Como se vio a través de los medios de comunicación, un presidente López Obrador notablemente irritado exhibió los supuestos ingresos millonarios del periodista Carlos Loret de Mola, quien evidenció la vida de lujos de su hijo José Ramón López Beltrán y un posible conflicto de interés, una estocada al corazón de la 4T, defensora de la austeridad republicana y de la lucha contra la corrupción.
El resultado del ataque a Loret fue la indignación de buena parte de los mexicanos y el escándalo internacional; pero ni eso detuvo al mandatario, quien volvió a mostrar los “ingresos” del comunicador el 14 de febrero y dijo que investigaría si pagaba impuestos, una auténtica amenaza tomando en cuenta cómo se conduce el gobierno federal. Posteriormente, el presidente manifestó que el salario del periodista es “inmoral”, que ganaba mucho más que él y que no era el único, ya que otros periodistas también recibían ingresos multimillonarios.
Si uno no está nublado por el fanatismo cuatroteísta, está claro que el presidente violó la ley al exhibir públicamente los supuestos ingresos de Loret; de acuerdo con especialistas, vulneró el artículo 16 de la Constitución, donde se estipula que toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, y también el secreto fiscal. Además, el presidente mintió, pues uno de los apartados de las supuestas ganancias corresponde al pago que le hizo Televisa a Loret; sin embargo, éste señaló que dejó de trabajar ahí desde el 2019 y el mismo AMLO aceptó, el 16 de febrero pasado, que la televisora le mandó una aclaración en privado donde negaba haber dado ese monto al comunicador.
Pero no solo eso. El mandatario volvió a revelar que él se visualiza más allá del bien y del mal, una especie de autoridad suprema que señala quiénes son los buenos y los malos. Pues, ¿dónde está estipulado que sea “inmoral” que un periodista contratado en medios privados gane más o mucho más que el presidente?, y si es inmoral que Carlos Loret tenga ingresos superiores al jefe del Estado, ¿no sería también inmoral la ganancia de empresarios como Carlos Slim, a quien el presidente le profesa respeto y amistad? Dentro de esa lógica, lo único moral es estar a favor de la 4T, una aberración.
Así pues, un presidente que viola la ley, miente y se asume como la autoridad ética del país no es capaz de transformar nada, ni siquiera a su propia familia.
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