El Metro de la Ciudad de México es el transporte más importante entre los capitalinos, inaugurado desde 1969, y en el que nos trasladamos diariamente más de cinco millones de usuarios.
Desde el inicio de este sexenio se desataron en el Sistema de Transporte Colectivo (STC) todos sus problemas, quedando el caos en este transporte masivo.
Para atenuar la situación que empezaba a mostrar la gravedad de los males que aquejan al Metro, la administración de este Gobierno de la capital empezó muy tímidamente los trabajos de remodelación en sólo una parte de la línea azul, que va de Cuatro Caminos a Tasqueña, lo que ocasionó una pérdida escandalosa de tiempo y las incomodidades que ya sufríamos como pasajeros se incrementaron al estar paradas varias estaciones por mucho tiempo.
El resultado del descuido criminal de la 4T en la Línea 12, la falta de mantenimiento y vigilancia, dejó 27 muertos y un centenar de heridos graves.
Desde entonces empezamos a ver con algo de claridad que a los responsables del Metro les faltaba darle mantenimiento general a sus instalaciones y a los convoyes de este servicio vital para nosotros.
Para colmo, a poco más de tres años de estar administrando la ciudad a este gobierno le explotó y se incendió en enero de 2021 el edificio del Puesto Central de Control I (PCCI), quedando por varios días sin energía e interrumpiéndose el servicio de las líneas 1, 2, 3, 4, 5 y 6. Otra vez con este accidente fuimos perjudicados millones de usuarios por la falta de servicio.
Ante estos desafortunados acontecimientos quedó con suficiente claridad la causa de estas fallas en el servicio del Metro, las causas que no eran otras que la falta de mantenimiento, otra vez la falta de mantenimiento.
El 11 de marzo de 2020 ocurrió el choque de dos trenes en la estación Tacubaya de la Línea 1, dejando 41 pasajeros heridos y un pasajero muerto, pero lo peor estaba por venir por la misma causa, la falta de mantenimiento al Metro, la falta de vigilancia.
Muchos pasajeros y vecinos de la Línea 12 habían manifestado ante los funcionarios del Metro que entre las estaciones Olivos y Tezonco, al paso del Metro vibraba el tramo elevado.
Los funcionarios ignoraron olímpicamente esos avisos del riesgo de que se cayera el Metro en esa parte, y el 3 de mayo del mismo año, 2021, las vías del tramo elevado se vencieron a causa del convoy del Metro y ocasionaron su desplome.
El resultado del descuido criminal de falta de mantenimiento y vigilancia dejó 27 muertos y un centenar de heridos graves.
Después del terrible percance, las autoridades intentaron minimizar la gravedad de la tragedia declarando que era un incidente. La verdad es que las altas autoridades de la capital no atendieron su responsabilidad ante el peligro que estaba muy advertido, que podía ocurrir un accidente.
Desde entonces y durante los tres años transcurridos hasta la fecha, las autoridades de la capital no se cansan de repetir que el accidente no se debió a la falta de mantenimiento, por más que la compañía noruega que vino a realizar el estudio solicitado por el mismo gobierno de la capital concluyó que efectivamente el Metro se cayó por la falta de mantenimiento.
A una buena parte de los parientes de los 27 fallecidos y de los accidentados se les presionó para que aceptaran una indemnización económica y no reclamaran sus derechos de justicia por esta gran irresponsabilidad oficial que desencadenó esta tragedia.
A deudos y heridos se les indemnizó; sin embargo, una parte de ellos sigue reclamando que se procese a los culpables que les arrebataron a sus seres queridos y dejaron a otros malheridos. Siguen reclamando que no haya impunidad hacia todos los culpables del terrible accidente.
Nosotros, como antorchistas, desde entonces estamos reclamando justicia para todos los muertos y heridos, que no haya impunidad, como hasta ahora ocurre con los culpables de esta desgracia que enlutó a México.
Además, exigimos con todo el pueblo de México que al Metro se le inviertan todos los recursos económicos que requiera para su mejor funcionamiento, que no se le nieguen bajo ningún motivo todos los recursos financieros que requiere su mantenimiento, y que los nueve millones de habitantes de la capital podamos tener el Metro que merecemos por ser esta enorme masa de seres humanos quienes le damos vida a esta ciudad, el pueblo raso, que sostiene la economía de esta ciudad capital de la república.
No más retrasos en el servicio que nos hacen perder horas hombre de trabajo y descanso, y un freno terminante a tantas víctimas mortales por accidentes en el Metro de la ciudad.
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