Una ola de persecuciones se ha desatado de nueva cuenta en contra del Movimiento Antorchista Nacional (MAN). Su principal argumento es querer denigrar la lucha que ha realizado la organización en favor de los pueblos pobres y humildes en toda la República Mexicana, lugares olvidados por los gobiernos donde Antorcha se ha enraizado a través de la organización y educación política de la gente y ha logrado obras importantes en beneficio de sus habitantes.
La exigencia por mejorar las condiciones de vida ha ganado la aceptación de miles de mexicanos que cada vez se suman a las filas del MAN, estos son grupos organizados en ejidos, pueblos, colonias y ciudades; destacan en su labor la participación que realizan los Activistas, dada su constante permanencia y explicación a los pobladores logran hacer entender que solo organizados y exigiendo a través de la perseverancia de su lucha que podrán mejorar sus condiciones materiales, porque como dicen “Aquí nada es regalado”, todo es producto de la lucha y en esta no se aceptan "regalitos" para unos cuantos, si hay para uno, hay para todos y esto aplica para todos los antorchistas, incluyendo a sus líderes.
Existe un compromiso social y moral que todos los líderes antorchistas tienen con los problemas del pueblo, por eso nunca se cansan de denunciar las injusticias y la mala distribución del recurso público que hacen los gobiernos en todos los niveles. La situación que vive el pueblo mexicano es evidente, en muchos lugares no hay pavimentaciones, drenajes, escuelas de calidad, mucho menos hablemos de parques de recreación para los niños, ni un sistema de salud con medicinas para todas las enfermedades, esto desgraciadamente no existe.
Sin embargo, estas denuncias han cobrado resentimiento entre los gobernantes, cualquiera que sea y del color que sea, porque entre sus afanes de querer más poder, se jactan en los medios de comunicación sobre su avance de trabajo, no importando si colonias enteras se encuentran marginadas o sin servicios básicos elementales. De esto no se habla y no se dice absolutamente nada, de ser así mancharían su reputación y eso no conviene para sus próximas miras al poder, antes bien es mejor manchar la reputación de líderes correctos y comprometidos con la verdadera lucha del pueblo.
Los actos de persecución que hoy enfrenta el Movimiento Antorchista, son contra sus líderes sociales el ingeniero Samuel Aguirre Ochoa en el estado de Veracruz y Dimas Romero González en Oaxaca, compañeros que han entregado su vida a las causas justas del pueblo, pero estos atropellos a ambos compañeros se producen luego de denunciar la falta de compromiso del gobierno Estatal por atender y subsanar las necesidades de miles de veracruzanos. En el primer caso y en el segundo, por denunciar el atropello contra más de 2 mil médicos y enfermeras que fueron despedidos sin motivos, sin importarles que será de ellos en estos momentos tan difíciles que vive la economía mexicana. Es importante destacar que estos atropellos no son casualidad, ni han sido los primeros. Basta con decir que el Movimiento Antorchista ha enfrentado los discursos arribistas y demagogos del mismo presidente de la república, quien se ha encargado de denigrar y mentir sobre el verdadero trabajo que realizan sus agremiados, tachándolos de intermediarios y un sinfín de adjetivos que nada tiene que ver con el carácter y el trabajo de la organización.
Es innegable hasta este momento que su afán de golpear a los líderes tiene como único objetivo eliminar la unidad que existe entre el pueblo. Por eso, hacemos un llamado a los antorchistas a no dejarse engañar por tales acusaciones, el trabajo de ambos compañeros y de los líderes reales de Antorcha tienen sustento a través de los años, de su constante actividad en favor de los más humildes. También convocamos a todos los Antorchistas del país para hacer frente a cualquier llamado que se realice para defender nuestro legítimo derecho de organización y de libertad de los líderes antorchistas.
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