Al parecer el distanciamiento del gobierno federal con el estado de Chihuahua sigue su cauce y no se ve para cuando acaben esas diferencias entre al mandatario federal, Lic. Andrés Manuel López Obrador y la gobernadora estatal María Eugenia Campos Galván, pero mientras sigan los dimes y diretes, quienes pagan las consecuencias son los habitantes del estado grande.
Este enfrentamiento, primero por ideología política, ya que AMLO es de Morena y Maru campos es del PAN, se traduce en acciones que han llevado al estado de Chihuahua a padecer las consecuencias del estrangulamiento financiero por parte del gobierno federal, pues ante los problemas que ha enfrentado y aún enfrenta como la intensa sequía, la ola de calor, el flujo migratorio, los constantes problemas de corrupción en la Secretaria del Bienestar, la cancelación del Seguro Popular, la desaparición del INSABI y su secuela el IMSS-Bienestar, la falta de inversión en carreteras federales, el recorte al presupuesto al estado, el tratado de aguas internacionales de 1944, en fin, la lista de situaciones por la que atraviesa el gobierno estatal son muchas y muy delicadas, y ante todo esto, el presidente AMLO no dice nada, se queda, como es su costumbre, sin escuchar y con sus otros datos. Todo indica que el interés del inquilino de palacio nacional es cerrarle todas las puertas al PAN para que Morena tenga más presencia en el estado en las elecciones del 2024.
Pero como ya mencioné, ante este choque entre mandatarios quien está sufriendo las consecuencias es el campo chihuahuense, los agricultores, los ganaderos, que son los que producen la tierra e invierten en ganado para llevar el alimento a la mesa de cada una de las familias mexicanas, ellos son los que están padeciendo la falta de sensibilidad y apoyo por parte de la federación y finalmente quienes se suman a esta cadena de consecuencias es el propio pueblo consumidor, que ante la falta de producto saben que los precios van a subir y si ya la canasta básica tiene un costo elevado, ahora con la perdida de las cosechas seguramente los costos se elevaran considerablemente.
Y para dar un golpe más al moribundo campo, los diputados morenistas del estado de Chihuahua, votaron para aceptar la reducción al presupuesto federal para el ejercicio del próximo año para el campo.
Los legisladores de Morena Armando Cabada, Andrea Chávez, Roberto Briano, Susana prieto, y Daniel Murguía, además de la petista (PT) Lilia Aguilar, una vez más les dan la espalda a los agricultores del estado grande de México y con ello queda demostrado que la embestida seguirá, que los morenistas no se van a rendir hasta ver de rodillas a un gobierno que no se ha sometido a los caprichos del jefe del ejecutivo.
La ambición del partido en el poder es tanta que no le importa arrasar con lo que se le atraviese, no le importa que cientos de agricultores hayan perdido sus cosechas, su patrimonio, pues para poder producir deben endeudarse con instituciones bancarias, con la esperanza de que al cosechar se puedan pagar las deudas y les quede un poco de recurso para poder seguir produciendo, no le importa que las presas se estén quedando vacías poniendo en peligro el ciclo agrícola del próximo año, no le importa que productores de leche tengan que vender su ganado o sacrificarlo pues con la intensa sequía no hubo pasto para alimentarlos, no le importa que los algodoneros del noroeste del estado hayan perdido gran parte de su cosecha debido a las fallas de luz, y la CFE no haya hecho nada para resolver el problema, obligando a los productores a buscar alternativas, incluso a producir su propia energía, no le importa que las familias de la Sierra Tarahumara sufran de desnutrición mortal, al gobierno federal no le importa nada de lo que le pase al pueblo, su único objetivo es eliminar políticamente al enemigo, al que no acepte con los ojos cerrados la doctrina de Morena y después ganar las elecciones del 2024.
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