Los mexicanos, particularmente los de Quintana Roo son testigos, algunos hasta víctimas, de una serie de atropellos cometidos por el crimen organizado y otros que el Estado, desde su carácter constitucional, cometen las autoridades.
A pesar de que son muchos los pesares de la ciudadanía quintanarroense, son dos, los que particularmente les aqueja: 1) la inseguridad y 2) la crisis del sistema de salud. Con estos dos elementos basta para juzgar un eslabón más de la deformación que se vive en la entidad, y se torna más difícil con un gobierno federal donde no existe la aplicación y ejecución de políticas públicas que ayuden a mejorar las condiciones sociales de México, pues la 4T, hace prácticamente lo contrario.
Veamos, la estadística que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publica, muestra que la percepción social sobre la inseguridad en nuestro país en diciembre de 2022, el 64.2 por ciento de la población de 18 años y más consideró inseguro vivir en su ciudad, publicó el diario Poresto.com., con fecha del 21 de abril de 2023 una nota que en su encabezado lleva: “Cancún, una ciudad insegura para vivir según el 85% de la población: ENSU”.
Este diario que realiza la publicación, además de ser de los más prestigiados de la región peninsular, recopila datos que publica el Inegi, un medio más, que sustenta el argumento de que Cancún es una ciudad insegura; asimismo, confirmamos que no es por demeritar las acciones del gobierno o solo por sumar una crítica más, sino porque existen datos que respalda los hechos.
Para rematar este tema, el dicho: “En este gobierno ya no hay corrupción”. Le dejo la siguiente estadística, pues de julio a diciembre de 2022, se estima que 13.4 por ciento de la población mayor de 18 años tuvo contacto con alguna autoridad de Seguridad Pública. De estas personas, 44.6 por ciento declaró haber sufrido, al menos, un acto de corrupción por parte del personal perteneciente a dichas autoridades.
México se muere poco a poco con el cáncer que se hace llamar Cuarta Transformación, la crisis de salud lo demuestra y la violencia en las calles son un síntoma más del deterioro que el país vive a diario, pero nuestra postura a pesar de la represión del gobierno no cambiará
Lo anterior lo vuelve a publicar el Inegi, sirviendo de referencia o indicador de corrupción que persiste en la misma policía, dato que confirma que muchos ciudadanos ya no se sienten seguros, tal es el aborrecimiento a los policías, que apenas ven una patrulla, la gente teme por su seguridad; esto pasa en Cancún, entre la población local, la gente apoda a los policías los “puercos” y de la llamada Guardia Nacional ni se diga, pues está entre los menos aprobados por el ciudadano, solo por debajo de la Policía Estatal Preventiva.
Es momento de hablar del fallido sistema de salud en México, un Instituto de salud para el Bienestar (Insabi) que hasta el día de hoy no funciona, la mala aplicación de la política de salud está volviendo a México un cementerio, este gobierno está acabando con los pobres y no con la pobreza, este gobierno está asesinando al pueblo, porque con cada mexicano que muere producto de las malas políticas aplicadas al sistema de salud, cuando muere un niño por cáncer, cuando no hay medicinas, doctores o espacio en los hospitales, todo el que se considere mexicano tiene que ver que están matando a México, no puede haber cuarta transformación en un país donde lo primordial que es la salud, no se le garantiza a México, donde la población no tiene donde atenderse.
En Playa del Carmen, ciudad muy importante para el turismo del sureste del país, una niña de origen maya, muere víctima de un elevador al que no se le dio mantenimiento, al respecto no se hizo nada, y está demás comentar sobre la declaración que emitió la Secretaría de Salud. La reflexión es clara, en Quintana Roo solo hay dinero para maquillar la realidad, solo hay dinero para una clase, esa clase no es la clase trabajadora.
México se muere poco a poco con el cáncer que se hace llamar Cuarta Transformación, la crisis de salud lo demuestra y la violencia en las calles son un síntoma más del deterioro que el país vive a diario, pero nuestra postura a pesar de la represión del gobierno no cambiará, pues nos debemos al pueblo, es apropiado decir que los antorchistas quintanarroenses y del país, no dejaremos impune la muerte de la niña en el elevador, los colgados en Toluca, la muerte de compañeros dirigentes, de los cuales prefiero omitir sus nombres, así como los 120 mil homicidios en lo que va del gobierno de López Obrador, que quede patente, a los datos me remito, pues los números son fríos, pero capaces de hablar.
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