Estamos ya en la antesala de una de las elecciones más importantes de nuestro país, las elecciones del próximo año donde se elegirá al próximo presidente o presidenta de México, 64 senadurías por el principio de mayoría relativa, 32 senadurías por el principio de representación proporcional y 32 senadurías de primera minoría, además de las 300 diputaciones por el principio de mayoría relativa y 200 diputaciones por representación proporcional.
Como se puede ver, es una elección por demás importante, a la cual no se le puede perder de vista, pues el rumbo de nuestra nación va a depender de las personalidades y sus propuestas que queden al frente de cada uno de los cargos que se renovarán, además, porque lo que se está viviendo en el contexto internacional es algo sumamente importante y afecta, sin duda, la vida interna de México, por eso es necesario que todos estemos bien informados para que, llegada la hora, se tome la mejor decisión.
Ante este fervor político que se vive, donde todos los actores políticos están más preocupados por agarrar hueso y no quedarse con los premios de consolación, todas las energías, recursos, publicidad, asambleas, eventos masivos, incluso la mañanera, se han enfocado a posicionar a los que aspiran a ser electos en la mente de los ciudadanos, por eso no es extraño que en esta época veamos espectaculares con los rostros de los aspirantes con frases positivas, sonriendo, o bardas pintadas, o resaltar una obra como resultado de la buena gestión de algún presidente municipal que desea reelegirse, en fin, todo va enfocado a las elecciones del 2024, pero los problemas del país no se acaban, no porque no se hable de ellos o se le dé la vuelta cuando algún periodista cuestiona sobre tal o cual situación, quiere decir que han desaparecido.
Y en efecto, no por cerrar los ojos va a desaparecer nuestra realidad, no por negar un problema se va acabar, y eso es algo muy preocupante, ya que, si los responsables de resolver la difícil situación por la que atraviesa México se niegan a aceptar que hay problemas, entonces para ellos no hay nada que resolver.
Así pasa con la cuestión de inseguridad, donde el mandatario federal se niega a reconocer que la violencia ha alcanzado niveles nunca antes visto, donde hace oídos sordos ante la crisis migratoria que vive nuestro país y sobre todo las ciudades fronterizas, donde ha tachado a los productores de politiqueros ante los cuestionamientos sobre la falta de apoyo al campo, la desaparición del Fondo de Desastres Naturales y la sequía intensa que se vive en los estados de norte. Para AMLO, estas situaciones no merecen su atención, pues en su realidad y con sus datos, esto no está pasando en México, y quien diga lo contrario exagera, es su enemigo, es un o una conservadora y además pertenece a la mafia del poder.
El proceso electoral está próximo a iniciarse, los aspirantes ya están preparando el carro donde se van a subir para poder contender y tratar de ganar, el bombardeo en los medios de comunicación ya se está preparando, todos están poniéndose sus mejores ropas para salir bien en la foto, mientras los mexicanos siguen sufriendo la pobreza y pobreza extrema, la inseguridad, la perdida de sus cosechas, la falta de una vivienda, la falta de agua, luz y drenajes, la falta de buenas carreteras, en fin, en esta época se vienen las promesas de siempre con los resultados de siempre.
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