Desde el inicio de la actual administración estatal que encabeza María Elena Hermelinda Lezama Espinosa, mejor conocida por los quintanarroenses como Mara Lezama, el Movimiento Antorchista, a través de su Comité Estatal hizo llegar al despacho de la gobernadora un pliego petitorio con las demandas de miles de colonos, campesinos, obreros, estudiantes y profesionistas afiliados al Movimiento en sus diferentes frentes.
Al momento de la entrega del pliego, el Comité Estatal de Antorcha estuvo acompañado por una comisión de cientos de antorchistas de los diferentes municipios, pueblos y colonias, esto, con el objetivo de dar un respaldo patente a sus dirigentes y para ser testigos de que se hizo la entrega oficial de las necesidades de todos los antorchistas del estado.
A los tres días fuimos recibidos por Cristina Torres Gómez, secretaria de Gobierno y casi todo el gabinete de la nueva administración estatal. Con ellos, fuimos revisando una a una las demandas para darle la salida que mejor conviniera a los ciudadanos.
Sin embargo, en esa primera reunión no se pudo concretar nada porque “estaban empezando” y el acuerdo fue hacer mesas de trabajo con todas y cada una de las dependencias estatales involucradas para, de esa manera, buscar las alternativas de solución a las demandas planteadas en el pliego.
A pesar de ese acuerdo, no todos los titulares de las dependencias cumplieron la directriz y sólo con algunos se pudieron llevar a cabo esas “mesas de trabajo”.
Con los que sí nos pudimos reunir nunca se pudo concretar nada; su argumento siempre fue que, al ser un Gobierno nuevo de la “Cuarta Transformación”, todavía no tenían claro cómo se iba a trabajar; que todavía iban a crear las reglas de operación para los diferentes programas. Es decir, los avances en esas “mesas de trabajo” fueron igual a cero.
Por ello, decidimos volver a buscar a la secretaria de Gobierno para plantear nuestra inconformidad por la falta de avances en la solución de las demandas, y esta vez no fue tan “fácil”: tuvimos que hacer uso de nuestro derecho a la manifestación pública para que fuéramos atendidos por la alta funcionaria un par de veces más, y nos “atendió” pero la solución de las demandas no avanzaron ni un ápice.
Tuvimos que programar una marcha para el día 27 de octubre del año pasado porque ya estábamos cansados de las promesas incumplidas, de reuniones estériles e infructuosas y porque las necesidades de los quintanarroenses organizados en Antorcha van en aumento.
Esa manifestación no se realizó porque nuevamente hubo un acercamiento de Cristina Torres para dialogar con el Comité Estatal Antorchista y nosotros, como siempre lo hemos dicho, no marchamos por gusto; no nos movilizamos porque no tengamos qué hacer o porque seamos intransigentes: lo hacemos cuando ya no nos queda de otra, cuando no somos escuchados. Los antorchistas, pues, priorizamos el diálogo.
Menciono algunos de los acuerdos tomados con Cristina Torres que debían cumplirse antes de que se terminara 2023:
Arreglar de manera provisional el camino de entrada de la colonia Fraternidad en Chetumal que ha sido destrozado por trabajos del Tren Maya y para el nuevo parque de feria. Sí se arregló, pero ya está destruido de nuevo.
Nivelado y aplanado con sascab de las calles de las colonias Fraternidad, Mártires y Esperanza en Chetumal. No se hizo, sólo arreglaron tres calles en la colonia Fraternidad, retiraron las máquinas con el “argumento” de que tenían otros trabajos “urgentes” y hasta el momento no han regresado. Las otras colonias siguen en el olvido.
Nivelado y aplanado con sascab de calles en la colonia la Antorcha de Tulum y en las colonias de Avante y Unidad Antorchista de Cancún. Tampoco se hizo nada.
Revisión y supervisión de las obras de caminos y otras infraestructuras por parte de la Secretaría de Obras Públicas en Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, Tulum, Lázaro Cárdenas y Cancún con el objetivo de hacer los proyectos para su realización: tampoco se cumplió.
Mantenimiento de las aulas de las unidades escolares de las colonias Fraternidad y Mártires en Chetumal, que son aulas prefabricadas donde se atiende a niños de preescolar, primaria y secundaria. Estas aulas, en tiempo de calor, son un horno, y en tiempo de lluvia, el agua se filtra por todos lados. Además se necesitan otros baños, puesto que sólo existen dos para 150 niñas y niños. Tampoco se cumplió.
El resto de las obras y servicios solicitados, que son de vital importancia, se nos dijo, se iban a integrar en el presupuesto que el Gobierno del estado debe ejercer este año.
Sabemos por los medios de comunicación que el presupuesto 2024 de Quintana Roo es histórico por su calado social. Según las fuentes oficiales, se sabe que el Congreso del estado aprobó un presupuesto de 47 mil 352.6 millones de pesos, es decir, 12 % más de lo que se ejerció el año pasado.
Nosotros tenemos confianza en que el Gobierno de Mara Lezama buscará disminuir las brechas de desigualdad que existe en nuestro lastimado estado y que, dentro de ese presupuesto aprobado por el Congreso estatal, se encuentren las obras y servicios de los antorchistas quintanarroenses, estas obras de vital importancia dentro de las que destacan pavimentación, regularización de colonias, construcción de escuelas, electrificación, agua potable, apoyo a la vivienda, a albergues estudiantiles y muchas otras.
Hemos sido pacientes y hemos confiado en la palabra de “un Gobierno diferente y cercano a la gente”, por lo que esperamos que nuestra confianza y espera se vean favorecidas este año.
¡Al tiempo!
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