Está próximo el regreso a clases de cientos de miles de niños y jóvenes, y, con ello, el gasto que harán padres de familias en los útiles escolares, artículos que también se han visto afectados por el fenómeno inflacionario.
La economía, de por sí precaria, de las familias humildes se verá aún más afectada; muchas familias pobres se verán imposibilitadas para adquirir los útiles escolares, ya que antes de estudiar está el gasto en alimentos, pagar servicios, renta, pero el gobierno de la 4T, ni con todas las medidas anti inflacionarias como las propuestas del fracasado Paquete Contra la Inflación y Carestía (PACIC), impulsado en junio de este año por Andrés Manuel López Obradro (AMLO), ha logrado ayudar a las familias pobres a sortear la triste realidad que viven.
Uno de los gastos que más preocupan a los padres de familia, aparte de la alimentación, vestido, transporte para ir al trabajo, es el gasto en útiles escolares de sus hijos, que realiza al inicio y durante el ciclo escolar. ¿Por qué? Simplemente porque quieren, desean, que sus hijos salgan adelante y no vivan las carencias y limitaciones que les tocó vivir a ellos; porque saben, la madre y el padre de familia, que el estudiar, de ser posible, una carrera profesional, les dará posibilidades a sus hijos de tener un mejor futuro y elevar su nivel socioeconómico.
Por eso hacen un esfuerzo y un enorme sacrificio, en darle, dentro de sus posibilidades, condiciones a sus hijos para que avancen sus estudios. Y si sus hijos truncan sus estudios, no es porque no haya interés de ellos, sino, simplemente porque su situación económica se lo imposibilito en los hechos: sin salario suficiente, sin empleo, con gasto en salud, eso es lo que imposibilita que les pueda dar educación a sus hijos.
Los precios de los útiles escolares han subido por las nubes y de eso nos dan cuenta los medios de comunicación. El incremento está por encima del porcentaje de la inflación general. Veamos. “Los precios del papel como insumo de producción han aumentado casi el 21 por ciento desde julio del 2019 hasta la fecha, según datos del INEGI y las familias están pagando la factura en esta vuelta a las clases 100 por ciento presenciales”.
“Los precios de los artículos de papelerías experimentaron un aumento anual de 9.7 por ciento en julio de 2022, un incremento por encima de la inflación general que fue de 8.15 por ciento en dicho mes, según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INGEI). Las libretas y, en general, los productos de papel, han aumentado especialmente sus precios. Y, aunque los padres se quejan no les queda de otra porque al final deben comprar los útiles para el regreso a clases, el 29 de agosto, para los estudiantes de educación básica” (Expansión, 15 de agosto de 2022).
¿Por qué ese aumento en los útiles escolares? Es la misma explicación que los aumentos en otras mercancías. Dice Omar Carreón Abud, en su artículo en la revista Buzos del 1 de agosto, al decir que “el aumento de precios, la inflación, no es consecuencia de un aumento en la demanda, menos ahora que el mundo se ha empobrecido como consecuencia de la crisis, la pandemia y la prohibición de luchar por mejores salarios, la inflación es consecuencia de los aumentos de los precios que deciden las empresas, principalmente los monopolios que ven caer sus utilidades”, agrega lo que dice Viri Rios en el libro No es normal: “En México, los abusos por sobreprecio están por doquier. El negocio se ha vuelto vender caro. No competir. No innovar. No vender mejores productos. Simple y llanamente abusar del consumidor. Y no poquito”.
Las familias humildes del país son las más golpeadas por la inflación, pues ellas invierten hasta un 50 por ciento de su ingreso en alimentos, mientras que el decil de las de mayor ingreso -los más ricos del país - invierten el 28 por ciento en este rubro, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Es decir, que la gente humilde gasta para sobrevivir y la gente de recursos gasta en otras cosas como viajes, lujos, buena vestimenta.
A esta situación de las familias humildes, se suma el gravoso pero necesario gasto de los útiles escolares, sin que el Gobierno federal haga algo. Necesitamos un gobierno que vea verdaderamente por los pobres del país, que le de trabajo y bien remunerado a todos los mexicanos, que impida la voracidad de los empresarios que suben los precios por obtener una máxima ganancia, y, que distribuya equitativamente la riqueza social. Pero esto sólo se logrará con la participación consciente y organizada de todos los pobres, en cuya cabeza estén los mejores hombres de su clase, sus representantes genuinos.
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