El arte pertenece al pueblo. Sus raíces deben hundirse en lo más profundo de las masas trabajadoras. El arte debe ser accesible a las masas. Debe concitar los sentimientos, los pensamientos y la voluntad de las masas y elevarlas. Debe despertar y desarrollar su sentido artístico.
Lenin
Mientras escribo estas líneas, ustedes siguen viajando, adoloridos, cansados, sí, pero también satisfechos por una tarea cumplida más. En el #DíaMundialDeLaPoesía, regresan a su hogar artístico, después de miles de kilómetros recorridos, días enteros viajando, pasando a veces hambre, por la ciudad de México, Michoacán, Jalisco, Nayarit, para llegar al noroeste del país y de regreso a su lugar. Todos los días la juventud es atacada por los vicios y la "buena vida", seducida por el goce y disfrute inmediatos, y los artistas son acosados por compañías, shows jarochos, "másters de la buena técnica", que no los bajan de "bella", "precioso", "tú eres únic@", una retahíla de promesas y alabanzas que lo único que hacen es inflar el ego y la vanidad que desemboca en un individualismo a ultranza, primero yo y después yo, peleándose por quién es la primera o el primer bailarín y chusmas por el estilo. Saben a qué me refiero.
A pesar de las difíciles condiciones, el antorchismo noroeste ha venido cumpliendo con su tarea de organizar y educar; ha formado grupos de artistas.
De todo eso están llenas muchas compañías, aunque al final de cuentas, no pocas veces son olvidados una vez que ha sido exprimido todo su potencial. Muchas vacas sagradas (y algunos becerros) critican su trabajo por "no adaptarse al folclore original", pero ignoran que cada semana su actividad artística ayuda a llenar botecitos para multiplicar comida y pagar pasajes para seguir con sus estudios.
En cada baile, en cada zapateado y grito, canto y versos, están dando un ejemplo a toda la juventud y al medio artístico. Y los felicito en primer lugar por esa elección. Ahora que son parte de los Grupos Culturales Nacionales del Mov. Antorchista, tuvieron la oportunidad de visitar aquellas ciudades en las que la violencia es el pan de cada día, urbes que albergan a miles de jóvenes huecos de esperanzas que engrosan las filas de los grupos delictivos y donde habitan cientos de familias enteras que son desplazadas por esos mismos; donde viven madres rastreadoras que llevan casi una vida buscando a sus hijos desaparecidos; donde confluyen diversas culturas mientras se debaten entre los vicios y la muerte. Culiacán, Hermosillo, Tijuana son ciudades de alta marginación económica y cultural, en las que los gobiernos más que combatir la pobreza y la delincuencia, han mantenido un cómplice silencio.
Es en estos territorios donde un puñado de activistas antorchistas trabaja incansablemente por aliviar la situación tan lacerante en la que sobreviven millones de trabajadores, campesinos, obreros, amas de casa, estudiantes. Los activistas, tal y como lo enseña nuestra organización, trabajan siempre con la convicción de que el arte puede cambiar al mundo.
A pesar de las difíciles condiciones, el antorchismo noroeste ha venido cumpliendo con su tarea de organizar y educar, ha formado grupos de artistas, algunos con un nivel técnico considerablemente alto, como el Ballet de la Frontera de Tijuana o el Berenice Bonilla de Sonora. Con la ayuda de ustedes y sus maestros, es que buena parte del pueblo de estos estados pudo apreciar auténtico arte en esta gira de "Gala Cultural".
Pudimos escuchar de Aline la poderosa "Vox Populi" de Gregorio de Gante; ver la majestuosa danza del pueblo azteca; reírnos a carcajadas de los polizontes borrachos y el despistado lechero o aplaudir la justa sentencia del señor juez; trasladarnos hasta el puerto de Veracruz con tan bellos bailables y la letra de Agustín Lara en voz de Alan Ortiz; entonar enamorados gracias a Xóchitl de la Cruz o aplaudir con vehemencia al son de Karol Nieto. Un verdadero banquete cultural nos brindaron durante una semana.
El pago a todo esto, estoy seguro que lo supieron apreciar muy bien. "Estoy muy agradecida con Antorcha, qué bonito, qué hermoso bailaron", dijo doña Nicolasa de Culiacán mientras abrazaba a una hermosa bailarina. "Agradezco a Antorcha revolucionaria". "Gracias, muchachos, por traernos estos bellos números".
Fotos y fotos se tomaban, les tomaban; y toda la gente atenta, disfrutando y gozando. En el brillo en los ojos, las risas, las palmas de los antorchistas y el público en general, ahí está el invaluable pago muchachos.
Lleguen y cuenten lo que vieron; siéntanse orgullosos de su gran aportación para la liberación definitiva de la humanidad entera. Y con todo y eso, queridos compañeros, todavía estamos muy lejos de nuestro cometido.
Después de ascender al poder, los bolcheviques encabezaron una cruzada educativa y cultural por todo el territorio de la naciente Unión Soviética; crearon escuelas, instituciones, espacios en los que sus esfuerzos por rescatar a la juventud, la niñez, de las garras del desasosiego y el abandono, la guerra y la crueldad, eran enormes, pero no suficientes, pues "¿Qué perspectivas se abren ante nosotros para el porvenir? Hemos creado instituciones magníficas, y hemos adoptado medidas realmente buenas para que la juventud proletaria y campesina pueda aprender, estudiar, adquirir cultura. Pero otra vez nos sale al paso la pregunta torturante: ¿Qué significa esto para millones? ¡Cuántos talentos estrangulados! ¡Cuántas ansias pisoteadas! Esto es un crimen horrible contra el derecho de las nuevas generaciones a ser felices. Es un peligro muy grave para el porvenir", expresaba Lenin preocupado a Clara Zetkin.
Grandes maestros pusieron toda su inteligencia y energía en ese proyecto educativo, Krúpskaia, Lunacharskt, Makárenko y, por supuesto, el mismo Lenin, quien defendía que "nuestros obreros y nuestros campesinos merecen realmente algo más que diversiones de circo. Tienen derecho a que se les dé un arte auténtico y grande. Por eso, lo más urgente es difundir la cultura y la educación entre las masas del pueblo".
Cumplieron con su tarea, compañeros, pero falta mucho por hacer, pues la inmensa mayoría de los mexicanos sigue esclavizada. Les agradezco, pero al mismo tiempo los invito a no abandonar este camino emprendido, les deseo de corazón que siempre elijan el mundo nuevo por encima del caduco y detestable moribundo, ayudando al antorchismo nacional y al pueblo trabajador en su conjunto, a darle el tiro de gracia.
Para ello, no encuentro mejores palabras que las de nuestro querido Maestro Aquiles:
"Compañeros, pongan todo su cariño, toda su emoción para que lleguen a ser verdaderos artistas y, al mismo tiempo, desháganse de los bajos sentimientos porque éstos no dejan volar libremente el espíritu humano. También los invito a estudiar, porque es necesario estudiar y cultivarse para poder ser grandes artistas. La obra de arte es una flor del espíritu del hombre y está claro que saldrá un fruto amargo si ese hombre del que sale no está cultivado. Los invito a que se llenen de cariño, entusiasmo, alegría y fe en nuestra tarea, porque es buena, noble y necesaria para los más desposeídos de nuestro país; en manos de ustedes está que se alcance rápido la meta, que se conviertan en hechos las palabras y, además, en tiempo relativamente breve. Basta con que cada uno de ustedes se convierta en un activista del arte, de la cultura, en creador de círculos antorchistas del arte".
A más de uno los espero para juntos seguir labrando y sembrando, siempre sembrando.
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