Uno de los mexicanos más admirados y reconocidos por nuestro pueblo es sin duda alguna el general Lázaro Cárdenas del Río, aquel personaje que expidió el decreto de la Expropiación Petrolera, el 18 de marzo de 1838, que consistió en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras que tenían el control de la industria, para convertirlo en propiedad de los mexicanos.
Es importante recordar la historia porque Lázaro Cárdenas, sin presumir de ser el mejor presidente o de tener el respaldo popular, -que sí lo tenía y que era mucho el apoyo popular que existía entre el pueblo-, hizo algo que todos los mexicanos bien nacidos deberíamos de aspirar a hacer, defender los recursos naturales para beneficio de los mexicanos.
Esto lo digo aquí porque los mexicanos vivimos uno de los momentos más difíciles, con muchos problemas en vivienda, salud, infraestructura, educación, inseguridad, etcétera. Y, ante tanto problema, se esperaría una actuación moderada, fría del presidente actual de México para hablar de los problemas sociales que nos aquejan, reconocerlos y ver cómo solucionarlos. Pero no, no es así, y en lugar de reconocer los problemas, dice que todo está bien.
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A mí siempre me llama la atención cómo el presidente sale al paso ante los problemas energéticos, de la autosuficiencia alimentaria, de migración y de otros más, diciendo que él siempre está buscando la independencia del país. Lo cierto es que en estos asuntos y en otros más también, no somos independientes, dependemos en mucho para nuestra alimentación de los granos de los Estados Unidos; en el caso de la migración abundan los datos en los medios de comunicación de cómo México se ha convertido en el gendarme de los gringos para retener la migración y así estamos también en los asuntos energéticos.
Siento que un recurso indispensable para la independencia real del país, no de palabras como lo maneja AMLO, es desarrollar la educación de los mexicanos. Pero la verdad es que en el actual sexenio en lugar de mejorar la calidad de la educación vamos para atrás, empeorando, alejándonos de la verdadera independencia a la que debe de llegar el país, como lo podemos ver en la siguiente nota informativa:
“En México, hay 34.8 millones de niños, niñas y jóvenes entre tres y 18 años que, por su edad, deberían asistir a la educación obligatoria, pero 6.4 millones no asisten a la escuela, pues enfrentan alguna desigualdad educativa.”
“Un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) indica que la mitad de los estudiantes que no logran acceder a la educación formal pertenecen a algún grupo desfavorecido, tales como las comunidades indígenas, personas con discapacidad, población rural y afrodescendiente.” (Forbes.com.mx 23 de enero 2024).
Lo que se puede concluir de la nota es que muchos niños y jóvenes, hijos de indígenas, de descendientes de africanos, o que provienen de las zonas rurales, no estudian, tienen problemas para educarse, y estamos hablando de 6 millones y fracción, son muchísimos jóvenes pues, que ven truncada su vida por no tener recursos económicos para sostener sus estudios, por carecer de alimentación y porque faltan escuelas en su comunidad donde están estos sectores más desprotegidos.
Este es el problema real que tiene nuestra educación, hay muchos mexicanos que no estudian, hay miles de escuelas que no tienen las condiciones necesarias para operar dignamente, porque les faltan baños, agua potable, techumbres, cercos perimetrales, mantenimiento, etcétera. Eso, por un lado, pero falta igualmente que a los maestros se les ponga especial atención en su capacitación y en el mejoramiento de sus condiciones de vida para que puedan enseñar con muchas ganas y así elevar la calidad educativa.
Y no puede quedar fuera la atención a la problemática educativa el que los mexicanos puedan tener un trabajo seguro que garantice el que puedan mandar a sus hijos a educarse.
Atacar esta problemática de manera conjunta es estar sentando las bases verdaderas para la independencia del país, así lo hicieron Rusia y China en su momento, cuando hicieron sus respectivas revoluciones, sus pueblos tenían muy altos grados de analfabetismo, hoy, son pueblos que han impulsado la educación y en algunas áreas del conocimiento humano como la producción de la energía nuclear, la industria aeroespacial, la medicina, entre otras, están al tú por tú con los americanos. Desarrollar la educación es entonces de vida o muerte para ser independientes.
Por eso, el que muchos mexicanos se queden sin estudiar es un crimen, (porque no tendremos hombres que innoven, que desarrollen la ciencia que nos permita explotar para beneficio de los mexicanos los recursos naturales de nuestro país) y en lugar de hacernos independientes nos arroja a los brazos de las potencias extranjeras, por lo que con una mala educación el gobierno de la 4T revela que eso de ser independientes como nación es un engaño más para el pueblo de México.
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