En los últimos días del 2021, el delegado de la Secretaria de Bienestar en Tlaxcala, Carlos Luna Vázquez, informó que la dependencia a su cargo aplicó 5 mil 201 millones 328 mil 902 pesos, beneficiando con ese recurso a 370 mil 106 personas.
En Pensión para Adultos Mayores se aplicaron mil 340 millones 296 mil 550 pesos con 90 mil 787 beneficiarios; a Personas con Discapacidad se destinaron 136 millones 280 mil 630 pesos para 9 mil 328 beneficiarios; en Becas Benito Juárez ejecutaron 823 millones 200 mil pesos para 129 mil 850 estudiantes; el Programa de Niños y Niñas, Hijos de Madres Trabajadores aplicó 12 millones 371 mil 490 pesos en mil 756 beneficiarios; Tandas para el Bienestar ejerció 82 millones 700 mil pesos en 12 mil 471 deudores; Producción para el Bienestar repartió 188 millones 339 mil 802 pesos a 30 mil 42 campesinos; entregó 10 mil 898 toneladas de Fertilizante a 24 mil 139 campesinos por un monto de 150 millones de pesos; Sembrando Vida pagó 300 millones a 5 mil beneficiarios; Conapesca erogó 424 mil 800 pesos a 59 beneficiarios. En Vivienda 2020-2021 se destinaron 184 millones 380 mil pesos (68 millones 460 mil para realizar mil 956 acciones de mejoramiento y 115 millones 920 mil para mil 288 ampliaciones) para 3 mil 244 habitantes. En Mejoramiento Urbano, invirtieron 16 millones 100 mil pesos en la rehabilitación de la Plaza Xicoténcatl; 30 millones 300 mil pesos se utilizaron para la Plaza de la Constitución, y; 20 millones 900 mil pesos se destinaron a la construcción del mercado de artesanos. Se asignaron 64 millones 400 mil pesos para la construcción de 32 sucursales del Banco del Bienestar; y, se gastaron 61 millones 900 mil pesos en La Escuela es Nuestra, aplicándolo en 191 escuelas, beneficiando a 41 mil 279 estudiantes.
Según este informe (cfr. Síntesis. “Secretaría de Bienestar presentó informe de actividades antes de finalizar el 2021”, por Beatriz Vázquez. 27/12/2021; La Jornada de Oriente. “La Secretaria de Bienestar invirtió 5 mil 201 millones de pesos en Tlaxcala este año”, por Guadalupe de la Luz Degante. 28/12/2021), la Secretaria de Bienestar aplicó 3 mil 217 millones 293 mil 272 pesos en transferencias monetarias directas a 306 mil 676 beneficiarios, con un monto aproximado de 10 mil 490 pesos para cada uno durante el año. Destaca el programa Sembrando Vida en el que reciben 60 mil pesos al año cada beneficiario, le sigue el programa Emergente de Vivienda con un monto promedio de 56 mil 837 pesos por beneficiario; también resalta el ínfimo apoyo por Fertilizante, pues es apenas de 6 mil 214 pesos en promedio por beneficiario. Para obras e infraestructura, se informa un gasto de 193 millones 600 mil pesos, que sumado al gasto de transferencias directas da un total de 3 mil 410 millones 893 mil 272 pesos, ¿y el resto, mil 790 millones 435 mil 630 pesos?, ¿peccata minuta?
Damos por hecho que 370 mil tlaxcaltecas viven el “bienestar” que promueve el Gobierno Federal, que no pueden más que declarar las bondades de la 4T dado el dinero que reciben y si sufren alguna limitante, seguramente ésta es mínima, por lo que sólo les queda aplaudir las políticas socioeconómicas de esta transformación. Pero, ¿y si no es así? ¿y si el dinero que les otorga el gobierno no es suficiente para satisfacer las necesidades diarias? ¿tendrán derecho a exigir más, a pedir una mejor política de bienestar?
El Informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social 2021, emitido por la Secretaria de Bienestar para el Estado de Tlaxcala, señala que, de una población de un millón 395 mil 545 habitantes, 41 mil 747 sufren pobreza extrema; 604 mil 014 viven en pobreza moderada; 381 mil 951 son vulnerables por carencias; 101 mil 925 son vulnerables por ingresos; y sólo 205 mil 166 no son pobres ni son vulnerables. Esto quiere decir que el 85 por ciento de la población tlaxcalteca vive en condiciones de pobreza y vulnerabilidad, pero los beneficios de la Secretaria de Bienestar sólo proporcionaron paliativos al 26 por ciento, qué pasó con el 59 por ciento que también están requiriendo atención gubernamental. 823 mil 371 tlaxcaltecas deben remontar por sí mismo sus condiciones de precariedad ya que están marginados de la cuarta transformación y sus ayudas monetarias.
Como vemos, la política de trasferencias monetarias directas no llega a toda la población que las requiere ni están cambiando las condiciones de pobreza y vulnerabilidad de quienes las reciben, pero entonces, cuál puede ser su propósito. Al parecer este propósito no encierra un misterio, pues dadas las condiciones de vida de la mayoría de la población, ante el ofrecimiento de dinero para soslayar el hambre y la pobreza a condición de mostrar una afinidad política, para una gente despolitizada, la dádiva de la 4T significa un jugoso intercambio, aunque implique vivir atado y dependiente a quién se la ofrece. La maniobra parece ser exitosa: con recursos públicos se compran voluntades para ufanarse de apoyo social y aceptación de un proyecto de gobierno sin resultados ni rumbo, pero con garantías de absolutizar el poder.
Sentenció Franklin D. Roosevelt, “En política, nada sucede por accidente. Si esto sucede, usted puede apostar que fue planeado de esa manera”, y viene al caso, quizá por coincidencia. En el proceso electoral inmediato la gubernatura del Estado quedó en manos de Morena con 305 mil 468 votos, representando 48.66 por ciento de la votación emitida. No se necesita invertir en todos los pobres, sólo en los que garanticen el triunfo en una contienda electoral. Los fines e intereses de la clase política están bien definidos siempre, aunque nunca se exponen a las masas votantes. En el discurso se ensalza la justicia para el pueblo, la transformación social, la lucha contra la corrupción, contra la “mafia del poder”, y el pueblo elogia y aplaude esa retórica, aunque su condición de pobreza y marginación no cambie, pese a que reciba uno de tantos apoyos de “bienestar”, el fondo de esa verborrea es legitimar en el poder a quien ya estaba en el poder. Por lo anterior, cabe el intento de ser lo más racional: acceder a los apoyos gubernamentales, un derecho al fin, sin permitir que subyuguen nuestra voluntad política, ya que de ese modo más que beneficiario nos convierte en una víctima sometida a las ambiciones de quien ostenta el poder en turno, con la utilización de recursos públicos, sin duda.
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