Cerca de 24 millones de niños y adolescentes de educación básica volvieron a los salones de clase. Esto representa un gasto importante de los consumidores destinado a la compra de útiles, uniformes o colegiaturas; las familias enfrentan una inflación de 5.24 % en productos y servicios educativos.
Las vacaciones de verano representan una temporada de gastos importantes para las familias de cerca de 24 millones de niños y adolescentes que regresan a clases, tanto en escuelas privadas como públicas.
Para el nivel educativo de secundaria, la canasta de útiles podría ascender a un rango de entre 2 mil y 3 mil pesos por estudiante.
En México, poco más de 21 millones de estudiantes se encuentran matriculados en escuelas primarias y secundarias públicas, mientras que poco más de 2 millones acuden a escuelas particulares, no decimos de paga porque tanto en públicas como en las escuelas particulares se paga, la diferencia sólo es en la cuestión económica, pues en las privadas el costo es más elevado.
Este regreso a clases implica el pago de reinscripciones, colegiaturas, uniformes y útiles escolares, y la inflación ha impactado el costo de estos enseres. El rubro de educación registró una inflación interanual de 5.24 % en la primera quincena de agosto de 2024, costo que tendrán que pagar los padres de familia.
La Secretaría de Educación Pública (SEP) publicó la lista de útiles para este año entre los que destacan los cuadernos, lápices, gomas de borrar, lápices de colores, plumas, pegamento, sacapuntas y tijeras para los alumnos de primaria. Además de estos útiles básicos, para los alumnos de secundaria se recomienda añadir marcatextos, un juego de geometría y calculadora.
Ante esta eventualidad, los padres de familia realizaron un sondeo en distintos supermercados de la Ciudad de México y encontraron que el costo promedio de los útiles para primaria podría rondar entre 1 mil 500 y 2 mil 500 pesos, por lo que expusieron en las redes sociales la frenética inflación que afecta a cientos de padres de familia.
Para el nivel educativo de secundaria, la canasta de útiles podría ascender a un rango de entre 2 mil y 3 mil pesos por estudiante. Estas estimaciones no consideran los uniformes ni los libros de texto (en las escuelas privadas utilizan libros adicionales a los que entrega universalmente la SEP).
Tampoco se consideran las colegiaturas para el caso de las instituciones particulares. Considerando todos los gastos relacionados con el nuevo ciclo escolar, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) reportó que el regreso a clases de cada estudiante costará en promedio 9 mil 689 pesos, pero esto podría aumentar dependiendo del estado donde se hagan las compras.
Los precios elevados de los útiles escolares para el ciclo 2024-2025 están afectando a las familias. Padres de familia han compartido en redes sociales las listas de materiales que solicitan las escuelas, generando controversia por incluir productos no esenciales.
Una publicación reciente mostró una lista de útiles que incluía trapeadores, productos de limpieza, garrafones de agua y tinta para impresoras. Además, se solicita que cada alumno lleve gel antibacterial, jabón en polvo, jabón para manos, papel higiénico, pintura vinílica, escobas y recogedores.
Estas exigencias han generado indignación entre los padres, quienes argumentan que estos artículos incrementan considerablemente el costo de las listas. Consideran que los materiales básicos deben ser cuadernos, lapiceros y otros instrumentos esenciales para las actividades escolares.
Todo esto sólo muestra que la SEP y el Gobierno federal no tienen ni la mínima intención de subsidiar estos exagerados gastos, pues todo el material de limpieza que necesita un centro educativo es obligación de las autoridades, al igual que los útiles escolares y todo lo necesario para que los estudiantes puedan acudir a sus centros escolares.
Sólo así se podrá decir que la educación es pública y gratuita. No estamos de acuerdo con estos gastos excesivos que hacen los padres, sabemos que el gobierno federal debe darle las condiciones necesarias a la educación popular, pero esto no será posible si estudiantes, padres de familia y maestros no se organizan y luchan. Sólo así podremos cambiar las condiciones en las que se encuentra la educación.
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