“… Es un asunto jurídico pero, sobre todo, es un asunto moral y de justicia social”, contestó la ex secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS), Luisa María Alcalde Luján, en una misiva enviada como respuesta a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Pero entremos en contexto. Resulta que, como es su costumbre, el presidente Andrés Manuel López Obrador atacó, en esta ocasión, a los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y, en especial, a la ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández, haciendo alusión a los salarios percibidos por dichos ministros. Es realmente un tema perturbador que es utilizado para manipular a las personas que equivocadamente creen que la corrupción es la causa de la situación económica y social que sufre nuestro país.
López Obrador, tomando como base esta tesis para descalificar a diestra y siniestra a los 11 ministros, ordenó a una de sus lamebotas, ahora titular en la Secretaría de Gobierno (SEGOB), remitir una misiva para que los ministros de la SCJN expliquen por qué ellos ganan más que él. El jefe del Ejecutivo declaró que los ministros ganan 600 mil pesos mensuales mientras que él solo gana 136 mil 700 pesos mensuales.
Desde su llegada al gobierno, con su falso argumento de austeridad republicana, López Obrador encomendó a Francisco Ricardo Sheffield Padilla, titular de la Procuraduría Federal de Protección al Consumidor (Profeco), revisar los salarios de los altos funcionarios de gobierno, dando como resultado, por ejemplo, que Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México, la comisionada Andrea Marván Saltiel, presidente de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece); Graciela Márquez Colín, presidenta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y el presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones, Javier Juárez Mojica, también tienen un salario superior al del presidente, según el informe de Profeco. Pero recalca que, en efecto, los consejeros de la Judicatura Federal son los funcionarios mexicanos que reciben los sueldos más altos, 284 mil 500 pesos (El País, 27 de junio de 2023).
La pregunta obligada es, ¿por qué si los titulares de las dependencias ya mencionadas ganan más que AMLO, no hace también un pronunciamiento en contra de ellos? La razón es simple, no son sus enemigos políticos. Mientras tanto el morbo de la población, el fanatismo y el linchamiento mediático sobre los integrantes de la SCJN sigue aprisa y con ayuda del nuevo títere de la Segob aumenta cada vez más.
Seguramente, una parte de la opinión pública piensa que AMLO defiende los intereses económicos de los mexicanos al señalar hacia dónde se va buena parte del dinero que llega a las arcas financieras del Estado. Pero si tomamos en cuenta eso, hay que decir que el propio Gobierno destina la mayor parte del pago de nuestros impuestos a sus “programas sociales” con fines abiertamente electoreros.
Me referiré concretamente a Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF), donde precisamente la “Morena” extitular de la STPS, ahora titular de la SEGOB, ofreció una noticia en el Comunicado Conjunto 03/2023, el 17 de enero del presente, donde informó que se cerraba la primera jornada nacional de entregas de tarjetas del bienestar a 85 mil beneficiarios del programa. ¡Valla logro! Quienes la acompañaban en dicho evento, en la alcaldía Álvaro Obregón, eran Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno; Carlos Torres, Coordinador General de Programas para el Bienestar y el ahora titular de la STPS, Marath Bolaños.
Este último informó que el programa JCF ha significado un apoyo para 2 millones 400 mil jóvenes en el país, pero en el caso de la Ciudad de México (CDMX) ya prácticamente se llegó a 100 mil beneficiarios y que en la actualidad se encuentran en capacitación 9 mil 280 personas. ¡Wuau! “que logro… como nunca en la historia”.
Se les acusa a los ministros de tener una fortuna y ganar más que el presidente. Ciertamente, su salario es mayor, sin embargo, hay otros actores económicos y políticos que también ganan más que el presidente, más que los miembros de la SCJN y todavía más que los beneficiarios directos del programa JCF. Coloco este pequeño cuadro comparativo para que sirva solo como ejemplo:
Esta pequeña tablita refleja que en verdad el pobre señor presidente, que solo carga 200 pesos en su cartera, gana menos que los ministros de la SCJN y menos que ese puñado de ninis juntos, solo por mencionar a los de la CDMX. Pero ¿a quién más se beneficia con la asignación de los 702 millones 681 mil 600 pesos en dicho programa? A los empresarios. Ese monto de salarios es el que se ahorran los capitalistas por aceptar en sus empresas a los Jóvenes Construyendo el Futuro durante un año. Usted, amable lector, haga cuentas de cuánto se han ahorrado las empresas al aceptar a los más de dos millones de “beneficiarios” que reporta la STPS.
Las empresas cómodamente, al ahorrarse esa suma de dinero que se paga con el erario, incrementan sus ganancias, esas sí son verdaderas ganancias comparadas con el monto salarial que hoy reciben los ministros. Como podemos ver, querido lector, AMLO, Morena, Claudia, Marath y todos los dirigentes de la Cuarta Transformación no están para velar por los intereses de los pobres de México, sino que están para seguir protegiendo y favoreciendo a los grandes capitalistas y, al mismo tiempo, comprando conciencias todos los días a través de programas asistencialistas con miras a cumplir con su objetivo de conservar el poder político de la nación.
Con relación a los ataques de AMLO y la SEGOB contra los ministros de la SCJN, en mi opinión, no son más que nuevos intentos del presidente para tener el control absoluto de los tres poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), es decir, retornando al viejo presidencialismo dictatorial que por décadas impuso el PRI y que tanto daño le hizo a nuestro país. Los ministros no violan nuestra Carta Magna en materia de salarios, Morena se encuentra en campaña electoral permanente y ante la falta de resultados concretos en la vida económica, política y social de la nación, intentan engañar a los mexicanos haciéndose pasar por consecuentes paladines contra la corrupción y defensores de la austeridad republicana.
Que nadie se engañe. Los trabajadores debemos tener claro que la causa de la pobreza y la desigualdad en nuestro país no está en la corrupción, sino en la permanencia de un modelo económico capitalista diseñado para enriquecer a unos cuantos multimillonarios a costa de la pobreza del pueblo trabajador.
El verdadero problema no está en el monto de los salarios de los ministros de la SCJN, sino en las jugosas ganancias que los empresarios obtienen diariamente explotando la fuerza de trabajo de millones de mexicanos. Lamentablemente tenía razón el pensador danés Soren Kierkegaard: “Hay dos maneras de ser engañado. Una, es creer lo que no es verdad; la otra, es negarse a creer lo que es verdad.”
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