El gobierno de Obrador no solo no hace nada para resolver el problema de la deserción escolar en el sistema educativo, pues lo que le interesa es repartir dinero en efectivo, para apuntalar el voto a su favor. Y es así como, muy por el contrario, acabaron o intentan acabar con programas que estaban logrando abatir la deserción escolar, tales como "La Escuela de Tiempo Completo (ETC)", que amplió el horario más allá de la media jornada. Este programa permitió qué las madres de familia, se incorporarán al trabajo y pudieran, apoyar la economía familiar, logrando una menor deserción escolar de sus hijos y una mejoría en su aprendizaje.
Pero como en todos los demás programas destruidos por este gobierno, las estancias infantiles, Prospera, etc., argumentando "corrupción" en su implementación -pero sin demostrarlo- ha venido desmantelando los programas de bienestar social existentes, a cambio de entregar dinero en efectivo a los mexicanos, prácticamente sin ningún requerimiento. Así desaparecen el programa “La Escuela de Tiempo Completo”. Y el presidente Obrador argumenta todas las mañanas que con sus transferencias de dinero cumple con su compromiso: "en su gobierno -que es diferente a los anteriores- los pobres son primero".
Sin embargo, “Los grandes avances logrados contra la pobreza en las últimas tres décadas en México se debieron, en parte a que las mujeres se incorporaron al trabajo en mayor número cuando los gobiernos inauguraron programas de atención a la infancia. Los economistas advierten que, sin su reincorporación al trabajo, el crecimiento pandémico será difícil de alcanzar” (nytimes.com)
En el Gobierno actual, el gasto por alumno en México es uno de los más bajos entre los países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Lo que nos lleva a la caída en los índices de medición de la educación en el país. Lo anterior no es más que el resultado de la poca o nula inversión del país al rubro de la educación, comparado con otros países, lo que trae como consecuencia no solo la deserción escolar, sino el bajo nivel de preparación de quienes si siguen asistiendo a las aulas y llegan a terminar una carrera profesional. El ingreso al nivel bachillerato en el ciclo escolar 2020-21 fue de 4.9 millones, en el 2021-22, fue de 4.3, 563 mil jóvenes abandonaron su preparación.
Otro claro ejemplo ha sido el manejo desastroso de la pandemia, situación que se agravó todavía más, según datos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE): la cuarentena para evitar la propagación rápida del virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad covid-19 generó que aproximadamente 30.2 millones de alumnos, de todos los niveles educativos presenciales, tuvieran que dejar de ir a sus centros escolares porque se suspendieron las clases. Esto puso en evidencia que el sistema escolar no estaba preparado para incursionar en las clases a distancia y mucho menos para sustituir las aulas por otra área de aprendizaje.
Si a esto sumamos que la brecha de conectividad en el caso de México -con 30.2 millones de estudiantes- según las cifras oficiales, calcularon que el 24 por ciento de alumnos entre 7 y 17 años, no tiene acceso a internet. A su vez, el 4 por ciento, no cuenta con televisión por lo que no pueden estudiar a distancia durante las medidas adoptadas por la emergencia sanitaria. Algo que el gobierno no logró contrarrestar, con algún programa o la posibilidad de acceder a estas tecnologías para seguir cursando su educación.
Como vemos, todo esto nos muestra la realidad que se vive en nuestro país, y la poca seriedad y rigurosidad con que se enfrenta el problema de la educación de los mexicanos, pues ahora mismo miles de niños, adolescentes y jóvenes se están quedando sin la posibilidad de mejorar su vida y entorno familiar al truncar su educación; y si esto sucede a nivel individual, como país, es una tragedia que desnuda a quienes prometieron poner en primer lugar a los pobres, pues el resultado de su política educativa traerá mayor pobreza y desigualdad para quienes hacen posible la patria: el pueblo pobre, el pueblo trabajador.
Es necesario organizarse, educarse políticamente y luchar por incidir en esta problemática, y con un proyecto científico sobre nuestra realidad, que contemple el análisis en que se encuentra el pueblo pobre de México -que es la mayoría-, y sus causas, así como las medidas a tomar; avanzar con la construcción del arma política, el partido, que lleve al pueblo trabajador al poder, tareas necesarias para transformar está situación. Adelante.
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