“La ciencia es la mayor empresa colectiva de la humanidad. Nos permite vivir más tiempo y mejor, cuida de nuestra salud, nos proporciona medicamentos que curan enfermedades y alivian dolores y sufrimientos, nos ayuda a conseguir agua para nuestras necesidades básicas, suministra energía y nos hace la vida más agradable, pues puede desempeñar un papel en el deporte, la música, el ocio y las últimas tecnologías en comunicaciones. Finalmente, aunque no por ello menos importante, la ciencia alimenta nuestro espíritu.
La ciencia ofrece soluciones para los desafíos de la vida cotidiana y nos ayuda a responder a los grandes misterios de la humanidad. En otras palabras, es una de las vías más importantes de acceso al conocimiento. Tiene un papel fundamental del cual se beneficia el conjunto de la sociedad: genera nuevos conocimientos, mejora la educación y aumenta nuestra calidad de vida.
La ciencia debe responder a las necesidades de la sociedad y a los desafíos mundiales. La toma de conciencia y el compromiso del gran público con la ciencia, y la participación ciudadana –incluyendo la divulgación científica– son esenciales para que los individuos tengan información suficiente para tomar decisiones razonadas a nivel personal y profesional. Los gobiernos deben basar sus políticas –sanitarias, agrícolas, etc. – en información científica de calidad y los parlamentos que legislan sobre cuestiones sociales han de conocer las últimas investigaciones en la materia. Los gobiernos nacionales necesitan comprender los aspectos científicos de grandes desafíos mundiales como el cambio climático, la salud del océano, la pérdida de biodiversidad y la seguridad del agua dulce.
Para afrontar los desafíos del desarrollo sostenible, gobiernos y ciudadanos tienen que entender el lenguaje de la ciencia y adquirir una cultura científica. Asimismo, los científicos han de comprender los problemas a los que se enfrentan los gobernantes y esforzarse en buscar soluciones pertinentes y comprensibles para los gobiernos y la sociedad en general.
Los desafíos actuales son multidisciplinares y cubren el ciclo de vida completo de la innovación –desde la investigación al desarrollo de conocimientos y sus aplicaciones–. La ciencia, la tecnología y la innovación deben conducirnos hacia un desarrollo más equitativo y sostenible”. Texto copiado de la página de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Desafortunadamente para los mexicanos, estamos gobernados por un autócrata, que desprecia a la ciencia, capaz de perseguir a 31 científicos del CONACyT; que su ignorancia es abismal y se rodea de seguidores que le aplauden. Un autócrata que ha llevado a la muerte a miles de mexicanos al atender pésimamente la propagación de la covid-19.
Un autócrata que ha destinado recursos económicos para una refinería, cuando la ciencia se encamina a pasos agigantados a utilizar energía eléctrica y solar para mover a los autos, por dar un ejemplo. Un autócrata que dice que extraer petróleo no tiene ciencia porque, según él, basta con cavar un hoyo.
Un autócrata que llamó borregos a los integrantes del Parlamento Europeo porque se pronunciaron en contra del clima de violencia que vive México y de los asesinatos de periodistas, que tan solo en lo que va del año ya suman 8, a los que él calumnia desde las mañaneras porque se atreven a señalar los errores de su gobierno, que son muchos, que si tuviera aciertos no habría modo de criticarlo.
A ese autócrata, ya identificado hasta este párrafo como el presidente, Andrés Manuel López Obrador, no le interesa la educación. Puso al frente de la Secretaría de Educación Pública, a Delfina Gómez, que tiene una multa por haber retenido el 10 por ciento del salario de los trabajadores del Ayuntamiento de Texcoco, cuando ella fue presidenta municipal, y a la que no le interesa superar las enormes carencias del Sistema Educativo Nacional porque lejos de querer mejorar, de inyectar recursos para hacer frente a las necesidades de infraestructura educativa, declaró la desaparición de las Escuelas de Tiempo Completo.
Las Escuelas de Tiempo Completo representan un modelo educativo que se aplica en otros países, con el que los niños tienen sus alimentos dentro de la misma escuela y toman clases por más tiempo para desarrollar cualidades artísticas y deportivas.
Lo único que destruye a la sociedad es la ignorancia, y los mexicanos apostamos por la ciencia porque en nuestro país hay gente que ha tenido que emigrar porque no se le ha dado presupuesto para desarrollar sus investigaciones. Y lo han logrado.
Los antorchistas le hemos dedicado mucho tiempo a la lucha por mejorar la educación, impulsando escuelas en todo el país, aun sin tener nada, solo las ganas de hacerlo, por eso te invitamos a sumarte a nuestro proyecto de nación, nuestro proyecto es para mejorar la vida de todos, por eso te invitamos a organizarte y luchar. Ahora es necesario defender las Escuelas de Tiempo Completo.
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