El deber fundamental de la juventud es estudiar, ser capaz de cumplir sus obligaciones, acostumbrarse a ser responsable y tener conciencia sobre los deberes sociales. Es necesaria la formación de jóvenes cultos, inteligentes y sanos a través de actividades académicas, culturales y deportivas.
Todo esto es lo que en todas las escuelas del país se debería implementar con la juventud, pero lamentablemente los resultados económicos tan negativos que ha mostrado el gobierno de la Cuarta Transformación hacen que esta actividad siga siendo un tema pendiente con la juventud mexicana.
Es necesario que la juventud se eduque y sea consciente de la situación política y económica que se vive en el país.
Para ello, es necesario que quien tome las riendas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) sea capaz de accionar y tomar medidas y estrategias para combatir la crisis educativa que vive la juventud mexicana.
Menciono lo anterior ya que, el día jueves 4 de julio de 2024, en conferencia de prensa, la presidente electa Claudia Sheinbaum anunció que el actual presidente del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Mario Delgado Carrillo, será el próximo titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Debido a esto, es necesario que se considere urgentemente una estrategia clara para corregir el rumbo de la educación ya que, de acuerdo con el Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes (PISA), en México en el año 2022 cayó en 14 puntos el desempeño en matemáticas, nueve en ciencias y cinco en comprensión lectora en comparación con 2018.
México se colocó en el penúltimo lugar de los 37 países miembros de la OCDE. A todo esto se suma la falta de becas y de infraestructura como aulas, sanitarios, salas de cómputo, laboratorios, etcétera.
Además, entre el 25 y 30 % de los estudiantes abandonan las escuelas por falta de recursos económicos. Debido a estos resultados, que son los que la Cuarta Transformación entrega al país, urge un cambio en la educación y es necesario que el nuevo Secretario de Educación se comprometa con la educación e implemente estrategias claras para combatir la crisis educativa que se vive en el país.
Todo esto se vive diariamente no solo en la educación mexicana sino también en el trabajo, la salud, el campo, la economía y la seguridad. Estos son los resultados de seis años de un gobierno incapaz y desinteresado en el desarrollo del país.
En esta administración, a los mexicanos lo que nos dieron con una mano, como las becas Benito Juárez o los apoyos a los adultos mayores, nos lo quitaron con la otra mano, desapareciendo las Escuelas de Tiempo Completo o reduciendo el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) en ámbitos tan importantes como las obras y servicios, enfocando los recursos en obras como el Tren Maya o el Aeropuerto Felipe Ángeles, que son obras que no impactan ni benefician a los trabajadores.
Y mientras un pequeño grupo de los mismos de siempre, los mismos multimillonarios, sigue gozando de privilegios y comodidades, el pueblo de México sufre y vive la desigualdad de un sistema económico rapaz, el sistema neoliberal.
El neoliberalismo que vivimos es injusto con los ciudadanos trabajadores del país, pues no se beneficia a los pobres. No, las cosas no son como nos las platica el Gobierno de la Cuarta Transformación, que dice el presidente de la república “primero los pobres”.
Por ello, es necesario que la juventud se eduque y sea consciente de la situación política y económica que se vive en el país, y que además, como decíamos al principio, se involucre, empatice y sienta los problemas sociales que se viven en el país como suyos.
Pues no vive el estudiante sólo los problemas en la educación, sino todos los demás también. Es necesario que también la juventud se comience a organizar y a exigir lo que le corresponde, que es una educación de calidad, pero también un país digno en el que pueda desarrollar sus aptitudes y tener una vida digna.
La juventud debe ser capaz de exigir y luchar por sus intereses educativos. No dejemos que la crisis educativa siga afectando al país, organicémonos y luchemos juntos de la mano, pues la organización puede lograr un país más justo para todos los mexicanos.
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