Me permito en mi opinión de esta semana, hablar nuevamente de las mujeres y nuestro papel en esta sociedad desigual desde hace muchos años, sociedad que es importante recalcar, la origina y desarrolla el modelo económico dominante, es decir, el capitalista en su fase neoliberal.
La realidad que cada día viven miles de mujeres en el entorno laboral es injusta y pone al descubierto, cómo la brecha en temas de género sigue siendo grande; las condiciones, las oportunidades y el pago para el género débil, dejan mucho que desear de empresas y gobiernos que solo vislumbran en sus slogans y promesas de campaña un país más equitativo y justo para la comunidad femenil.
En el estado purépecha, por ejemplo, de 813 mil michoacanas que trabajan, solo el 7.7 por ciento tiene un ingreso mayor a tres salarios mínimos (poco más de $500 pesos); prácticamente el 30 por ciento vive con uno salario mínimo ($173 pesos) o menos que eso por día.
Tal vez algunas de las mujeres trabajadoras a las que les llegue mi escrito saben lo que es vivir con menos de 200 pesos al día, sumando los gastos de los hijos, juntar lo que se debe pagar cada mes o dos meses para el agua, la luz, el internet, el gas y, en los casos más críticos, que hay miles, la renta debido a que no cuentan con una casa propia. Con la crisis que sigue ahondándose más, comprar una casa o un terreno para construir un patrimonio desde cero, es un sueño casi imposible.
No pasemos por alto, que desde las esferas políticas y empresariales, que casi siempre van de la mano, se emiten discursos que prometen estrategias, programas, proyectos para impulsar el emprendimiento de las mujeres, pero al final, buena parte de estos campos de privilegio y poder son encabezados por hombres.
Según estadísticas de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), del INEGI, al corte del tercer trimestre de 2021, solamente el 3.9 por ciento de las mujeres económicamente activas son jefas de su propia empresa o negocio, mientras que cerca de la cuarta parte labora por su cuenta, principalmente en ventas minoristas, como artículos por catálogo o elaborados por ellas mismas; aquí entran las emprendedoras que en redes sociales son ya conocidas como las nenis y que su papel en el sector económico tomó fuerza durante la pandemia, pues el desempleo y la crisis que se veía venir, abrió la posibilidad para que muchas mujeres, principalmente madres solteras, buscaran la forma de seguir manteniéndose y mantener a sus hijos.
Conozco mujeres que con la modalidad del comercio electrónico han obtenido un poco de ingresos para el sustento familiar, para pagar sus estudios, comer, vestir y todo gasto esencial, quedando muy claro que, más allá de una etiqueta en las redes sociales, estamos viviendo una realidad que deja expuesta la pobreza que vivimos más de la mitad de los mexicanos y de la que hemos sobrevivido sin el apoyo gubernamental, cosa que no debería ser así, pues aunque la 4T presume de dar apoyos a los sectores sociales más vulnerables, no se da a todos y, en cambio, a los que se beneficia tienen detrás la manipulación electorera, algo así como si tienes este apoyo es gracias al presidente de México, debes ser agradecido y colaborar en lo que se te pida.
No olvidemos nunca que ese recurso no es del bolsillo presidencial, sino una miserable parte de todos los impuestos que pagamos todos los días los mexicanos en todo lo que compramos, y digo miserable porque lo que se retribuye a nuestro favor es una ínfima parte de la sumatoria de todos esos aranceles.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo también detalló que de las 2 millones 125 mil personas que componen la población ocupada en Michoacán, alrededor de 813 mil son mujeres, es decir, 38 por ciento. Hombres en la fuerza de trabajo son 1 millón 312 mil, el equivalente al 62 por ciento.
En esta diferencia recordemos que muchas mujeres viven en zonas con alto rezago económico, educativo y social, por lo que se dedican a su hogar y familia; es decir, amas de casa, sin paga, claramente, ya sea por decisión propia u obligadas por las creencias familiares de que las mujeres deben quedarse en la casa; frase que, aunque suene trillada, lamentablemente sigue siendo el espejo de la vida actual.
En estas diferencias también es importante mencionar la brecha salarial. De acuerdo con el salario de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en promedio los hombres ganan al mes 11 mil 251 pesos, mientras que el promedio de las mujeres es de 9 mil 745 pesos, quiere decir que los varones ganan un 15 por ciento más; poniendo esto por delante, se propicia que los varones puedan tener mejores empleos y también niveles de jerarquía y poder mayores.
Aunque estos datos fueron dados a conocer a mediados y finales de 2021, la situación, con mucho pesar, no ha cambiado para bien; todavía es evidente que la desigualdad está viva en todos los sectores sociales, siempre que exista la más dura de todas: la desigualdad económica. Mientras esta persista y nadie en las esferas del poder quiera combatirla de raíz, todas las injusticias estarán también.
A las mujeres y los hombres que pertenecemos a la clase trabajadora, a la clase pobre, no nos queda más remedio que luchar revolucionariamente, unidos, un proceso largo que es posible y el ejemplo es el antorchismo.
Finalmente, cito palabras del maestro de todos los antorchistas, Aquiles Córdova Morán, hombre ejemplo en todo sentido e impulsor de millones de mujeres, yo entre ellas: “A todas las mujeres que han dedicado su vida a la lucha para lograr una sociedad más equitativa, a todas aquellas que han unido su voz al grito unísono de una patria mejor y más justa. En Antorcha tienen un lugar de privilegio, en el corazón de los antorchistas ustedes valen tanto como los hombres, ustedes son parte y más de la mitad de la humanidad entera, y son las que llevan en el vientre la vida de los futuros mexicanos; vengan a Antorcha, aquí no las vamos a discriminar, no las vamos a herir ni a asesinar; aquí van a hallar un lugar de mujeres dignas y libertadoras de su pueblo. Vengan con nosotros".
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