Las consecuencias ecológicas para México con la construcción del “Tren Maya”, una de las obras faraónicas del presidente Andrés Manuel López Obrador, serán catastróficas para el ecosistema del país; de hecho, ya lo son, con la destrucción de la naturaleza que se tenía, con la destrucción de la vida.
Es evidente que si alguien pasará a la historia como el máximo destructor o depredador del ecosistema mexicano, será el presidente, quien bajo su Cuarta Transformación ha realizado obras suntuosas que van arrasando con la naturaleza que encuentran a su paso.
Si alguien pasará a la historia como el máximo destructor o depredador del ecosistema mexicano, será el presidente, quien bajo su Cuarta Transformación va arrasando con la naturaleza que encuentra a su paso.
Porque de acuerdo con una publicación de Forbes, la obra del famoso Tren Maya requirió de la tala de más de 10 millones de árboles en el sureste de México, tal como lo afirman los activistas.
Expertos en la materia señalan que de los 254,800 km² originales de bosque, hoy solo quedan 40 mil 86 kilómetros cuadrados debido al Tren Maya.
En el corazón del Caribe, el Tren Maya, la última obra emblemática del Gobierno del presidente López Obrador, ha causado un “ecocidio” en la selva húmeda donde ha arrasado unos 10 millones de árboles, según advirtieron a EFE activistas medioambientales tras un recorrido por la zona.
Desde un principio, los habitantes de Playa del Carmen (Quintana Roo) sabían que esta zona, donde se encuentran más de mil 800 kilómetros de cuevas y dos de los ríos subterráneos más grandes del mundo, iba a ser un punto importante del proyecto, aunque el Gobierno aseguró que la obra se desarrollaría de forma paralela a la carretera.
Sin embargo, poco después, los planes cambiaron y las autoridades decidieron reformar el trazado para mandarlo justo en medio de la selva, con la consiguiente deforestación.
De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), las selvas húmedas en México, el ecosistema representativo del sureste mexicano, han perdido un 49 % de su territorio y de lo que aún se conserva, el deterioro alcanza el 66 % en las últimas décadas.
Y así, mientras el mandatario de esta nación continúa con tan espantosa destrucción, en diversas entidades como Coahuila y otras, legisladores locales presentan puntos de acuerdo, para que en el ámbito de su competencia y conforme a sus atribuciones establecidas en la Ley de Desarrollo Forestal Sustentable, implementen programas permanentes de reforestación, forestación y restauración ecológica en el entorno urbano y rural, fomentando la participación de la sociedad civil y grupos dedicados a la preservación de los ecosistemas.
Porque veamos, por ejemplo, los incendios forestales son una de las problemáticas ambientales que generan más preocupación para el Gobierno y la ciudadanía; en el caso de Coahuila y de otras entidades como Chihuahua y Nuevo León, estos siniestros han afectado los diferentes estratos de vegetación como matorrales y pastizales, además, las superficies forestales en general son afectadas por los períodos de sequía prolongada con precipitaciones muy por debajo de lo normal, dando origen a daños fisiológicos al arbolado por estrés hídrico.
Es así que la degradación de los ecosistemas se está presentando aceleradamente en todo México. Ante ello, los programas de reforestación son una de las iniciativas que más movimiento ciudadano captan y cada vez existen más ciudadanos interesados y preocupados por regenerar espacios tanto en las zonas rurales como urbanas.
Asimismo, expertos en el tema recomiendan ampliamente impulsar la reforestación como estrategia para mitigar los efectos del cambio climático, especialmente en el ámbito urbano, para mitigar los destrozos que está causando el Tren Maya.
Resulta relevante exhortar a la promoción de programas dirigidos a la reforestación y restauración ecológica de nuestras ciudades con base en un análisis de la biodiversidad necesaria, fomentando a su vez la participación de la ciudadanía con esquemas de capacitación en temas de educación ambiental.
Sobre todo en este tiempo en que a un solo hombre le ha dado por exterminar al ecosistema mexicano persiguiendo un futuro económico que representa un alto costo para los mexicanos.
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