En Yucatán se queda mucho a deber. Lejos de contribuir en serio para el bienestar de los yucatecos, a pesar de que se pregone que hay múltiples apoyos, sólo se observa el trabajo en beneficio de los empresarios.
Se mejoran las vías de comunicación terrestre, la ampliación de puertos de altura y la introducción de un transporte "moderno", en detrimento de amplias zonas verdes. Todo esto, sin un beneficio real para la gente humilde de Yucatán.
Su gente no se siente conforme ni feliz, a pesar de que se dijo, con motivo del Día de la felicidad, que Yucatán es el estado más feliz, con el 75 % de aprobación.
En los medios de comunicación anuncian que nuestra entidad es de desarrollo, bienestar; incluso oímos discursos de personalidades de altos Gobiernos que destacan a Yucatán como un estado ejemplar. No obstante, en la realidad es que los yucatecos no sienten que vivan mejor o tengan un desarrollo para beneficio de ellos, sino que se sienten inermes.
Se remodelan parques, el transporte por uno más caro, zonas recreativas, pero, aunque la gente sí necesite recrearse, no es suficiente para que cambie su calidad de vida, como tampoco lo es el hecho que se diga que hay más empleo, que se subieron los salarios, cuando vivimos en una de las capitales más caras a nivel nacional que apenas si alcanza el salario mínimo.
De nada sirve esto si somos la capital a nivel nacional que tiene la canasta básica más cara. Los yucatecos al interior del estado viven en el rezago a pesar de que se dice y reconoce nacional o incluso internacionalmente que Yucatán es un polo industrial importante por la seguridad, la ubicación estratégica, la mano de obra y la certeza jurídica, convirtiéndose en una entidad demandada por empresas para instalarse en el estado.
Su gente no se siente conforme ni feliz, a pesar de que recientemente se dijo, con motivo del Día Internacional de la felicidad, que Yucatán es el estado más feliz de todo el país con el 75 % de aprobación, de acuerdo a la agencia Ranking Gobernadores.
En Yucatán hay desigualdad y de eso poco o nada se habla; se calla por el mismo mandatario federal, Andrés Manuel López Obrador, que más preocupado está por el Tren Maya que por las carencias del pueblo, pues uno podría decir que viene a Yucatán cada quince días porque se preocupa por los yucatecos y atiende sus necesidades, pero no es tal caso.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022, un trabajo de recopilación de información en 105 mil 525 hogares mexicanos y dada a conocer en julio de 2023, destacó que los hogares de Yucatán están por debajo de la media nacional en el gasto corriente monetario promedio trimestral. La entidad se ubica en el lugar 19 de la tabla nacional.
Por otra parte, los ingresos que tienen los hogares yucatecos son 60.7 % por trabajo formal, 20.5 % por transferencias, 10.9 % por renta de vivienda y 7.5 % por renta de alguna propiedad.
La encuesta también confirmó la desigualdad económica que hay en hogares yucatecos y en las zonas urbanas y rurales. Por ejemplo, los hogares del primer decil reportaron un ingreso promedio de 14 mil 275 pesos, aproximadamente 67 pesos diarios, mientras que el décimo decil fue de 198 mil 27 pesos, es decir, 929 pesos diarios por perceptor.
Ante esta desigualdad, el antorchismo ha luchado junto con la gente, para que estos mejoren sus condiciones de vida. Mostrando que el único camino es la del pueblo organizado y que éste llegue al poder político del país para que de raíz cambie su situación sin estar a la espera que alguien venga a solucionar lo que por años han padecido, mientras gobiernos y partidos van y vienen.
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