El ambiente político de América Latina. Se trata de un proceso candente y turbulento. Aquí se demuestra que el irrespeto a la ley tiene consecuencias y, también, que una izquierda irresponsable puede provocar tensiones como las que hoy tenemos en Ecuador. El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en repetidas ocasiones se ha manifestado por violentar la ley, es más, se ha hecho famosa su frase: “no me vengan con que la ley es la ley”. Pues con un alto nivel de irresponsabilidad, el presidente de México, que no puede hablar como representante de los mexicanos con tanta ligereza, acusó de “facho”, es decir, fascista (así les dicen a los fascistas del sur del continente) al presidente de Ecuador e insinuó que el crimen cometido contra uno de los candidatos que le arrebató la vida había inclinado la balanza a favor del actual presidente ecuatoriano. Esta declaración, en mi personal opinión, irresponsable, hizo que el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, claramente derechista sí, acusara que las declaraciones de México eran injerencistas y, por lo mismo, declaró a la embajadora de México en Ecuador, Raquel Serur como persona “non grata”.
¿Cómo se lee este altercado que ya nos hizo romper relaciones con Ecuador? Como un fraccionalismo que debilita la necesaria unidad de los pueblos latinoamericanos y, por lo mismo, se refleja una condición previa a la guerra, es decir, una condición en que se irrespetan los derechos de los países y se violan los tratados internacionales.
La cosa no quedó ahí, la embajada de México refugiaba a Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador, quien estaba en calidad de solicitante de asilo a nuestro país. Mientras eso se resolvía, un comando de la policía ecuatoriana irrumpió en la embajada mexicana sin el permiso de la embajadora, retuvo a Jorge Glas y, además, la policía ecuatoriana maltrató al encargado de negocios de la embajada. El artículo 22 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados establece lo siguiente: “Los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin el consentimiento del jefe de la misión.” (¡Ahí les va! Mirko Casale, 9 de abril 2024).
Los extremos se tocan. Por poner uno de los ejemplos clásicos: el fuego y el hielo. Si uno mete la mano al fuego, se quema; sin embargo, si uno pone las manos en el hielo, no puede dejarlas uno por mucho tiempo, porque también “quema”. Así, los extremos contrarios en un punto tienen relación, son semejantes, pese a sus diferencias.
El presidente Novoa dijo que: en Ecuador “la ley es la ley”. Ahora si la contrastamos con la de AMLO, que dijo: “no me vengan con que la ley es la ley” refleja, en ambos casos la incongruencia: en el primero, porque al decir que “la ley es la ley” se contradice porque viola los tratados internacionales que Ecuador firma; por su parte, López Obrador, al decir que no le vengan con que “la ley es la ley”, se entromete en los asuntos de otros países violentando el principio de no intervención con una actitud claramente injerencista, que no le corresponde, con base también en el derecho internacional. Después de lo sucedido, López Obrador se lanzó en contra de la violación del derecho internacional, sin embargo, no que no me vengan con eso de que “la ley es le ley”: los extremos se tocan.
Como se ve, la “izquierda” mexicana y la “derecha” ecuatoriana, concursan para ver quién es el primer lugar en violaciones de la ley. Creo que, en ese sentido, es Ecuador quien está ganando, pues ni los dictadores del sur, entre ellos Pinochet; ni los Estados Unidos, se han atrevido a tanto, pero esta vez, sin más, se violaron los preceptos internacionales. Sin embargo, ello no exime a nuestro presidente de su responsabilidad al entrometerse en la política de otros países de manera, desde mi punto de vista, irresponsable, violando el principio de no intervención de nuestra política mexicana y, peor aún, el principio juarista que reza que: “entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.
La consecuencia será que la Canciller de nuestro país, Secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, pondrá una queja en la Corte Internacional de Justicia y le darán cause a la denuncia. ¿Cómo se lee este altercado que ya nos hizo romper relaciones con Ecuador? Como un fraccionalismo que debilita la necesaria unidad de los pueblos latinoamericanos y, por lo mismo, se refleja una condición previa a la guerra, es decir, una condición en que se irrespetan los derechos de los países y se violan los tratados internacionales. En estricto sentido, México, por ese agravio, estaría a un tris de declararle la guerra a Ecuador. Por eso, es prudente repetir, que no se pueden hacer declaraciones a la ligera si se tiene la investidura de presidente de la república.
Como escribimos en otra colaboración, esta sólo son las consecuencias de la falta de un partido revolucionario en los gobiernos del continente americano, pues los gobiernos autodenominados de “izquierda”, en realidad eran gobiernos que basaban sus procesos de selección de candidatos, sobre la base de una democracia liberal burguesa, por eso, al llegar el momento de otras elecciones y no haber podido resolver los problemas centrales de la economía y no llegar a distribuir de mejor manera la riqueza nacional; sin educar al pueblo y organizarlo para que sea quien dirija los destinos de los países sudamericanos, entonces abrieron las puertas a los gobiernos de derecha los cuales, dicho sea de paso, son más agresivos y no se tientan el corazón para llevar a término sus propósitos.
El problema de fondo son las consecuencias para la descomposición del mundo. El avance de la derecha en el sur tiene consecuencias como las que hemos descrito en este artículo: se acaba de sentar un grave precedente para el derecho internacional por un presidente que se encuentra situado a la derecha del panorama político latinoamericano. Pero si eso se atrevió a hacer, no se descarta que otros países quieran seguir su ejemplo y si no hay respeto al derecho internacional, estamos a un tris de que lo que siga sea la guerra. Los países del polo de la supremacía mundial apenas condenaron tibiamente lo sucedido; sin embargo, en un acto de mayor congruencia y solidaridad, Nicaragua rompió relaciones formales con Ecuador en solidaridad con México y en congruencia con sus principios.
Me parece que una conclusión correcta al problema aquí planteado es la de Mirko Casale en su video de ¡Ahí les va!: “Así, tal vez la moraleja más valiosa, aunque trágica, sobre el asalto a la Embajada mexicana en ecuador sea que este tipo de sucesos, junto con otros similares como autoproclamaciones presidenciales, sanciones y bloqueos entre naciones hermanas y demás, ocurren porque la región, como un todo, no es capaz de impedirlas. Y lo cierto es que, en un momento de sismo geopolítico como el que vive el planeta, la voz de Latinoamérica como integrante de la multipolaridad se escucha mucho menos de lo que debiera, que es muy malo para el mundo y pésimo para Latinoamérica”. (¡Ahí les va! Mirko Casale, 9 de abril 2024).
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