En el diario esnoticiahoy.com del jueves 21 de abril apareció en la portada una noticia que debe estremecernos a todos: “60% de mexicanos sin recursos para comprar la canasta básica”. Dicho en palabras del Coneval, 60% de mexicanos padecen pobreza alimentaria. La pobreza alimentaria está definida por el Coneval como la incapacidad para obtener una canasta básica alimentaria, aun si se hiciera uso de todo el ingreso disponible en el hogar para comprar sólo los bienes de dicha canasta. Esto quiere decir que más de 76 millones de mexicanos padecen hambre porque sus ingresos no les alcanzan para adquirir los productos mínimos indispensables para satisfacer sus necesidades de alimentos. Y esto se da a pesar de los programas sociales de transferencias directas de recursos públicos a los adultos mayores, estudiantes y los mal llamados jóvenes construyendo el futuro, a través de las tarjetas del Banco del Bienestar. El fracaso de la política social de AMLO es evidente. Y a pesar de esta situación, el presidente canceló los comedores comunitarios y las escuelas de tiempo completo.
Esta noticia echa por tierra toda la campaña mediática del presidente a favor de su política social y exhibe el desastre causado por su gobierno al pueblo de México.
La inflación, que tiene los precios de los productos básicos y los combustibles por las nubes, y el creciente desempleo, son los causantes de la miseria que azota al pueblo de México. Pero el causante de esta situación tiene nombre: Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Y si a esto le sumamos el baño de sangre que el crimen organizado le está dando al país, la creciente ola de feminicidios y desaparición de personas, los muertos del Covid-19 por la irresponsabilidad del Gobierno federal, el desabasto de medicamentos en los hospitales públicos y para atender a los niños con cáncer, la cancelación de programas sociales que beneficiaban a los trabajadores como las estancias infantiles, etc., nos haremos una pálida idea del dolor en que ha sumido al pueblo de México AMLO y la 4T.
Pero aún hay más: la falta de obra pública, la corrupción que se ha apoderado del gobierno de la 4T, la destrucción de los mantos acuíferos y los pulmones naturales en el sureste de México por la construcción del inútil tren maya, el clima de odio creado por el presidente, el despilfarro de recursos públicos en obras que no se justifican, y un largo etcétera, son fenómenos que nos indican que el barco de la República se encuentra a la deriva y va directo a su destrucción.
Y, mientras el pueblo sufre hambre y AMLO se niega a modificar su política social para atacar la pobreza del país, nos enteramos del tren de vida que lleva el hijo del presidente en Houston, Texas.
Los medios de comunicación descubrieron que José Ramón López Beltrán vivió en una residencia propiedad de un alto directivo de Baker Hughes, empresa petrolera que tiene contratos vigentes con el gobierno mexicano por más de 151 millones de dólares; y, que posteriormente, se mudó a una residencia recién adquirida por su esposa Carolyn Adams. Las residencias están valoradas en millones de dólares y quedan fuera del alcance de los ingresos de José Ramón y su esposa. Hablemos claro: la única persona con la fuerza política para obtener prestada una residencia de tal valor y con el acceso a los recursos públicos para comprar y regalar una residencia de millones de dólares es el presidente Andrés Manuel López Obrador. José Ramón López Beltrán solo fue el beneficiario de las dádivas de su señor padre. El presidente prefiere dilapidar los recursos públicos en beneficio de su hijo que aliviar el hambre que aqueja a todos los mexicanos.
Es hora de que el pueblo trabajador se organice y luche para conquistar el poder de la República y construya una patria más justa y más equitativa, donde se elimine la pobreza y todos los mexicanos vivamos una vida digna. Se está acercando la hora en que el pueblo tome en sus manos su destino. El Movimiento Antorchista Nacional está listo para jugar su papel histórico. Que no quede duda.
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