Mal hacemos si no reconocemos los aciertos de las personas, incluidas de quienes no coincidimos ideológicamente. Conviene recordar que Andrés Manuel López Obrador es una persona con mucha experiencia; con decenas de años en la política.
Fue miembro del PRI hasta 1988 en su natal Tabasco, candidato a gobernador de ese estado por el Frente Democrático Nacional, al lado de Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
A pesar de las promesas de un sistema de salud de primer nivel, la gestión actual ha llevado al país a ocupar el tercer lugar mundial en muertes por covid-19 y al primero en muertes de personal de salud por falta de equipo.
En 1989 fue presidente del PRD en Tabasco. En 1994, nuevamente candidato a gobernador y presidente de ese partido de 1996 a 1999.
En el año 2000 fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal y candidato a la presidencia de la República, en 2006, 2012 y 2018, lo que le ha permitido conocer las tripas, la podredumbre del sistema y las inconformidades de los mexicanos.
Claro, de allí no se desprende que sea impoluto, consecuente y honesto con lo que dice y hace; al contrario, es un ser cínico, mañoso, que engaña, manipula y chantajea con placer a los mexicanos en beneficio suyo y de su mafia, mintiendo todos los días y ante un enorme público como en su sexto informe de gobierno, afirmando que la salud de los mexicanos no solo es igual, sino “mejor que en Dinamarca”.
Todo, desde la toma del poder de la república por la 4T ha sido un caos: la pobreza, generación de empleos, educación, la seguridad pública y particularmente la salud, por lo que desafortunadamente fallecieron más de 800 mil personas por covid-19, sobre todo las de más bajos recursos, por falta de atención médica y medicinas, contrariamente a lo prometido durante su campaña y su toma de posesión el 1º de diciembre de 2018.
El presidente incluyó entre los 100 compromisos de su gobierno un sistema de salud de primer nivel, universal, gratuito y de calidad, con atención médica y medicamentos, con médicos generales y especialistas suficientes, con estudios diagnósticos en los centros de salud y equipos completos para hacerlos, y todos los fármacos que se necesiten, esto tanto para la población sin seguridad social como para los que tienen acceso a esta.
“Se hará realidad el derecho a la salud”. El propósito es garantizar a los mexicanos atención médica y medicamentos gratuitos; comenzaremos en las unidades médicas del Seguro Social de las zonas más pobres, y poco a poco se irá ampliando el programa hasta que logremos, a mediados del sexenio, establecer un sistema de salud de primera, como en Canadá o en los países nórdicos, dijo ese día. Y así mintió durante los 2 mil 190 días de su Gobierno.
En la mañanera del 27 de diciembre de 2022, dijo: “A finales de 2023 tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca y mejor, con atención médica y medicamentos gratuitos. En Dinamarca tienen políticas inalcanzables en México, porque allá no hay corrupción”.
Aseveró que en el modelo de salud que planeaba, los usuarios no tendrían que esperar por horas sentados en sillas de metal, días o meses para la atención o para que se les programen estudios o una cirugía.
El 10 de abril de 2023 y el 12 de abril de 2024, comentó:
“Ahí vamos, tenemos como fecha para que funcione bien, en marzo de 2024, porque nos falta contar con todos los médicos, terminar de construir hospitales y resolver la distribución de los medicamentos. Estamos por adquirir una bodega enorme, la farmacia más grande de México, donde van a estar todos los medicamentos”.
Y cínicamente, en su quinto informe, a pesar de haber ocupado el tercer lugar del mundo en número de muertes por covid-19 y el primer lugar de muertes de personal de salud por falta de equipo, se burló:
“¡Ya es una realidad que en veintitrés estados el sistema de salud universal gratuito conocido como IMSS Bienestar es el sistema de salud pública más eficaz en el mundo, dije que iba a ser el mejor! (…) No, no es como en Dinamarca, es mejor que en Dinamarca, ¡se los cumplí!”.
Lo de la burla no es invento. El mismísimo presidente declaró al diario La Jornada, cuando se le preguntó si era serio o broma, afirmar en su informe que la salud es mejor que en Dinamarca, y contestó:
“No, no, no, no. Fue para hacerlos enojar, para que hubiera miga, para que tuvieran algo que decir. Para dar la nota… plan con maña”, al igual que la votación a mano alzada entre los asistentes a la Plaza de la Constitución, sobre la reforma al Poder Judicial.
Lo peor es que muchos mexicanos, por hambre e ignorancia, le aplauden sus burlas, y prefieren morir a cambio de 6 mil pesos cada dos meses.
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