Para las personas que laboran en la CDMX, todos los días es un calvario llegar a su trabajo y regresar a su casa, especialmente en las horas pico. El personal de vigilancia hace retenes y laberintos para tratar de evitar que los andenes se saturen y ocurra algún accidente.
El personal que se encuentra en los andenes grita a los usuarios que se recorran, que se distribuyan a lo largo del vagón (hasta quedar como sardinas enlatadas), que permitan el libre cierre de puertas porque el recorrido se retrasa, como si eso fuera la solución al problema.
La gente se pone eufórica, se pelea, se insulta, porque todos tienen prisa, pero ninguno se atreve a exigir a las autoridades un buen servicio que les permita ahorrar tiempo, el cual se convertiría en horas de descanso.
La gente se pone eufórica, se pelea, se insulta, porque todos tienen prisa, pero ninguno se atreve a exigir a las autoridades un buen servicio que les permita ahorrar tiempo, el cual se convertiría en horas de descanso.
Se deberían poner en circulación más trenes para que no se tarden tanto tiempo parados en las estaciones. Son muchos los afectados, pero cada uno, en su mundo de preocupaciones personales, piensa que solo enojándose con sus semejantes podrá solucionar el problema, y no es así.
Al final de cuentas, todos los usuarios del Metro adolecemos del mismo mal: la grave deficiencia del servicio. No se puede tapar el sol con un dedo, pero si seguimos yéndonos por las ramas, nada se solucionará y se seguirán protagonizando esos lamentables espectáculos, con ciudadanos que llegan hasta a golpearse.
El Gobierno de la CDMX, después de haberse tardado más de quince meses en rehabilitar este primer tramo que va de Pantitlán a Isabel la Católica, con tecnología de punta, dicen, y del cual hicieron tanto alarde, hasta el momento no ha cumplido. El servicio sigue siendo pésimo y no terminan de entregar la obra completa.
Urge el mantenimiento de todas las líneas del Metro, pues con este Gobierno cuatroteísta muy poco se ha hecho, y los problemas en las líneas persisten y cada día se recrudecen.
Exijamos un Metro de calidad, exijamos seguridad en vagones y andenes, exijamos que las autoridades capitalinas se pongan a trabajar e inviertan los recursos del erario en esta necesidad del pueblo trabajador.
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