Están por cumplirse cinco años de gobierno de Carlos Joaquín González, al frente del ejecutivo estatal en Quintana Roo, desde los primeros meses de su gobierno la dirigencia del Movimiento Antorchista acudió al Palacio de Gobierno a entregar el pliego de peticiones en representación de más de 35 mil campesinos y colonos de todos los rincones del estado. Desde entonces, fueron múltiples antesalas en las oficinas del gobernador para lograr que se llevara a cabo una entrevista y, de viva voz, escuche las necesidades más apremiantes y les dé solución. Fue hasta mediados de 2019 cuando, ¡por fin!, una comisión del Comité Estatal de Antorcha fue recibida por el gobernador, fue una reunión cordial, pero lo más destacado fueron los compromisos que el mandatario estatal asumió, que de resolverse ayudaría a aminorar los sufrimientos de miles de quintanarroenses humildes.
Los compromisos generaron entusiasmo, porque se comprometió a atender necesidades de vital importancia, como maíz para consumo, fertilizante y semilla para campesinos de la comunidades rurales, en administraciones anteriores este tipo de apoyos era los que más frecuentemente los gobiernos accedían a atender, por eso los campesinos antorchistas esperaban, en poco tiempo, recibir dichos apoyos en sus comunidades; sin embargo la expectativa se convirtió en una larga espera, y a casi dos años ni un solo bulto de maíz, ni de fertilizante ni de semilla ha llegado a ninguna comunidad.
También para los habitantes de la colonia Fraternidad Antorchista de Chetumal, fue motivante saber que la obra de la pavimentación del acceso a sus viviendas ya era un compromiso del gobernador, porque daba solución a una añeja demanda; sin embargo, también los vecinos de esta colonia han visto transcurrir el tiempo, sin que haya ni un centímetro de pavimento en su camino de acceso, e incluso ni siquiera hay certeza de que exista un proyecto ejecutivo para dicha obra.
Para docentes agremiados a Antorcha Magisterial fue gratificante que el gobernador haya hecho el compromiso de contratar a 24 docentes, quienes durante varios años impartieron clases sin pago alguno, hasta la fecha sólo reciben un apoyo para pasajes, no tienen seguro médico, ni otras prestaciones de ley, como vacaciones, aguinaldo, entre otros. También los docentes lamentan que ha dos años de espera nadie de ellos allá sido contratado.
A los jóvenes del albergue Felipe Carrillo Puerto A. C., también les entusiasmó el compromiso del gobernador, respecto a la entrega del comodato del edificio que ocupan desde hace varios años, contar con dicho documento les permitiría realizar el contrato de agua y dejar de estar dependiendo del surtimiento de pipas. Los moradores del edificio sección varonil han sufrido la amenaza del ayuntamiento de OPB, quien ha intentado despojarlos, por eso contar con comodato de la sección femenil ayudaría para demostrarle al presidente municipal que con voluntad política ese trámite es posible y sobre todo el gobernador demostraría que el apoyo a los estudiantes no queda en buenas intenciones. Sin embargo, los meses y meses transcurridos sin que el documento del comodato sea entregado, ha evidenciado la burla que se pretende hacer a los moradores.
Aunque los compromisos antes descritos no son los únicos que hizo el ejecutivo estatal, si son los más representativos, son respuestas a peticiones legítimas, ninguna de ellas se trata de lujos o cosas superfluas, son necesidades urgentes, que repercuten directamente en el trabajo, la alimentación, la educación y servicios básicos, en pocas palabras, en el bienestar de familias muy humildes. A los funcionarios estatales les resulto muy fácil lavarse las manos del incumplimiento de los compromisos del gobernador, con el argumento de la pandemia, si bien es cierto la pandemia es real, eso no ha desaparecido ni un ápice la obligación del gobernador de cumplir su palabra.
Para cualquiera que tenga dos dedos de frente, no es difícil entender porque tanto los campesinos, colonos, maestros y estudiantes, se han cansado de esperar a que los compromisos del gobernador se cumplan, después de dos años de espera, el entusiasmo con el que recibieron de parte de sus dirigentes los compromisos asumidos por Carlos Joaquín González, se han convertido en indignación y coraje, y no están dispuestos a que se burlen nuevamente de sus necesidades. Por eso durante el mes de marzo realizaron dos movilizaciones con contingentes de representantes de pueblos y colonias de todos los municipios del estado. En la primera de ellas, fueron atendidos por funcionarios menores que solo se conformaron con evasivas, sin dar fecha de cumplimiento de los compromisos; en la segunda, los funcionarios pasaron a la amenaza contra los dirigentes antorchistas, intentando por la vía de la intimidación acallar la denuncia pública de los incumplimientos del gobernador, y buscando que llegue el inicio de las campañas electorales para como pretexto para no cumplir la llamada “veda electoral”.
Los antorchistas quintanarroenses están conscientes de que su lucha no será corta, que deberá continuar con o sin pandemia, con a sin “veda electoral”, están firmes y dispuestos a continuar el tiempo que sea necesario, porque les asiste la razón y más temprano que tarde, llegará el día en que el pueblo hará a un lado, a quienes ahora son gobierno y se niegan a cumplir, y pondrá en su lugar a verdaderos representantes del pueblo trabajador; pondrá en el bote de la basura a todos aquellos que en tiempo de campañas se presentaron como la “una nueva esperanza”, cuando son una copia exacta de los mismos políticos arribistas, de los que el pueblo está hasta la coronilla. El tiempo nos dará la razón.
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