Son las dos de la tarde, el sol deja sentir, inclemente, su peso como astro rey, el cambio climático también se hace presente, no hay protección para los rayos solares. El calor obnubila el pensamiento y calienta los ánimos. Es la Avenida Arca de Noé, una arteria de incesante tráfico, de las primeras que pavimentó el Ayuntamiento que dirigía el antorchista Jesús Tolentino, allá por el año 2000; la gente recuerda que por “los gobiernos anteriores”, antorchitas, por cierto, que ahora está llena de tiendas departamentales, gasolineras y escuelas de nivel superior.
En la esquina con la Calle Tizoc, donde se encuentra el afamado Café Huitzi, la Escuela Normal Ignacio Manuel Altamirano, el Centro Universitario Tlacaélel y la Casa del Estudiante “Gonzalo López Cid”, frente a la base de mototaxis se han dado cita unas trescientas personas, en su mayoría son mujeres.
Se miran rollizas, jóvenes, de carácter alegre, pero contundentes en su reclamo: “queremos agua”, repiten sin cesar, ya cerraron la avenida, el tráfico, con su molestia, se ha tenido que desviar, exigen la presencia de los directivos del ODAPAS o, de plano, de la presidenta municipal, la morenista Xóchitl Flores, se miran muy molestas, hay gritos, pero se muestran muy respetuosas, hasta el momento, sin faltas a la lengua cervantina. Después de poco más de dos horas de espera se hace presente una diminuta mujer, acompañada de otras dos personas, irrelevantes, por cierto.
La diminuta mujer no es conocida por las quejosas, pero se trata ni más ni menos que la directora del ODAPAS de Chimalhuacán. Le exigen se identifique, con prepotencia y altanería les contesta que ella no tiene la obligación de decirles quien es: “yo no tengo porque decirles quien soy a una bola de mugrosas e ignorantes” y ahora sí, la cosa se puso buena. Salió la parte bronca de este nuestro “México lindo y querido”, no faltaron las faltas de respeto a la lengua castellana.
En menos de lo escribo, la diminuta mujer fue rodeada por las hordas femeninas, los hombres, “apanicados” también, solo miran expectantes a sus mujeres, eso sí “que nadie las toque porque va a valer”. Unas veinte mujeres rodearon a la pareja de funcionarios del ODAPAS, su directora, Miriam Lira, y el funcionario menor, nada pudieron hacer, fuertemente enlazadas con sus brazos, hicieron un circulo y ahí quedó la prepotencia de la funcionaria.
Exigieron atención y amenazaron que no dejarían ir a la diminuta mujer hasta que dieran una respuesta satisfactoria, las fuerzas del orden vigilan a una distancia prudente, los ánimos no están para calentarlos más. Se formó una comisión de seis mujeres para que les mostraran las fallas de los pozos, Abasolo y Santo Domingo, ya pasan de las ocho de la noche, la pareja de funcionarios ya lleva más de tres horas en ese pequeño círculo de mujeres, arropadas por más de trescientos vecinos.
Las mujeres se juntaron de forma espontánea, llegaron de las colonias San Miguel Acuitlapilco y Ciudad Alegre, y del mismo barrio de Acuitlapilco, están hartas de que, desde que morena llegó a la presidencia municipal el abasto del agua potable empezó a fallar, “llevábamos más de veinte años sin que nos fallara el agua”, ahora solo promesas, o como esta mujer, en referencia a la diminuta mujer, solo nos viene a insultar.
En todo el tiempo cerco a los funcionarios no dejaron de gritar la exigencia: “queremos agua”, la funcionaria ya lleva tres horas “encerrada”, no dice ni una palabra, se mira espantada, el funcionario también, una y otra vez se escucha “no saben gobernar” y una que otra vecina grita “mejor que regrese Tolentino”.
Ya son casi las nueve de la noche, la comisión regresa y les informa a las quejosas “que, para mañana, a más tardar a medio día nos llegará el agua”, la gente se muestra animada, pero no sueltan a los funcionarios, las fuerzas del orden se preparan para el asalto. Ahora exigen que se disculpe la funcionaria por el insultante trato, los ánimos se empiezan a calentar, la cara de terror de la funcionaria ya no es el mismo rostro prepotente con el que llegó e increpó a las valientes mujeres, ahora también pedían su renuncia como directora del organismo.
Los agentes de Operaciones Oficiales ya habían penetrado a la masa reunida, a la orden precisa abrazaron a la diminuta mujer y la sacaron en vilo, del funcionario menor ni quien se acuerde. Rápidamente la subieron a la patrulla, que ya esperaba la “extracción” y “quemando llanta” salió presurosa con su valiosa carga del lugar.
Las mujeres intercambiaron números de celular, “vamos a formar un grupo en el whatsapp y nos comunicamos, si no cumplen, mañana nos vemos aquí” y se despidieron alegres y presurosas rumbo a sus hogares, mañana, será otra historia.
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