Hemos escuchado decir, principalmente a los políticos en sus discursos, que “los jóvenes son el futuro de México”, y así lo creo también; sin embargo, en la realidad a los jóvenes se les deja en el abandono y a su suerte. Veamos.
Datos del portal web Enlace de la Costa menciona lo siguiente: En México la inversión en educación en los últimos años, ha rondado entre el 6.5% y 6.9% del Producto Interno Bruto (PIB); sin embargo, el gasto público en educación está por debajo de estas cifras al encontrarse cerca del 5%, menor que lo recomendado por la Unesco, e incluso por lo establecido en la Ley General de Educación, que es del 8%.
De la inversión total en educación en México, el 56% va para la educación básica, el 12% a la educación media superior, el 0.7% a la educación para adultos y un 23% a la educación superior, de acuerdo a las cifras de la Secretaría de Educación Pública.
La distribución del gasto, de acuerdo al Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, con información del Presupuesto de Egresos de la Federación, un 85.6% de la inversión era para el pago de la nómina educativa, 4% destinado a becas, 2.5% apoyo administrativo, 3.2% a gastos en infraestructura y un 4.4% en otros.
El presupuesto en educación se concentra en el pago de nómina que por sí mismo no representa un problema. Pero ¿qué pasará con la inversión en infraestructura educativa?
Ante el reciente panorama mundial, donde México ocupa ya uno de los tres primeros lugares en muertes por covid-19, debido a la pandemia que azotó a nuestro país, en Educación este problema puede agravarse. Si de por sí la falta de inversión en diversos sectores educativos como en infraestructura, eran verdaderamente deprimentes. ¿Qué pasará con el regreso a clases presenciales?
Según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), los programas presupuestarios enfocados al desarrollo del aprendizaje en casa han mermado, aunque en realidad no se sabe bien los montos reales de cada uno de ellos. Y no es todo, las cifras señalan que aproximadamente el 31.6 por ciento de las instalaciones escolares carecen de la infraestructura necesaria para el lavado de manos, por lo que se requieren recursos adicionales para cumplir con las recomendaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), antes de un regreso seguro a clases.
Se requiere acondicionamiento de 62 mil 629 planteles de educación básica que no tiene lavamanos. Esto significa una inversión adicional de cuando menos 10 mil 376 millones de pesos, cifra que representa el 1.2 por ciento del gasto educativo presupuestado para este 2021. Sin olvidar que, en el periodo escolar pasado, 22.8 por ciento de los planteles de educación básica no contaron con servicio de agua.
Y eso que solo hablamos de infraestructura para lavado de manos ante el posible regreso a clases, pero no hay que olvidarnos que no sólo eso necesitan las aulas.
En México, la pandemia no solo puso en evidencia las carencias en infraestructura educativa, sino también, el poco presupuesto que es asignado a educación por el gobierno de la cuarta transformación, encabezado por Andrés Manuel López Obrador. En el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2021, se propone un presupuesto educativo de 836 mil 400 millones de pesos, que implicaría un crecimiento nulo para el gasto educativo, respecto al Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2020, y una caída de 1.3% real al compararlo con el gasto en educación ejercido en 2019.
¿A eso se refiere el gobierno morenista con invertir primero en los pobres? Ahora, con el regreso a clases presenciales, la situación para millones de estudiantes se complica, pues a falta de vacunas que les permitan un regreso seguro a clases, sus vidas corren un riesgo.
Los estudiantes de todo el país, deben exigir al Gobierno federal, condiciones de seguridad para el regreso a clases, además de mayor inversión en educación, que les permita un desarrollo académico integral. No es posible que se quiera mandar a clase a los estudiantes en esas condiciones. Hasta el 13 de junio de 2021, en México sumaban ya 52 mil 816 casos de covid-19 en menores de 18 años, así como 569 muertes, esto de acuerdo a datos de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.
Un panorama nada alentador para los estudiantes, no queda de otra más que exigir que se garantice la seguridad y la vida de los estudiantes. Pero para eso, los estudiantes deben conocer la realidad social y política en la que se encuentran, para poder transformarla en una más justa para todos.
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