A pesar de que los asesinos te quitaron la vida, junto con tu esposa Mercedes y tu pequeño hijo Vladimir, en el corazón y en la conciencia de miles de mexicanos estás presente y sigues vivo.
Tus acciones y resultados en el trabajo fueron grandes y sirven a muchos hombres y mujeres humildes que hoy disfrutan de ellas el día de hoy. Dejaste huellas inolvidables y grandiosas que es lo más importante de un hombre.
Desde donde estés junto con Meche y Vladi, Conrado, ten la seguridad de que construiremos algún día no muy lejano el mundo por el que viviste y por el que moriste.
Tus acciones en San Sebastián, municipio de Tantoyuca; dejaste el Albergue Primero de Mayo como muestra de tu entrega al trabajo, lo mismo en Xalapa, Veracruz, dejaste el Complejo Cultural, Deportivo Salvador Díaz Mirón para beneficio de miles de jóvenes, en CDMX también dejaste huellas importantes y no digamos ya en Chilpancingo, Guerrero, en donde trabajaste para miles de colonos, campesinos y estudiantes, lugar en donde los asesinos te quitaron la vida cruelmente.
El pasado 12 de abril se cumplió un año de tu muerte, por lo que el antorchismo nacional exige justicia para los tres, y honra su memoria.
Este 14 de abril protestamos en Chilpancingo para exigir justicia, y lo hicimos con la convicción de que te segaron la vida porque estabas organizando y concientizando a los sectores populares de Guerrero que exigen mejores condiciones de vida, y por la construcción de una patria distinta, en la que no exista tanta desigualdad, tanta pobreza y tanta injusticia.
Tu sangre no será inútil; con ella regaste la conciencia de mucha gente que aspira a un mundo mejor. Desde donde estés junto con Meche y Vladi, Conrado, ten la seguridad de que construiremos algún día no muy lejano el mundo por el que viviste y por el que moriste. Tu ejemplo de entrega, de honradez y valentía nos sirve a muchos.
Tanto Mercedes como tú, de origen humilde, de la parte alta de la huasteca veracruzana y hablantes del náhuatl, hicieron un gran esfuerzo por superarse con sus estudios de licenciatura. Luego abrazaron el marxismo-leninismo como concepción del mundo, con lo que se hicieron verdaderos líderes populares, queridos y respetados por mucha gente.
Su hijo Vladimir se encontraba estudiando en la cuna del antorchismo en Tecomatlán, Puebla. También fue un niño ejemplar que se preparaba para seguir el ejemplo de sus padres, fieles a su tarea de construir un partido para los pobres que encabece el cambio que hace falta en nuestro país.
El antorchismo veracruzano y nacional exigen justicia para Conrado, para Mercedes y para su hijo Vladimir. No a la impunidad. Que el Gobierno de Guerrero y el Gobierno federal investiguen los hechos y castiguen a los culpables.
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