La mayoría de los gobernantes morenistas y el ya saliente presidente de México podrán “decir misa”, pero lo cierto es que, en sus entidades, el hambre y la miseria crecen debido a que no saben gobernar y a que sus políticas no tienen la intención de remediar estos males; tampoco se muestra crecimiento económico, más empleos y buenos salarios.
Ese es el caso del estado de Hidalgo, gobernado por el morenista Julio Menchaca Salazar, quien únicamente se ha dedicado a ver cómo pasan los años mientras la población se sumerge en el abandono.
El hambre y la miseria se advierte cada vez más en los rostros de los hidalguenses de Pachuca, Huejutla y al menos 200 comunidades rurales de la Huasteca.
Cuando inició su campaña como candidato en Huejutla, el hoy gobernador hidalguense declaró que “la pobreza no le conviene a nadie, ni siquiera a los ricos”, se comprometió a combatir la pobreza y alardeó que iba “a luchar por los que menos tienen”. Pero ¿qué ha pasado después de dos años de su Gobierno?
¿Los hidalguenses están saliendo ya de la pobreza gracias a sus políticas de combate contra ésta? Todo indica que no, como lo evidencian algunos datos oficiales.
El Consejo Nacional de Medición de la Política Social (Coneval) ha reportado que Hidalgo es una de las entidades con mayor aumento en pobreza laboral debido a que se registró una reducción de 4.1 % en los ingresos de los trabajadores, que son insuficientes y no alcanzan para adquirir la canasta básica alimentaria.
Tampoco alcanzan para cubrir los gastos en salud y educación de las familias. La encuesta más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que el 59.4 % de la población de 0 a 17 años vive en situación de pobreza, cifra equivalente a 548 mil 938 niñas, niños y adolescentes que malcomen, malvisten y se maleducan.
En el último trimestre de 2023, Hidalgo ocupó el sexto lugar nacional con los ingresos laborales más bajos en la república porque, en la segunda mitad de 2022, el 41.9 % de sus familias se hallaba en esta situación. Hace un año, esta cifra fue de 45.2 %, es decir, la variación fue de 3.3 %.
En ese mismo periodo, la informalidad se elevó a 69 % y ubicó a Hidalgo entre los tres primeros estados con más actividades irregulares del país.
Otro de los graves problemas que sufre la entidad consiste en la inseguridad, como lo refleja la Encuesta Nacional de Seguridad (ENS) del Inegi; ya que el número de los entrevistados que expresaron sentirse inseguros se incrementó de 38 a 53 % en ese mismo lapso, aunque el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, anunció que el estado no tenía problemas de inseguridad, actitud muy similar a la adoptada durante la prédica “mañanera” de Palacio Nacional, donde se ocultan las cifras reales de los homicidios dolosos.
Menchaca Salazar fue priista de 1980 a 2015 (35 años); en 2017 se afilió a Morena, cambio de “piel y antifaz” con el que se ha ofertado como “político nuevo” y cercano a los más pobres.
Sin embargo, sus prácticas de Gobierno han resultado peores que las de los descontinuados priistas, como ocurre también con mandatarios del tricolor, entre ellos el tamaulipeco Américo Villarreal y la campechana Layda Sansores.
Ahora, cuando Julio Menchaca se prepara para rendir su 2º informe de Gobierno, los hidalguenses denuncian sus múltiples carencias en vivienda, salud, educación, servicios urbanos básicos como agua potable, drenaje, pavimentación, electrificación, etcétera.
Asimismo, se denuncian los gastos del mandatario en la remodelación de “espacios decorosos” como el parque David Ben Gurión, cuyo costo es de 280 millones de pesos (mdp), el Palacio de Gobierno (41 mdp), la Plaza Juárez (125 mdp) y el Recinto Ferial (29 mdp).
Tan sólo en la lectura de su 2º informe de Gobierno, Menchaca pretende gastar unos 30 mdp, mientras que el hambre y la miseria se advierte cada vez más en los rostros de los hidalguenses de Pachuca, Huejutla, al menos 200 comunidades rurales de la Huasteca y otras regiones como la Sierra Otomí-Tepehua, Tulancingo y el Valle del Mezquital, donde, organizados por el Movimiento Antorchista, se harán presentes en su informe para exigirle que atienda sus demandas comprometidas hace dos años, el incumplimiento de sus promesas a los hidalguenses, especialmente a quienes considera sus opositores.
En Hidalgo, como en todas las entidades donde gobierna Morena, los problemas sociales, económicos y políticos laceran a la población más pobre. Por ello, es urgente hacer algo y pronto, como lo harán esta semana miles de hidalguenses frente a la Cámara de Diputados local para exigir a Julio Menchaca que cumpla sus compromisos de campaña y haga valedero el trilladísimo lema morenista “primero están los pobres” que, en realidad, procura primero a la clase rica. Por el momento, querido lector, es todo.
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