Unas seis mil mujeres se reunieron en el centro de Pachuca para exigir justicia por el Día Internacional de la Mujer. Denunciaron un incremento de la inseguridad que afecta sobre todo al sector femenino.
Esta protesta se realiza cada año y en cada nueva edición el número de manifestantes aumenta, pues cada vez son más mujeres inconformes por la situación de violencia e inseguridad que azota al país. Y las causas materiales de la inconformidad del sector femenino no se deben olvidar, especialmente en Hidalgo, un estado donde las mujeres sufren la desigualdad de oportunidades, en el ya de por sí en crisis, sector económico.
En Hidalgo, las mujeres perciben 16.29 % menos salario que los hombres, es decir, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer recibe 83.71 pesos.
En honor al Día Internacional de la Mujer, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló datos que muestran que en Hidalgo existe una diferencia significativa entre mujeres y hombres que no reciben remuneración por su trabajo. De 828 mil 956 trabajadores, 17 mil 393 no reciben remuneración por su trabajo, lo que supone el 2,1 %; sin embargo, de 612 mil 44 mujeres trabajadoras, 45 mil 535 (7.44 %) no recibieron remuneración por sus servicios, según datos del cuarto trimestre del año pasado.
Además, Hidalgo contaba con mil 441 millones de habitantes durante el periodo mencionado, de los cuales 6 mil 162 más eran trabajadores; para las mujeres, sin embargo, esto significó 15 mil 807 mujeres menos que en el periodo correspondiente a 2022. Además, un total de 448 mil 147 mujeres laboraron en el sector informal en el período.
Así, existen en el estado condiciones económicas y laborales desfavorables para los trabajadores: no hay empleo formal y no se perciben ingresos suficientes; esto es aún más complicado para las mujeres como muestran los datos.
En Hidalgo, las mujeres perciben 16.29 % menos salario que los hombres, es decir, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer recibe 83.71 pesos, de acuerdo con un análisis que realizó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) con base en datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
Son cada vez más los gobiernos y candidatos que con discursos feministas, con frases y difusión de imágenes en redes sociales y medios de comunicación apoyando la lucha feminista pretenden ganarse la simpatía y el voto de este sector. Tal es el caso del actual presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador quien en declaraciones se dice feminista y sin embargo, más tarde se contradice como cuando señaló que el 90 % de los llamados de auxilio por violencia contra la mujer son mentiras.
Más allá de palabras de simpatía por la lucha de las mujeres se necesitan políticas que brinden mejores condiciones económicas a las mujeres, es esta la base para lograr un cambio verdadero en favor de este sector.
Sin embargo, es forzoso entender que en el sistema económico donde vivimos, la sociedad capitalista asigna roles de género para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo.
Una de las fuentes más notorias de opresión hacia la mujer radica en el papel de la familia como reproductora de la fuerza de trabajo para el capitalismo y en el papel desigual de la mujer en ese proceso.
La lucha por la liberación de la mujer nos tiene que llevar forzosamente a luchar contra el sistema que impone a la mujer esta opresión. No basta con cada año denunciar la opresión y violencia que sufren las mujeres, luchemos por mejores condiciones económicas para las trabajadoras y aboquemos nuestras fuerzas a formar un partido de los trabajadores, englobando a los hombres y mujeres asalariados que sufren los estragos del capitalismo, un partido de los trabajadores que luche por el poder e imponga mejores condiciones para todos los trabajadores.
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