron sus casas en una zona irregular porque sus ingresos no les alcanzaron para más, pero gracias a un gobierno progresista, sensible a sus necesidades, se construyó ese tanque para que no les faltara el líquido”, señaló el exfuncionario.
Las administraciones municipales emanadas del Proyecto Nuevo Chimalhuacán y del Movimiento Antorchista, en 21 años de gobierno municipal hicieron miles de obras públicas para beneficio de los chimalhuacanos, por lo que siempre cuidaron que se construyeran con los mejores materiales para que realmente beneficiaran a la población y no le causaran problemas en el futuro.
Esas obras (servicios básicos, escuelas, universidades, centros de desarrollo social, clínicas de salud, espacios públicos, teatros, auditorios, unidades deportivas, etcétera) siguen hablando de la calidad material que tienen pues continúan en pie a pesar del abandono en que las tiene la administración morenista que en dos años no les ha dado mantenimiento. De un momento a otro se pueden caer y causar más problemas a los chimalhuacanos.
Así sucedió el pasado 2 de noviembre, cuando las personas que fueron a visitar las tumbas de sus familiares al panteón Los Rosales se vieron sorprendidas por el rompimiento del puente peatonal del mismo nombre, al cual la administración de Xóchitl Flores no le dio mantenimiento a pesar de que la ciudadanía y la primera regidora en dos ocasiones le solicitaron. No obstante, ella se los negó argumentando que no había dinero. Porque se sabía culpable, la alcaldesa morenista nunca se presentó a ver cómo había afectado a la población, a la que también dejó abandonada.
En la década de los 40, Adolfo Hitler y Joseph Goebbels echaban las culpas propias en espaldas ajenas. Ahora, Xóchitl Flores aplica la política propagandista de los fascistas que mataron a más de un millón de judíos: la culpa de la implosión del tanque de agua Adolfo López Mateos fue de la administración morenista y, a pesar de que eso le queda claro a la gente, la alcaldesa morenista trató de echarle la culpa al líder de Antorcha y del Proyecto Nuevo Chimalhuacán.
Su intención era crear una cortina de humo en torno a la irresponsabilidad del ayuntamiento que encabeza, el cual a cada momento muestra su incapacidad para gobernar como lo es la escasez de agua que hay en el municipio, la falta de medicamentos en los centros de desarrollo social, la falta de infraestructura escolar, el derrumbe del puente Los Rosales y ahora la implosión del tanque de agua.
Morena Chimalhuacán construyó una cortina de humo para ocultar su mal gobierno, pero la gente no es tonta y a pesar de ella, ve los malos resultados de la administración morenista.
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