No digo nada nuevo (ni descabellado) al afirmar que el sur de Sonora sigue siendo una región con mucha generación de pobreza y poco desarrollo económico, entendido este como la capacidad de los países o regiones para crear riqueza, a fin de promover o mantener la prosperidad o bienestar económico y social de sus habitantes.
Por habitantes, hay que entender a “todos”, y no sólo a las clases ricas. Sin embargo, desde hace años, el desarrollo económico se ha limitado a beneficiar únicamente a las familias acaudaladas de la región.
El sur de Sonora se ha consolidado históricamente como una región fuerte y amplia en el sector agrícola. Paradójicamente, es donde más concentración de pobreza se da a nivel estatal.
El sur de Sonora se ha consolidado históricamente como una región fuerte y amplia en el sector agrícola. Por algo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) en 2022 comunicó mediante informe que los cinco municipios con mayor superficie de siembra eran: Cajeme, Hermosillo, Etchojoa, Navojoa y Huatabampo; de estos, cuatro pertenecen al sur del estado y sólo Hermosillo se encuentra hacia el centro. Es decir, en Sonora la riqueza agrícola que genera miles de millones de pesos en ganancias se concentra en esta parte del estado.
¿Cuál es la superficie destinada a la agricultura en esta zona? Según estudios de la Sader en 2022, el municipio con mayor superficie agrícola con respecto a la superficie municipal total fue Etchojoa con el 78 % (56 mil 563 ha), seguido de Cajeme, aunque en tamaño de superficie, este es quien más hectáreas concentra (94 mil 368 ha) pero respecto a la superficie municipal, está en segundo lugar.
La utilidad que deja la producción agrícola para los dueños de estas tierras es proporcionalmente directa al tamaño de hectáreas sembradas.
Paradójicamente, es en esta parte de la geografía sonorense donde más concentración de pobreza se da a nivel estatal. De acuerdo con el Coneval, en 2015 los municipios con mayor porcentaje de pobreza fueron: Etchojoa (30 mil 073 habitantes), San I. Río Muerto (8 mil 89), Nácori (mil 280), Quiriego (mil 806) y Yécora (4 mil 747). En cada uno de estos municipios, más del 50 % de la población vivía en pobreza.
De estos cinco municipios, cuatro pertenecen a la región sur del estado. Es decir, una fábrica de pobres alrededor de la mayor región agrícola de Sonora y al centro, un puñado de ricos hinchados en dinero.
Esta es una terca realidad que se viene reproduciendo desde hace ya muchos años, con muy poca variación. La clase política y la clase adinerada lo saben; el Gobierno y sus dependencias, también.
La población marginada lo padece a diario, con el agregado de que las familias pobres no sólo tienen que lidiar con esta realidad económica, sino que también padecen la ineficacia gubernamental que los deja con muy malos servicios públicos (agua potable, drenaje, alumbrado público, recolección de basura, etcétera) o simplemente sin ellos.
De cara a las elecciones de junio, convendría que los miles de familias pobres de esta región sur tan maltratada se pregunten: ¿Qué dicen sobre estos problemas sociales los candidatos? ¿qué medidas reales proponen para combatirlas? ¿Qué han hecho o propuesto en sus lugares de origen para revertir tal situación?, entre muchas otras que pueden ayudarnos a orientarnos respecto a los intereses reales que representan los políticos y sus partidos.
Convendría que las mayorías marginadas de esta región veamos con mayor preocupación esta situación de pobreza insostenible, para que, en consecuencia, actuemos políticamente para revertirla y no seguir cayendo en el amor ocasional de los políticos electoreros que nos engatusan con baratijas y promesas mágicas.
Las consecuencias directas de la falta de empleo, de la violencia desbordada, del empeoramiento de la pobreza y la falta de atención gubernamental ya están provocando desde hace algunos años que miles de familias de esta región se desplacen hacia los polos de desarrollo económico ubicados en la frontera maquiladora y el centro del estado.
Esto lo demuestra un estudio del Inegi de 2020, donde se detalla el número de personas que han tenido que abandonar sus municipios principalmente por falta de empleo o movidos por la violencia.
Según los datos del Inegi de 2015 a 2020 los municipios con mayor número de personas desplazadas fueron: Empalme (4 mil 746), Plutarco E. Calles (3 mil 304), Huatabampo (2 mil 842), Etchojoa (mil 907) y Yécora (mil 219). Cuatro municipios de los mencionados pertenecen al sur.
De nueva cuenta, la desigualdad del modelo económico regional y la omisión gubernamental como origen del mal social. ¿Hasta cuándo seguiremos esperando para un cambio efectivo y real que beneficie a las mayorías de este lado del estado?
0 Comentarios:
Dejar un Comentario