“La educación en México padece una severa crisis producto de la falta de planeación y rumbo claro, cuya complejidad y problemas han persistido durante décadas. Los indicadores de rendimiento académico como las pruebas estandarizadas han mostrado que los estudiantes mexicanos se encuentran rezagados en comparación con otros países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esto se refleja en la deficiente comprensión lectora, habilidades matemáticas y científicas limitadas, y una falta de desarrollo de habilidades socioemocionales”.
Así inicia una nota del diario Tabasco Hoy del 8 de abril de este año; que, no está por demás decirlo, habla con verdad, puesto que como se dio a conocer ampliamente en los medios de comunicación, después de haberse suspendido la realización de la prueba PISA durante la administración del presidente López Obrador bajo el argumento de la “austeridad republicana”, fue hasta 2022 que se volvió a autorizar su aplicación.
Según el IMCO, la crisis educativa que atraviesa México se ha agravado en el último trienio; como consecuencia, la escolarización en Educación Básica es la más baja de los últimos 20 años.
Los resultados de esa prueba se dieron a conocer en diciembre de 2023, los cuales nos ubicaron como el tercer país de la OCDE peor evaluado, dejando al descubierto que habíamos retrocedido en estas áreas más de diecisiete años.
¿En qué medida ha contribuido el Gobierno para tener estos resultados? Tal vez nunca lo sabremos; pero lo que sí podemos decir es que un año después de asumida la presidencia de la república, AMLO desapareció el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), un organismo autónomo que hacía reportes anuales de evaluación educativa, para crear en su lugar la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), que en agosto de 2023 presentó su primer y único reporte de todo el sexenio y, como era de esperarse, los resultados fueron desastrosos, reflejando la mala calidad de la educación en nuestro país.
Desgraciadamente, de esta situación nacional, Tabasco no se puede sustraer. En concordancia con la fuente ya citada, los resultados de la Evaluación Diagnóstica en Educación Primaria Ciclo Escolar 2023-2024, aplicada a 150 mil estudiantes, reflejan un retroceso en Lectura del 46.21 %, en Matemáticas del 45.11 %, y en Formación Cívica y Ética del 48.56 %. Se aclara que estos porcentajes se obtuvieron integrando los promedios de escuelas generales, indígenas y particulares.
Sin embargo, a pesar de tratarse de instituciones que tienen características distintas, la información es útil para darnos una idea de las serias deficiencias en el aprendizaje. Las causas que se reconocen son:
a) Desigualdad educativa entre escuelas urbanas y rurales, así como entre las públicas y privadas.
b) Profesores que carecen de preparación y vocación para la enseñanza.
c) La corrupción y falta de transparencia en los recursos asignados a la educación, pues resulta que la medida presidencial tomada precisamente para erradicar la corrupción en las escuelas, entregando los recursos directamente a los padres de familia, paradójicamente, muchos de ellos se lo repartieron en vez de arreglar las instalaciones, las cuales continúan en mal estado.
Por si esto no fuera suficiente, la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) cayó del lugar 20 que tenía en el año 2018 al lugar 28 para el año 2024, según el ranking de las mejores universidades de México; por su parte, la Universidad Popular de La Chontalpa (UPCH), considerada como la segunda universidad más importante del estado, ha presentado un gran retroceso, ya que sólo en este sexenio han desfilado por el plantel tres rectores.
El mismo diario, pero con fecha 24 de abril de 2023, da a conocer que “Más de siete mil estudiantes de educación superior en Tabasco dejaron sus estudios en los últimos cinco años”.
Entre las causas de tal fenómeno enumera la situación económica, la pandemia, enfermedades y la inseguridad. Las instituciones que presentaron tales números son la Universidad Popular de La Chontalpa (UPCH), la UT Usumacinta, la UIET, la Politécnica del Golfo, la Politécnica Mesoamericana y la UTTAB. Sumando un total de 7 mil 188 alumnos en esta situación.
Pero, volviendo al ámbito nacional, Novedades de Tabasco del 6 de mayo de 2024 señala, con base en una investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que la crisis educativa que atraviesa México se ha agravado en el último trienio; como consecuencia, la escolarización en Educación Básica es la más baja de los últimos 20 años, sin contar que más de un millón 200 mil niños y jóvenes de educación obligatoria no han logrado regresar a las aulas tras la pandemia.
De acuerdo con la mencionada investigación, la caída en la escolarización de la educación básica y media superior comenzó a partir del ciclo escolar 2018-2019 (cuando inició la 4T, curiosamente), pero se profundizó aún más con la pandemia por covid-19.
Ante esta situación, el IMCO pone en evidencia la falta de un plan gubernamental para recuperar a los 1.2 millones de estudiantes que dejaron la educación obligatoria entre 2020 y 2023 con propuestas puntuales para mejorar el acceso, la permanencia y la calidad de la educación.
No hubo plan por parte de los funcionarios públicos que, por haber concluido su periodo, ya se van, pero tampoco lo hubo –y esto es lo más grave– de parte de los diferentes candidatos que contendieron en las elecciones recientes, lo que hace aún más preocupante la situación.
En la entidad tabasqueña, por nuestra parte, tenemos la esperanza de que la política educativa aplicada hasta ahora cambie de manera radical, para que se transforme de manera positiva también el oscuro panorama que quedó descrito más arriba.
Hemos escuchado, por ejemplo, que instituciones de nuevo tipo, que vienen abriéndose paso con muchas dificultades materiales y están contribuyendo a la educación oficial, lejos de contar con el impulso necesario, se tienen que enfrentar constantemente a obstáculos; se les limita y dificulta su funcionamiento, cosa que por lo demás en nada abona a mejorar los resultados en materia educativa.
Si todo cambia para bien, los niños y jóvenes tendrán una mejor educación y el futuro estará asegurado. Y como dijo Egla Cornelio Landero, titular de educación, en su comparecencia ante el Poder Legislativo en 2022, todo eso servirá “para lograr la educación de calidad, inclusiva y de excelencia”.
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